Teapa ayer. 15va parte
Emilio Antonio Contreras Martínez de Escobar INSPIRACIÓN TEAPANECA (1) Sin duda alguna vale la pena conocer y sentir lo que fue capaz de inspirar este bello rincón de la Sierra Tabasqueña y la cantidad de estrofas, prosa y poesía que surgió del sentimiento de nacer y sentirse teapaneco, rodeado de tanto verde, de bellos cerros, […]
19 de noviembre de 2019

Emilio Antonio Contreras Martínez de Escobar

INSPIRACIÓN TEAPANECA (1)
Sin duda alguna vale la pena conocer y sentir lo que fue capaz de inspirar este bello rincón de la Sierra Tabasqueña y la cantidad de estrofas, prosa y poesía que surgió del sentimiento de nacer y sentirse teapaneco, rodeado de tanto verde, de bellos cerros, de cristalinas aguas, de encantos por doquier, que marco la vida de tantas personas que en forma abundante todos quisieron plasmar ese sentimiento, esa emoción por nuestra patria chica, por lo cual compartimos una recopilación de poesía en honor de este bello rincón serrano.

TEAPA
Recojo con la antena del ensueño y anoto
las ondas policromas de todos los paisajes:
del paisaje cercano y el paisaje remoto.
Y pienso en los que afirman que las vidas son viajes.
Los arroyos y ríos me murmuran canciones
que parecen hablarme de recuerdos
perdidos.
Y me salen al paso montañas, como leones
que se hubiesen quedado para siempre dormidos. Brisa que hiende todo y acaricia la cara
dispersando palabras y notas musicales,
produce la impresión de que el campo cantara
y charla de sencillas cosas trascendentales.
Solo la planta humana resta belleza a todo.
Y es que el hombre no sabe recrearse en el paisaje. Donde afirma los pies deja rastros de lodo,
y ambula, pero ignora la estética del viaje.
Heridas en la tierra trasuntan los caminos
por donde el hombre arrastra su tedio del viajero.
Caminos donde no andan auténticos destinos
que valgan lo que una hora de ensueño verdadero.
Veredas ¡qué delicia! No acerados caminos
donde la vida repta sin profundo sentido
y asemejan los hombres pobres bueyes cansinos
a quienes la fatiga de andar ha consumido.
Pero mientras cavilo filosóficamente,
la voz de los cenzontles el ámbito ensonora
y carpe entre la pampa rugosa de mi frente
con la celeste gota de luz de ultima aurora.
Y la mente se torna hacia la inacabable
sucesión policroma de la naturaleza,
en tanto el ave rima su canción adorable como canción de cuna cargada de belleza.
II
Siguen puentes, arroyos y cascadas,
más montes y llanuras, panoramas,
veredas, senderillos, hondonadas
y el saludo campestre de las ramas.
Sabe a Teapa el paisaje, sabe a una
música de agua en bosques milenarios;
sabe a tierra emperlada por la luna,
empapada de arpegios de canarios.
Teapa, cuna y sepulcro amárrate a tu
suerte
síntesis del amor: agua de llanto.
He soñado que en la hora de la muerte
me entregan en tu viejo camposanto.
Solo así podrá ser que esta mi vida
deje de batallar y solo aliente
cuando en tu altiva selva florecida
con mi carne germine tu simiente.
Quizá también como la alondra anide
en algún árbol que implante en la infancia
o cuando tu tristeza me convide
a departir contigo tu fragancia.
En los caminos en donde voy gastando
mi parvo repertorio de emociones,
mi tenaz fantasía va captando
canciones que recuerden tus canciones.
Y junto a ti en mi existencia llevo
un nombre de mujer de noble anciana:
nombre que siempre en mi oración elevo
cuando se abre la flor de la mañana.
Tu nombre asocio a suyo con agrado
porque nutrió mi ser y al par aliento
de poeta me dio, limpio y sagrado
como parto la luz del pensamiento.
Por ella se cantar y llevo impresa
en el sensorio grata y adorante,
tu imagen de sultana y de princesa
que espera un novio que sus gracias cante.
Paisaje. Mas paisaje todavía.
Hay murmullos sin fin y el panorama
se me antoja in amigo que me llama
para darme una parte de alegría.
Paisaje, más paisaje, así es la vida:
paisaje nada más, solo paisaje
en donde una ilusión es la partida
y todo lo demás ansia de viaje,
paisaje nada más, eso es la vida.
NOÉ DE LA FLOR CASANOVA

TEAPA
A mi Teapa yo le dejo
a su vera mi cantar
y en mi cantar una queja
por tenerlo que dejar.
Tardecitas de colores
de mi Teapa bellas son,
como son las bellas flores
que alegran su población.
Y le dejo mi cantar,
se queda en su bello río,
donde se viene a bañar
el triste pensamiento mío.

ADIOS A TEAPA
Tierra de bendición, tierra querida,
para siempre quizá de ti me alejo
y con mi adiós te dejaré mi vida,
pues que del alma la mitad te dejo.
Adiós tu azul y transparente cielo
y la sombra nupcial de tus palmeras
y allá de tus confines ante el velo
la línea azul de tus lejanos lares.
Adiós, mi Teapa. Lánguida paloma
que reposa a la margen de la fuente,
entre los bosques de fragante aroma
el armonioso ruido del torrente.
El ángel de la noche, misterioso
bajo su negro pabellón de estrellas,
te besa con el beso del esposo
abre sus alas, y te duerme en ellas.
Y la aurora te encuentra todavía
envuelta en los cendales de la niebla,
hasta que te despierta la armonía
con que el cenzontle tu recinto puebla.
Por eso te idolatra quien te mira
y no te olvida quien de ti se aleja
y en cada adiós que el corazón suspira,
algo del mismo corazón te deja.
Adiós, mi Teapa, búcaro de rosas,
manantial a la sombra de la palma,
región de los ensueños de las diosas
y de las chicas que idolatra el alma.
Quédate, adiós, encantadora tierra
de mi fe, de mi amor, de mi ventura
donde el sollozo mi garganta cierra,
al decirte adiós de mi ternura.
Acaso ya jamás… jamás ¿quién sabe?
a verte volveré, suelo querido,
tal vez mi vida solitaria acabe
lejos, muy lejos de mi edén perdido.
Adiós la última vez, tierra querida,
nido primaveral de mis amores,
que vuelva a verte y a encontrar perdida,
una modesta tumba entre tus flores.
CARLOS RAMOS

A TEAPA
En un bello paisaje del Sureste;
bajo un cielo de caídos fulgores,
se levanta el poético y agreste
el rincón donde anidan mis amores.
Allí sus dones derramó natura
embriagada de luz y de cariño
como madre amorosa en su locura
al mirar los encantos de su niño.
Todo es fiesta, alborozo y alegría
en aquel despertar de las mañanas;
de las aves sus dulces melodías,
y el repique sin par de sus campanas.
¡Oh Teapa! Ciudad encantadora
bañada por corrientes cristalinas,
que bajan en canción arrulladora
desde el pié secular de tus colinas.
No ha podido ni el tiempo y la distancia
borrar de mi memoria el dulce encanto;
que meciera la cuna de mi infancia,
en tu seno amoroso y sacrosanto.
Yo quisiera volar hacia ese nido,
sediento de tus ricos manantiales,
sentirme de nuevo adormecido
al rumor de tus límpidos cristales.
CARLOS RAMOS

ADIOS A TEAPA
¡Al fin te vuelvo a ver!
Apresurado palpita el corazón
pero por Dios que a comprender no acierto
si late de dolor,
o si el placer que siento al divisarte
me llena de emoción.
¡Qué encanto tiene siempre para el alma
el pueblo o el lugar donde nació!
Tanto tiempo hace ya que no te veo
que acaso nuevo a contemplarte voy!
¡Con que placer extraño se retorna
al lugar en que hace tiempo se vivió!
Extraña mescla de esperanza y duda,
de gozo y de temor;
afectos que se avivan en el alma,
imágenes que evoca el corazón;
el rostro del antiguo conocido
que deslizarse nuestra infancia vió;
las sinceras caricias de nuestra aya
que nos aguarda con materno amor;
la pequeña casita dende nacimos,
el templo, el panteón;
la imagen del amigo que no existe,
de la choza que el tiempo destruyó;
de la hojarasca seca del camino
el triste melancólico rumor,
que parece pedir algún recuerdo
para el árbol el tiempo derivó,
dejando nuestra vista el hondo hueco
que nos hace sentir vago terror;
del ayer a los pálidos reflejos
apareciendo los ensueños de hoy
mezclados con las tinieblas de la mañana
en vaga confución . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Con estos pensamientos mi mente preocupada, en estos sentimientos henchido el corazón,
en una de tus cuesta, mi Teapa idolatrada,
pareme a contemplarte con grata admiración.
Risueño se mostraba tu blanco caserio,
altivas las montañas que forman tu dosel,
hirviente y espumoso el caudaluso río
que en su altivez, se inclina para besar tus pies.
Delirio de mi mente seria si intentara
pintar tus atractivos, encantador Edén
¡Los ricos atavíos que el cielo te donara
perdieran sus encantos impresos en papel!
Mirando tus llanuras, tus bosques, tus clinas
las fuentes caprichosas que surgen por doquier,
a veces despeñadas de montes majestuosos
en forma de cascadas de atronadora voz,
los hijos de tu suelo se sienten orgullosos
y en tu grandeza aprendan a conocer a Dios.
Si de extranjero suelo cansado caminante
acierta por acasa a entrar en tu pensil,
se para sorprendido y sueña delirante
mirar en tus mujeres lindísimas hurís.
Los lirios y las rosas que bordan en tus orillas tiñieron sus semblantes de nácar y arrebol,
y llevan en sus almas ardientes y sencillas
lo puro de tu cielo, el fuego de tu sol;
del sol a cuyos vivos y fulgidos destellos
tus mágicas mujeres formarónse quizá,
que tienen como Fevo dorados los cabellos,
y luz en las miradas dulcísimas que dan.
Cuál ave peregrina que vuelve a sus riveras
tan solo unos momentos su nido a contemplar, cual rápidos ensueños, fugaces y ligeras,
las horas en tu seno he visto leslizar.
Recibe, pueblo mío, mi tierna despedida,
que el tiempo, la distancia, jamás la borrarán;
Perdona si a mi pena se mezcla la alegría;
tu sabes que si llevo recuerdos de amistad,
más fuertes que esos lazos de dulce simpatía,
me atraen desde lejos los lazos del hogar!
Acaso Dios ha dado un alma a tus praderas,
tal vez a tus montañas sensibles hizo Dios
Acaso han recogido las lágrimas postreras
con que volví los ojos para decirte Adios.
No encuentro ni una frace que exprese lo que (siento los labios enmudecen cuando habla el corazón,
recibe mis suspiros envueltos en el viento,
¡el cielo te bendiga, mi Teapa; adiós, adiós !
DOLORES CORREA ZAPATA

UN MENDIGO
A la puerta cerrada de un magnate
Un pordiosero se paró de una vez,
Y con acento suplicante dijo:
¡Denme agua, por piedad, muero de sed!
A cada instante el pobre, mas sediento,
Más fuerte golpes a la puerta dió,
Agotando el llamar a todos los tonos:
El coraje, la súplica, el dolor:
El eco de su voz vibraba apenas
Cuando al fin le trajeron de beber;
¡Vano trabajó: el infeliz mendigo
Estaba en realidad ¡muerto de sed!
Hace ya mucho tiempo . . . ni se cuando . . .
A la puerta de tu alma llamé yo,
Y con acento de mendigo dije:
¡Amame por piedad, muero de amor!
Es hermana tal vez de aquella puerta,
La puerta de tu alma dura y cruel:
Bien sabe Dios que en vano todos, todos Los tonos de la súplica agoté.
Hoy he visto en tus ojos una lágrima . . .
¡Ahora quieres apagar mi sed!
Guarda tu amor para otro pordiosero, Que mi alma es un cadáver . . . ya lo vez!
DOLORES CORREA ZAPATA

NOCHES DE TEAPA
En las lujosas noches de mi tierra,
cuando del cielo alhájanse los tules
y el perfumado viento de la sierra
riza las aguas límpidas y azules.
Cuando entre espumas rugen los “raudales”,
y los “playones” blancos resplandecen,
manchados por las sombras de sauzales
que al soplo de la brisa se adormecen.
En la oscura y brumosa lejanía,
apenas se adivina el caprichoso
contorno de la enorme eserranía
ataviada por bosque tormentoso.
De añosa ceiba, tras irsutas greñas
que gigantes fantásticos figuran,
y entre las negras copas del ramaje
los “cocuyos” volando centellean
Son las manchas del blanco caserio
que a trechos dejan vislumbrar las frondas,
al perenne murmullo de sus ondas,
cual palomas dormidas por el río.
Aquella calma a veces interrumpe
como un crispante chasquear de fuente,
cuando de pronto en el silencio irrumpe
el violento tropel de algún jinete.
Del callejón tortuoso ante la reja
donde el “San diego” el festón amarra
trema entre tanto y gemidora deja
su canto quejumbroso la guitarra.
Hilos de luna féltranse en lo espeso
y se estremece el pétalo fragante
a la caricia, y perfumado beso
vaga ondulado en el cendal flotante.
Se exhalan los alientos tropicales
todo fulgura y trémulo se agita . . .
y abrazada en ardores virginales
¡naturaleza de pasión palpita!
PEDRO A. GONZALEZ FIGUEROA

A MI MADRE
Valor, señora: la espinosa senda
no nos arredre por lo, obscura y larga,
ni de los ojos a la fuente amarga
soltemos pusilánimes la rienda.
No con el alma inerne nos sorprenda
del contrario destino la descarga:
¡Ai, de aquel que sin dardo o sin adarga
osa emprender la insolita contienda!
Así, de pie, sin que la voz invoque
piedad, del infortunio que nos toque
la ira implacable con valor suframos.
Y, si es preciso doblegar las frentes,
no sucumbamos como delincuentes:
en actitud de martires caigamos.
MARCOS E. BECERRA

HIMNO A LA SECUNDARIA
Juventud, juventud, juventud,
de la Patria eres tú la esperanza,
vas abriéndote paso a la luz
recibiendo en tu ser la enseñanza.
Ve sonriente y ufano al plantel
donde cantan por ti una plegaria,
paladines también del saber
en tu escuela, tu gran Secundaria.
No abandones la luz de ese faro
él te marca tu fiel derrotero,
tuú serás del humilde el amparo
de tu suelo, su audaz guerrillero.
Juventud, Juventud, es la hora
que tu esfuerzo se sienta vibrante,
no desmayes jamás, que la aurora
llegue a ti con laureles triunfante.
Tú que vas a la Escuela estudiante
ve con fé, con cariño y amor,
que se grave el saber en tu mente
de tus padres serás un honor.
Ve sonriente y ufano al Plantel
donde cantan por ti una plegaria,
paladines también del saber
en tu escuela, tu gran Secundaria.
Teapa, Tab., Septiembre 9 de 1965.
LOIRE F. SALA CASANOVA

FASTOS NACIONALES
Especial para “EL TEAPA”
¡21 de marzo! Fecha que mi pueblo guarda escrita con grandes caracteres en la historia:
las infamias, tremendas, inauditas,
de aquel año once de infeliz memoria,
la traición de Elizondo, vil, maldita.
con su epílogo horrible en “Granaditas”.
Y también este día, es día bendito,
que un lustro antes de aquella felonía,
nació allá en Guelatao un pobre invito
que a mi Patria le diera autonomía
el 21 de Marzo lleva inscripto
el nombre de un patriota, de un invicto!
Ese genio se llamó BENITO JUAREZ,
cuyo nombre traspasa la frontera,
y su esfigie se guarda en los altares
de mi Patria que la ama y le venera,
¡Hidalgo, Juárez; dos manes tutelares
de estas tierras de Anáhuac y sus mares.
Y antes esta dualidad de pensamiento
que embarga nuestro espíritu patriota,
debemos disipar el sufrimiento cubriendo con crespón la negra nota,
y celebrar con júbilo y contento
de JUAREZ el inmortal el NACIMIENTO!
Teapa, Tab. Marzo de 1949.
RAMON F. CORNELIO

LA IGLESIA DE MI PUEBLO
Hay en Tecomajiaca
exquisito templo
que tenaz construyeron
allí, nuestros ancestros.
Extraño caminante
llegó el Padre Jesuita
y un corro de vecinos
lo rodeó enseguida.
El dijo sosegado:
¡La paz sea con vosotros!
He venido a este pueblo
para hablaros a todos,
de algo muy hermoso
y que a Dios encomiendo;
y es que aquí construyamos
para el río, un templo.
Así dijo el anciano . . .
Y la gente reunida
contestó con cariño
y con grande alegría:
¡Padrecito, buen padre!
Hagamos esa Iglesia,
os daremos ayuda
y nuestra reverencia.
Incansable el anciano
ha empezado la obra,
que difícil resulta
por ser obra grandiosa.
Y así se pasa el tiempo
y doblega su frente,
el anciano Pastor
que ya a los años, cede.
Las gentes de Teapa
con enérgico esfuerzo
van en grandes desfiles
materiales trayendo,
y algunos cargan piedras
otros llevan la cal,
otros más, los maderos.
Vienen hasta mujeres
grandes piedras cargando
y aunque vienen rendidas
a Dios ofrendan cantos
y se elevan sus salmos
hasta la inmensidad
como prueba de fé
y de amor a su ideal.
Y de aquel sacrificio
de los hijos de Teapa,
hay un sólido templo
allá en Tecomajiaca
que el error de un Gobierno
muchos años después
destruyera algún tanto
en lucha con la fé.
Sin embargo resurge
el templo tan antiguo
y ya vuelven los fieles
con fe a reconsruirlo.
Y forman caravanas
que van a saludar
a la Guadalupana
Patrona sin igual.
Y como el Ave Fénix
de sus yertes cenizas
así surge el templo
que hicieran los Jesuitas
y se escucha un ¡Hosana!
cantado por los fieles
que va hasta el infinito
y que al futuro advierte.
Hay en Tecomajiaca
antiquísimo templo
que tenaz construyeran
allí, nuestros ancestros.
Y si en un gesto torpe
algún intolerante
quisiera destruirlo
con fin inexplicable,
nuevas generaciones
el Templo construirían
pues la fé está latente
y no muere en un día.
Hay en Tecomajiaca
antiquísimo Templo
que tenaz construyeran
allí, nuestros ancestros,
y fieles caravanas
llegan a saludar
a la Guadalupana
la Matrona Inmortal
Teapa, Tab., Junio 18 de 1949.
MARCO AURELIO JIMENEZ CALLEJA

CANCION A MI CIUDAD NATAL
Hacia un confín de Tabasco
se alza tranquila Teapa,
ante cerros que la ciudad
y un río que la retrata,
por las mañanas alegre
y por las noches callada.
Hacia un confín de Tabasco
se alza tranquila Teapa.
Verdes colinas la cercan
como perla entre esmeraldas,
murmurantes arroyuelos
con sus canciones la encantan,
las márgenes de su río
la adornan con flores raras
Hacia un confín de Tabasco
se alza tranquila Teapa.
Impresa está en mi sensorio
y cuando quiero mirarla
con sólo evocar su nombre
se presenta engalanada
que por algo allá le dicen
de la sierra “LA SULTANA”
Hacia un confín de Tabasco
se alza tranquila Teapa.
Caminante: si tus pasos
se encaminan hasta Teapa,
tus ojos maravillosos
captarán bellezas gratas
y tus oídos la música
del río que la retrata.
Hacia un confín de Tabasco
se alza tranquila Teapa.
México, septiembre 20 de 1961.
A MANUEL ROSADO G.- LIC. BERNARDO DEL ÁGUILA FIGUEROA

A HIDALGO
Padre Hidalgo, tu Patria adolorida,
en este día de luto y de quebranto,
llega a tu fosa, triste y conmovida
llevándote las flores de su llanto.
Tu noble sacrificio no fue en vano….
muere tu cuerpo, más tu ideal persiste
en el alma del pueblo mexicano:
La Patria libre que hasta hoy existe.
No fue en vano tu grito libertario:
Tras ese grito de justa rebeldía,
halló la redención el proletario,
miró el amanecer un nuevo día.
¡Oh, Padre Hidalgo, sublime anciano!
¿Cuál es la base de tu gloria inmensa?
Fue la de libertar al mexicano
sin ningún interés de recompensa.
Más, grabaste en la historia tu heroísmo
(para tus hijos hermosa herencia)
han sido los moldes del patriotismo
y serán motivo de reverencia.
Y fue tu actitud luminosa
pista:
te apartaste del claustro y las capillas;
viste que la patria no se conquista
inactivo y postrado de rodillas…
El patriota mexicano aunque sucumba
en la edad de niño o en la anciana,
lleva intacto en sus venas a la tumba
la dignidad de su sangre mexicana.
Con el alma sin oídos y egoísmo
venimos, no a llorar a tu memoria,
sino a tomar ejemplo de Civismo
en los reflejos de tu inmensa gloria…
SAUL WADE TELLAHECHE

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