Teapa ayer. 18va parte
Emilio Antonio Contreras Martínez de Escobar INSPIRACIÓN TEAPANECA (4) ¡OH TEAPA, HERMOSO! ¡Oh Teapa, Hermoso! ¡Oh Teapa hermoso! Que de Tabasco en la tierra Llevas el nombre orgulloso De Sultana de la Sierra ¡Oh tierra bendita y bella Que de Tabasco el Estado, Cual perla te descuellas Como rincón encantado Tu valle siempre abierto de […]
22 de noviembre de 2019

Emilio Antonio Contreras Martínez de Escobar

INSPIRACIÓN TEAPANECA (4)

¡OH TEAPA, HERMOSO!

¡Oh Teapa, Hermoso!

¡Oh Teapa hermoso!

Que de Tabasco en la tierra

Llevas el nombre orgulloso

De Sultana de la Sierra

¡Oh tierra bendita y bella

Que de Tabasco el Estado,

Cual perla te descuellas

Como rincón encantado

Tu valle siempre abierto de verdes serros rodeado, Cual centinelas despiertos

Te cuidan como soldado.

El Madrigal de un lado,

Del otro el Ixtapangajoya,

Adornan a tu poblado

Cual brillantes joyas.

Dos ríos diamantinos

Corren por ambos lados

Rumorosos y cristalinos

Por este valle encantado.

El Puyacatengo a este

Entre cerros apricionado,

Canta con música agreste

 Cual novio enamorado;

 De aquel rio en la ribera

La selva se alza orgullosa

Para ostentar placentera

 Su fronda negro verdosa,

Al Oeste, Teapa otro rio,

Se desliza transparente

Retratando el caserio

Con su magnifico lente;

 El Mure, fuente divina

De agua fresca y sabrosa

   Que brota cristalina

Bajo una bóveda hermosa.

Unas grutas misteriosas

De salones encantados

Con esculturas hermosas

Que dejan extaciados.

Al occidente un venero

Caliente y medicinal

Brota siempre etéreo

De asufre el manantial.

MANUEL ROSADO GONZÁLEZ.*

ROMANCE DE LAS PANORAMAS

Panoramas del Santuario

Que mi amor supo guardar.

¡Quien los pudiera enhebrar

Plasmando lo imaginario,

Como cuentas de rosario

En el hilo de un cantar!

Casa de treinta pilares,

Señoriales corredores,

Extensos patios solares,

goteras regando flores

Y Cruz que ahuyenta pesares

con sus brazos protectores.

A oración llama la esquila.

Acaba el diario afanar;

La gente acude a rezar

Arrodillándose en fila.

Dos velas en el altar

Y en medio el señor de Tila.

Dominando casa y llano,

Signo terreno y divino,

Eleva su airon un guano

Que señala al peregrino

El final de su camino

Y el cielo azul y lejano.

Caserio de ilusión

Carga una loma en la espalda

Y baja en luz de esmeralda

A un arroyo juguetón

Que riza alegre festón

En la orilla de su falda.

Monte ondulado se tiende en el oro del paisaje.

Trueca su verde en celaje

Cuando la tarde desciende,

Por si ver si una estrella

Como broche su traje.

¡Cubre de las agonías!

¡Al son de las palas retumbas!

      ¡Hogar que te me derrumbas;

Rueda las lágrimas y vuelan aves- Marías

Por encima de tus tumbas!

 Un rio que el sol agota

Al bosque sus linfas traen

 Y en reflejar se distrae

Tupida fronda remota;

Fruto maduro que cae

 Deja sonando una nota.

Niña que no se recata

Busca en el baño su abasto;

El rio límpido y casto

Sus tiernos pechos retratan;

Saca del agua un canasto;

¡prisión de muerte y de plata!

Sobre un remanso dormido

Pintado de luna llena

Un bejuco tiene asido

El oro de una melena

¡El agua tendrá escondido

El cuerpo de la Sirena!

 ¡Caporal caracolero

que suena tu caracol;

 No vaya a salir el sol

Y se apague ese lucero

Que los muelen pozol

Le llaman “El Pozolero!

Panoramas del Santuario

Que mi amor supo guardar

¡Quien los pudiera enhebrar

Plasmando lo imaginario,

Como cuentas de rosario En el hilo de un cantar!

JOSÉ MARÍA GURRÍA URGELL

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