Teapa ayer. 11va parte
Emilio Antonio Contreras Martínez de Escobar EUREKA, TERRENOS DONDE SE ACENTO LA ESTACIÓN DEL FERROCARRIL TEAPA Como se aprecia la obra del Ferrocarril del Sureste, entraña una singular importancia para este municipio de Teapa, Tabasco, el cual fue testigo de la transformación y las oportunidades de desarrollo que se fueron abriendo desde la fecha en […]
14 de noviembre de 2019

Emilio Antonio Contreras Martínez de Escobar

EUREKA, TERRENOS DONDE SE ACENTO LA ESTACIÓN DEL FERROCARRIL TEAPA

Como se aprecia la obra del Ferrocarril del Sureste, entraña una singular importancia para este municipio de Teapa, Tabasco, el cual fue testigo de la transformación y las oportunidades de desarrollo que se fueron abriendo desde la fecha en que se inició la construcción de las líneas del ferrocarril en el año de 1936.

Esta línea férrea constituyó el más firme elemento para unir la región del sureste con el resto del país, aportándole a nuestro municipio la facilidad de comunicarnos hacia el norte y hacia el sur y a los demás ramales de las líneas férreas del país.

Teapa hubo dos estaciones de ferrocarril; la primera se ubicó en la Ranchería Manuel Buelta Primera Sección y fue conocida como “Morelia” y más que estación originalmente era el centro de operaciones y taller de las cuadrillas que estaban colocando los rieles en las brechas recién terraplenadas entre Pichucalco y Teapa. Como no se había construido ningún puente sobre el rio Teapa, estos talleres se prepararon como estación cuando se daba el servicio provisional de transportación de pasaje y carga entre puerto México y Teapa, tramo que fue inaugurado el 10 de diciembre de 1946 por el entonces Presidente de la Republica el General Manuel Ávila Camacho.39

 La inauguración formal del Ferrocarril del Sureste se dio el día 7 de abril de 1950, por el entonces Presidente de la Republica Miguel Alemán Valdez, catorce años después de iniciada su venturosa construcción en el año de 1936.

Prácticamente fue uno de los últimos ferrocarriles creados en México, y doto a Tabasco de una nueva vitalidad para mejorar su economía que se basaba en una agricultura de subsistencia y una ganadería de autoconsumo.

Sin caminos carreteros, la comunicación y el comercio dependían casi exclusivamente de la amplia red fluvial que atraviesa el estado, sin embargo, por ser sus ríos pocos profundos solamente embarcaciones de bajo calado podían navegarlos, situación que poco ayudaba a mantener una comunicación eficiente.

El Ferrocarril del Sureste, abrió el camino hacia el edén tabasqueño y junto con la explotación del petróleo y la construcción de las presas hidroeléctricas sobre el Alto Grijalva en territorio chiapaneco, Tabasco recibió un gran impulso hacia nuevos horizontes. Pese a la importancia que la serpiente de hierro tuvo para la economía local su destino estaba marcado a muy poco de haber sido creada.40

La Estación del Ferrocarril Ubicada en el kilómetro 212, se construyó dentro de las fincas rusticas denominadas, “El Rosario”, “La Encarnación” y “Tacubaya” que formaron una sola finca llamada “Eureka” propiedad de la sucesión del Ingeniero Joaquín Pedrero Córdova, por virtud de la cual, la señora Ana Ortiz viuda de Pedrero, como única y universal heredera adquirió en propiedad en pago de su haber hereditario en el año de 1984; la finca llamada “Eureka” con superficie de 85 hectáreas, que sufrieron afectación agraria y que aprovechando dichas circunstancias diversas familias se asentaron de manera irregular y sin documento alguno dentro del área de la finca y al paso de los años fueron denunciando juicios de prescripción positiva y fueron adquiriendo la calidad de dueños después de haber invadido y usurpado terrenos que no les pertenecían porque estos se encontraban debidamente escriturados.

La finca “El Rosario” y su anexa “La Encarnación”, ubicada en el vecindario de Coconá, la primera con una superficie aproximada de treinta y siete hectáreas y los linderos siguientes; al norte con propiedad del señor Leonor Carrillo, al sur con terrenos del fundo legal de la ciudad de Teapa, al este con Arroyo Hondo y terrenos de “La Encarnación”, y al oeste con el rio de Teapa.

Y la segunda con una superficie de treinta y tres hectáreas sesenta y dos áreas y cinco centiáreas, y los siguientes linderos; al norte con “El Rosario” que fue de doña Modesta Bastar y después de don Jesús Valencia, al sur con terrenos de don Joaquín Balboa y los de “Tacubaya”; al este los de “El Rosario” y el predio rústico denominado “Tacubaya” ubicado en el mismo vecindario, con una superficie de veinte hectáreas, dieciocho áreas y tres centiáreas, limitado al norte con la finca “El Rosario”, al sur con la quinta del señor Prisciliano Sala y terrenos de don Pablo Simón y después de don Joaquín Balboa, al este con terrenos de Manuel Ovando y después de don Jesús Valencia y al oeste con varias propiedades.

A raíz de esas ocupaciones superficiales y de obtener sentencias favorables en las cuales de poseedores pasaron a convertirse en propietarios diversas familias empezaron a colonizar parte importante de la finca Eureka alrededor de lo que en 1950 fue inaugurada como la Estación Teapa o Estación del Ferrocarril parte de la línea férrea de Coatzacoalcos Veracruz a la Ciudad de Campeche.

Es importante destacar tal como lo refiere J.M Carrera Casanova, en su libro “Estación Teapa” al inaugurarse la estación Teapa esta ya contaba con casetas que servían para alojar a los garroteros y maquinistas, además de las oficinas provisionales para venta de boletos, posteriormente se hizo un edificio de dos plantas y andenes, se establecieron además de la estación del ferrocarril, el taller y el patio de servicio en parte de los propios terrenos del predio denominado “Eureka”, se construyeron además casas para los ingenieros residentes y jefes de oficina, departamento de descanso para personal de paso, casas para personal de sección, el edificio de la escuela de capacitación, las casas del jefe de estación, las canchas de voleibol y básquetbol y el taller de mantenimiento. Las casas para el personal técnico y administrativo eran ocho casas de mampostería y techo de estructura armada y colada, con todos los servicios. Estas casas se ubicaron sobre el acceso principal entre la ciudad de Teapa, y La Estación, sobre los terrenos que ocupo el primer campo de aviación que instalo ferrocarriles en Teapa sobre la actual avenida Carlos Ramos.

En el año de 1933 el propio Ingeniero Joaquín Pedrero Córdova, sede al gobierno Garridista fuerte impulsor de la aviación en Tabasco, un terreno frente a la Estación Teapa, donde durante varias décadas estuvo el campo de aviación también como parte de la red aeronáutica comercial y de carga.

El 24 de abril de 1933, en correspondencia el Licenciado Tomas Garrido Canabal se dirige a Don Joaquín Pedrero Córdova, en su domicilio calle 59 número 458 de la Ciudad de Mérida Yucatán, con las siguientes palabras; “Estimado amigo: con carta fechada el 31 de marzo, tuve el gusto de recibir una copia del mensaje que le dirigió a su hermano Eduardo.

“Ya hemos iniciado los trabajos para la construcción del campo de aterrizaje. A ver si cuando hayan sido terminado, tenemos el gusto de que ud. nos visite. Agradezco su atención y lo saludo cordialmente. Firma Tomas Garrido Canabal.”

A partir de los trabajos de la construcción del Ferrocarril, Teapa experimenta un movimiento económico extraordinario, en la cabecera municipal los negocios, como comercios, tiendas de abarrotes, calzado, ropa, armería, empiezan a florecer y en la Estación del Ferrocarril desde Morelia hasta el área donde se asienta la estación, la afluencia de empleados directos de la empresa e indirectos de los demás negocios como restaurantes, carnicerías, tiendas de raya comienzan a prosperar abundantemente.

Hombres y mujeres, encuentran en esta nueva empresa Ferrocarriles del Sureste la oportunidad de un empleo, o de iniciar o continuar por cuenta propia negocios comerciales que al paso de los años hicieron época o fueron negocios sobresalientes o destacados y sus propietarios lograron un reconocimiento por su trato, la manera de atención y la calidad de sus productos.

Uno de los comerciantes de esa época fue el señor Jesús Pérez Barajas, originario de Jaconá Michoacán, donde nació el 25 de diciembre de 1914 quien laboró en el Ferrocarril del Sureste y fue propietario de un restaurant ubicado en la Estación del Ferrocarril, hoy colonia Reforma y Revolución, quien vivió su niñez en su ciudad natal y se traslada a Tabasco en el año de 1948, éste personaje se destacó por tener siempre la disposición de apoyar junto con su esposa María de Jesús Solorio Saucedo, a todos los trabajadores que requerían de un apoyo económico “préstamo” sin generar intereses o la asistencia en su restaurant, a los cuales les daba la oportunidad de apoyarlos con el pago hasta que pudiesen hacerlo a pesar de ser una persona de carácter fuerte y siempre enfundando su revolver.

Jesús Pérez Barajas

Antes de concluirse el puente del ferrocarril, se pasaba de Morelia hacia la nueva estación en cayuco habiendo de pagar el importe por dicho peaje a los empleados de Ferrocarriles del Sureste los proveía de una casa en el campamento Morelia atrás de la casa donde estaban los talleres provisionales de ferrocarriles en una propiedad de Don Néstor Alfaro y Don Miguel Calzada, otro comerciante el señor Francisco Alfaro casado con la señora Alicia Ruiz instalo y fue dueño de una tienda de abarrotes muy grande en Morelia, así como los hermanos José Carrillo Doporto y Don Carlos Carrillo Doporto quienes también tuvieron otra tienda o comercio muy grande en el rumbo de Morelia, también estuvo instalado el molino del Señor José Campos o Pepe Campos y Doña Fina Priego, los abarrotes de Diego Galicia, estableciéndose también una carnicería del señor Jehová Gurria.

Otro comerciante fuerte de la época en ese campamento Morelia de ferrocarriles fue el señor Trinidad Priego, pues Morelia se convirtió en el punto de carga y descarga de mercancías, abarrotes, materiales de construcción, frutas, verduras y todo lo que llegaba a este municipio, por lo que el movimiento en este campamento de ferrocarriles enclavado en la finca Morelia era intenso.

Este campamento se instala en lo que fue para el año de 1801 la Hacienda San José a tres kilómetros de la cabecera municipal, del ilustre teapaneco Don Manuel Vuelta Rojo, hijo del matrimonio formado por José María Vuelta y María Rojo. Don Manuel Vuelta Rojo contrajo matrimonio con Faustina Alfaro, fue el primer presidente municipal de Teapa Tabasco, fue también Senador de la Republica y Gobernador del Estado.

Para el año de 1960 existía en la finca Morelia un escritorio y un librero con algunos libros en francés y latín, usados por Don Manuel Vuelta, esa finca según refiere Don Manuel Rosado González, en su libro Historia y Geografía de Teapa, fue el refugio de todos los liberales perseguidos y en épocas de escasez de maíz por la langosta, el abría las puertas de sus trojes para regalarlo al pueblo, este personaje fue Magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Estado, y a los 33 años fungió como Gobernador Constitucional del Estado, año en que Tabasco fue azotado por el Cólera Morbus, terrible enfermedad en donde Don Manuel, personalmente atendía a los enfermos, recogiéndolos en carreta por las calles, su finca Morelia sirvió de hospital para los enfermos, concluido su periodo de gobierno se retiró a su finca Morelia y en el año de 1857, año en que fue promulgada la Constitución, falleció y sus restos reposan en la finca Morelia, en una colina.

En la mencionada finca Morelia, en la casa de la familia Alfaro, vivió Doña Elenita Alfaro de Calzada, y otra parte de la casa era rentada a ferrocarriles, en un tiempo vivieron allí empleados de esta empresa con sus familias entre ellas Santiago Correa Ballesteros de oficio electricista y originario de Villahermosa Tabasco, Delfino  Alba  Rojas,  bodeguero originario de        , Ignacio Hernández López, originario de Centla, Tabasco y encargado del taller, Cirilo Mezquita Mezquita, herrero, originario de Yucatán, en ese mismo lugar Don Miguel Calzada y Doña Elenita Alfaro tenían un hotelito, que daba asistencia a las gentes que llamadas por el auge económico que empezaba a generar el ferrocarril se hospedaban en él.

Esa casona de la Finca Morelia, existe parte de ella hoy en día, con el deterioro de los años pero albergando siempre los recuerdos de los que se desarrolló la construcción de la Línea Ferrocarrilera, convirtiéndose en esa época en un paso obligado, pues allí llegaba todo tipo de mercancías, antes de existir el puente Teapa que comunicó Morelia con la ciudad.

En el año de 1945 mi padre el señor Rubén Contreras Cáseres, antes de salir de Coatzacoalcos Veracruz, para este municipio le pregunto a un compañero de trabajo donde es Teapa y este le contesto “te vas a la selva”.

Cuando llego a Teapa a la Estación de Ferrocarriles en construcción un compañero de trabajo y primo el joven Arístides Lastra García le dice “te voy a llevar a que conozcas un lugar muy bonito que se llama el mure” y como traía siempre una camarita fotográfica marca Kodak, se tomaron la siguiente foto.

Después de la visita a la fuente del mure se fueron caminando al centro de Teapa, cuando le dieron la vuelta al pueblo don Rubén quedo impresionado de la belleza del lugar ya existiendo la tienda de Don Carlos Mollinedo Casanova denominada “La Central”, otra de Don Rodolfo Sánchez, Otra de Don Pánfilo Bautista denominada “El Panal”, otra de Don Rodolfo Conde, otra de Don Abesalio Landero, otra de Don Lorenzo Mollinedo, una tienda gigante en Esquipulas, la tienda de Don Julio Sánchez y sus hijos denominada “Casa Sánchez”, la constancia de Don Pantaleón Inchaustegui, la Línea de Transportes de la familia Pedrero y de Don Salomón Quintero y otra línea de camiones de Don Juan Rodríguez Lanz de Tacotalpa, la tienda de Don Alfredo Rodríguez con su exhibidor de armas. De regreso al campamento Morelia, donde estaban los dormitorios, había que agarrar en el paso el cayuco que era particular y había que pagar el paso de un lado al otro del rio.

PANGA SOBRE EL RIO TEAPA

Tiempo después hubo una panga para atravesar el Rio Teapa, en una de las partes, menos caudalosas, hasta llegar al playón que se encuentra detrás de lo que hoy son las viviendas que existen desde la cabeza del puente hasta la escuela primaria Isabel Calzada de Santa María, en la misma colonia que antes fue campamento y hoy es una de las colonias con más movimiento en el municipio, también denominada Morelia.

Ese lugar es testigo de la llegada a nuestro municipio, de muchas familias que se establecieron desde antes de la inauguración del ferrocarril en el año de 1950 y se quedaron para toda la vida en Teapa; formando familias de mucho trabajo y respeto, como Tomas Otero Pimentel apodado, “El Torero” quien fue uno de los más entusiastas organizadores de la fiesta del Día del Ferrocarrilero, en la cual era todo un espectáculo ver el palo encebado y el sonar de las trompetas del ferrocarril, que aturdían a todo mundo; siendo imposible de mencionar a todos y cada uno de los obreros ferrocarrileros que llegaron y se quedaron para siempre, me permito tomar del libro de José Manuel Carrera Casanova, los nombres de los siguientes ferrocarrileros que hicieron época, muchos venidos de fuera como don Abel González Silva, cadenero, originario de Oaxaca, Don Alfonso Vázquez Rito, conductor motorista, nacido en Matías Romero, Oaxaca, en 1904 y fallecido con más de cien años, Andrés Silvan Méndez, cabo de cuadrilla de carpinteros, nacido en Jalapa, Tabasco, Antonio Amaya Martínez, motorista, nacido en Comalcalco, Tabasco, en 1930, Arístides Lastra García, maquinista de tren de pasajeros, nacido en Emiliano Zapata, en 1926, Carlos Salvatierra Soberano, operador de báscula, nacido Pichucalco, Chiapas, en 1937, Carmen López Herrera, enfermera, originaria de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, nacida en 1914, Clemente Ramírez Jara, maquinista de trenes de carga, mixtos, extras y de pasajeros, entre Coatzacoalcos y Campeche, originario de Cuitlahuac, Veracruz, nacido en 1913, Doroteo Hernández Díaz, perforador de terrenos, laboratorista de suelos y vigilante de la calidad de pilotes de puentes definitivos y alcantarillas, nacido en Cárdenas Tabasco, en 1918, Eucario Carballo de la Cruz, chofer de volteo y de súper intendentes, nacido en Teapa Tabasco, en 1924, Eutimio Martínez Cruz, peón de vía y piloteador de puentes, nacido en Macuspana, Tabasco, en 1924, Filiberto González Vargas, oficinista, originario de Chocholá, Yucatán, nacido en 1932, Francisco Hernández López, sobrestante, nacido en Cunduacán, Tabasco, en 1922, Francisco Servín Reyes, garrotero, sustituto de conductor de trenes y ayudante de súper intendente, originario de Michoacán, nacido en 1928, Franco Cruz Vásquez, ayudante de motorista, nacido en Villahermosa, Tabasco, en 1928, Horacio Solís Falcón, dedicado al gremio sindical, nacido en Villahermosa, Tabasco, en 1938, José de los Santos Olán, operador de draga, nacido en Villa Juan Aldama, de Comalcalco, Tabasco, en 1930, Lucio Vargas Fuentes, motorista de primera, nacido en Jalpa de Méndez, Tabasco, en 1922, Luis Aldana Irola, conductor de trenes, originario de San Román, Campeche, nacido en 1918, Miguel Ramón Hernández Torres, jefe de oficina, nacido en Villahermosa, Tabasco, en 1928, Octavio Gutiérrez Anzures, garrotero, originario de Orizaba, Veracruz, nacido en 1927, Rafael Cazorla Vélez, soldador, originario de Michoacán, nacido en 1931, Rubén Contreras Caseres, jefe de talleres, originario de Obregón (Frontera) Tabasco, nacido en 1929,

Salvador Hernández Castillo, volquetero de góndolas, originario del Ejido El Tintal, del municipio de Centro, Tabasco, nacido en 1929, Salvador Tafolla Ortiz, garrotero, originario de Taretan, Michoacán, nacido en 1932, Víctor Manuel Córdova Damián, ayudante de maquinista en los trenes de carga y mixtos, nacido en Villahermosa, Tabasco, en 1926, Víctor Manuel Carrera, oficinista y trabajador del laboratorio de análisis de suelo y de materiales para construcción de puentes, nacido en Villahermosa, Tabasco, en 1925, Vidal Cruz Banda, titular de jefe de bodega en la Estación Teapa, originario de Salto de Agua, Chiapas, nacido en 1926.

También formaron parte de ese equipo, don Miguel Olan, truquero; Miguel Carrera Junco, truquero; Alberto Centurión de la Cerda, maestro mecánico; Humberto Sánchez Marroquín, ingeniero súper intendente de vías; Manuel Arias Pérez, mecánico; Rafael Cazorla Vélez, soldador; Arturo Cazorla Vélez, maquinista; Martin Koasiche, electricista.

Todo este equipo de trabajo, al paso de los años se convirtió en un grupo de alta especialidad, pues cada uno de ellos sufrieron muchas adversidades al trabajar en la construcción de las líneas ferrocarrileras, construcciones de puentes, armado de máquinas que sufrían averías, muchos cayeron de los puentes, otros se accidentaron en los armones, muchos fueron picados por insectos o víboras, otros sufrieron quebraduras múltiples, más sin embargo no fue motivo para suspender la buena operatividad de los ferrocarriles, cada uno hizo su mejor esfuerzo por ir logrando mejorar de categoría y ascender a cargos que les permitieran un mejor ingreso; atrás de cada uno de ellos hay una historia de sacrificio, de lucha y de perseverancia, pero sobre todo de lealtad a la empresa que les dio la oportunidad de salir adelante.

A la par del crecimiento comercial del campamento Morelia, la ciudad de Teapa, es decir su cabecera municipal también experimentaba y recibía los beneficios de la llegada del ferrocarril, pues crecía la población y con ello la necesidad de los servicios médicos, tiendas, transportes, carnicerías, fruterías, ropa, zapatos, medicamentos, que eran surtidos en comercios, como los mencionados de Don Carlos Mollinedo, Don Rodolfo Sánchez, Don Pánfilo Bautista, Don Rodolfo Conde, Don Abesalio Landero, Don Lorenzo Mollinedo, una tienda gigante en Esquipulas, la tienda de los Sánchez, Don Pantaleón Inchaustegui, la Línea de Transportes de la familia Pedrero y de Don Salomón Quintero y otra línea de camiones de Don Juan Rodríguez Lanz de Tacotalpa, Don Alfredo Rodríguez con su exhibidor de armas.

La llegada del ferrocarril, le permite experimentar a este municipio, una dinámica laboral, comercial, social, totalmente diferente, pues la demanda de bienes y servicios se ve incrementada en pocos años, señalándose siempre dos puntos entre la población denominados los del centro y los de la estación, pues entre el centro de Teapa y la Estación del Ferrocarril únicamente estaba habitado hasta el arco de don Manuel Rosado, en la avenida Gregorio Méndez y la nueva calle denominada Carlos Ramos, que se abre y se inaugura con la llegada del ferrocarril siendo la parte intermedia, terrenos de la finca denominada Tacubaya, casi frente al actual malecón del rio Teapa o conocido también como los mangones, por existir todavía hoy en la actualidad una de estas grandes y legendarias matas de mango por donde se bajaba en ese barranco, hacia el rio Teapa pues presentaba una bella vista con aguas en ese tiempo todavía claras y cristalinas, limpias y que hoy desafortunadamente son el desagüe de todos los drenajes del municipio.

Para el periodo de enero de 1945, a diciembre de 1946 es presidente municipal el Doctor Regulo Rosado Díaz, y para el periodo de enero de 1947, a diciembre de 1949 es presidente municipal Don Manuel Rosado González, teniendo como datos estadísticos de población para 1950, 10,240,00 habitantes.

Con las vías de comunicación del ferrocarril del sureste y las carreteras Teapa- Villahermosa, la de Teapa- Pichucalco y Teapa-Tacotalpa, su comercio y actividad económica, estableciéndose una fábrica de chocolates, (la buergo), propiedad del señor Ramón Brindis de la Flor.

Para la inauguración, del ferrocarril ya era presidente municipal en ese periodo de enero de 1950 a diciembre de 1952, el señor Maximiliano Méndez y el ferrocarril del sureste ya proporcionaba la posibilidad de espacios laborales a muchas personas y no teapanecos, que figuraban en la vida pública y privada del municipio, sin la intención de dejar de mencionar algún nombre de los muchos hombres y mujeres de este gran población y hermoso municipio que, estuvieron presentes o están, porque algunos todavía sobreviven, o sus recuerdos están presentes en la familia teapaneca mencionare los siguientes:

Horacio Luque Villar, originario de este municipio de Teapa, Tabasco, quien nace en el Rancho Santa Rosalía el veintiséis de diciembre de mil novecientos veintiocho siendo hijo primogénito del matrimonio formado por don Amílcar Luque Prats y la señora Emma Villar Noverola, en el seno familiar de su abuelo el Doctor Alejandro Luque Domínguez y la señora Rosalía Prats Bastar, quien al quedar huérfano de madre a los ocho años, tuvo que ser criado por sus abuelos paternos. En Teapa ingresa como secretario – oficinista de los ferrocarriles nacionales del sureste, antes conocido como “RESIDENCIA” y posteriormente adquiere un camión de volteo marca Ford, modelo 1946, al que le hacía llamar el “El Halcón”, con el que participo en la construcción de la carretera Villahermosa- Teapa. Don Lacho como cariñosamente se le conocía, fue ganadero, cacaotero, y platanero, además de presidente de la unión nacional de productores de cacao.

C.P.A José Reyes Quiroz, originario de Tangancicuaro, estado de Michoacán, nacido el 26 de Junio de Junio de 1923, hijo de los señores José Reyes y Soledad Quiroz, casado con la señora Leticia Ramos Guerrero, quien a su llegada a este municipio, con el deseo y la necesidad de ayudar a su madre con los gastos del hogar, entra a laborar en los ferrocarriles nacionales del sureste por un tiempo, para luego dedicarse al trabajo como Piloto Comercial, lo cual lo hace con muchos sacrificios obtener y lograr su licencia, y trabaja para una empresa tabasqueña, trasladando café para la Casa Pizza, este personaje después de dejar de ser piloto aviador, entra a laborar al taller agrícola del señor Aquilino González Fernández, hasta los últimos días de su vida. Mejor conocido como el Capitán Pepino.

Don Manuel Hidalgo Figueroa, nacido el 26 de diciembre de 1930, en la ciudad de Villahermosa, Tabasco, hijo de los señores Jesús Hidalgo Rosado y Carmen Figueroa Figueroa, casado con la señora Sara Notario Robles. Queda huérfano a los doce años y su primer trabajo lo desarrolla como ayudante de electricista, posteriormente de los trece a los quince años, consigue trabajo en comercios de la antigua San Juan Bautista y por los años de 1948 ingresa, a la compañía de ferrocarriles nacionales del sureste en el municipio de Teapa, Tabasco, en el departamento de laboratorio, donde labora por espacio de cinco años, pues su ilusión era aprender la carpintería, y estando trabajando en Ferrocarriles, amigos y compañeros de trabajo le dieron el espacio y la oportunidad en el taller de carpintería de ferrocarriles para aprender ese oficio.

A raíz de su esfuerzo, dedicación y trabajo se hizo de un terreno, y construyo una casita aquí en el municipio y estando solo por varios años decide formar una familia basada siempre en la comunicación, respeto, y la confianza de ambos, al paso de los años aparte del trabajo de carpintería que siempre desarrollo con entusiasmo y profesionalismo, fue fundador de la funeraria “La Fe” la cual atendió hasta su fallecimiento, el 06 de Noviembre del año 2018.

Fernando Marín Espinoza, originario de Jiquipilas, Chiapas, nacido el día 30 de mayo de 1917, hijo de los señores José María Marín, y Eusfrosina Espinoza Balboa, casado con la señora Amada Mollinedo Valencia. Queda huérfano de padre a los dos años por lo que desde esa edad se fue a vivir con su abuela materna, al morir la abuela materna el tenía ocho años y un tío materno de profesión militar, se hizo cargo de su manutención hasta su adolescencia en la cual abandona la casa de su tío cansado de la vida dura que como militar le daba su tío.

Don Fernando Marín, más o menos en el año de 1950 llega a Teapa, también con el deseo, de trabajar en los ferrocarriles nacionales del sureste, quien después de lograr su objetivo e ingresar a la empresa, después de unos meses, le dieron su cambio a Campeche, Campeche, regresando en el año de 1955. Posteriormente y después de regresar de Campeche toma la administracion de la Finca “La Concepción” propiedad de su suegro Rafael Mollinedo. En 1957 se va a radicar, al municipio de Pichucalco, Chiapas, iniciándose como comerciante en el negocio de tortillería y posteriormente regresa a Teapa y pone a andar dos tortillerías que fue el negocio al que se dedicó hasta el resto de su día. Fue aficionado al basquetbol y al domino, adoptando como vestimenta bermudas, que las hacían cortándole sus pantalones pero sin hacerle dobladillo y la gente decía que como su esposa era muy celosa le cortaba los pantalones para que no saliera a la calle.

Salvador Pérez Barajas, originario de Jacona, Michoacán, nacido el ocho de abril de 1926, hijo de los señores Ignacio Pérez y Luisa Barajas, casado con la señora Rosa Nelly Mazariego López.

Durante su niñez combina sus estudios, realizando labores agrícolas con su familia, huérfano de padre ayuda a sus hermanos mayores en los cultivos de frutas y hortalizas, en una parcela familiar y en su adolescencia se desempeña como ayudante en un restaurante; llega a Teapa en compañía de su hermano doce años mayor, Jesús Pérez Barajas, en el año de 1948 y logra unirse al equipo que construye el ferrocarril donde labora durante varios años.

A su salida de ferrocarriles, él trabaja en la elaboración y venta de helados, pues era muy común ver a don Salvador ir y venir de la Estación del Ferrocarril al centro de la ciudad con su carrito de helados, los cuales vendió hasta su fallecimiento el 12 de noviembre del año 2002.

Miguel Ramón Hernández Torres, originario de Villahermosa, Tabasco, nacido el día veintinueve de Septiembre de Mil Novecientos veintiocho, casado con la señora Bertha García Iparrea, hijo de los señores Ezequiel Hernández Torres y Salome Torres Manuel comerciante, Procreó tres hijos Matilde, Salome y Ezequiel todos de apellidos Hernández García.

Gustavo Calzada Pérez, nacido el 28 de abril de 1928, en la ciudad de Teapa, Tabasco, hijo de los señores Gustavo Calzada del Águila y Dora Pérez Palavicini, soltero. Inicia su actividad laboral, como aprendiz en las oficinas de Ferrocarriles Nacionales del Sureste, posteriormente ingresa al taller mecánico donde permanece laborando por varios meses, tiene la oportunidad de aprender a manejar motores y se convierte en motorista; al salir de ferrocarriles se va a la Ciudad de México en donde radica otra temporada, y posteriormente tiene una corta estancia en California donde regresa a su tierra natal y se dedica a la venta de algunos productos.

Francisco Calzada, nacido el 23 de octubre de 1926, en la ciudad de Teapa, Tabasco, hijo de los señores Gustavo Calzada del Águila y Dora Pérez Palavicini, casado con la señora Consuelo María Melo Calcáneo. Desde chico inicia su actividad laboral en las ventas de empanadas, bolero y logra aprender mecanografía, lo que le da la oportunidad de entrar de ayudante de checador y pagador desde los 16 años en los ferrocarriles nacionales del sureste, donde labora por espacio de varios años para luego salir de esa empresa e instalar una carnicería que era de los negocios más prácticos en esta región, haciéndolo asociado con el señor Manuel Llergo Heredia, Pedro Cano Resendez, su primo Víctor Calzada Hernández, Agustín Calzada, dedicándose también con ellos aparte del negocio de carnicería a la compra y venta de ganado. En el trienio donde preside Oscar Llergo Heredia de enero de 1992 a diciembre de 1994, la presidencia municipal, es designado suplente del primer regidor, durante ese mismo trienio. Fue aficionado al béisbol y a las peleas de gallos.

Mientras el tiempo transcurre, las líneas del ferrocarril avanzan, muchos vienen buscando la oportunidad de trabajo o fortuna, a este bello rincón de la sierra tabasqueña, los comercios florecen, Teapa crece y con ello se va dando paso a la conformación de asociaciones, uniones de taxistas, comerciantes, agricultores o ganaderos, la brecha entre la estación del ferrocarril y el centro de la ciudad, que antes era o se veía tan lejos, se acerca y como antaño, que solo existía el centro de la ciudad y sus antiguos barrios de Tecomajiaca y Esquipulas, ahora va naciendo otro asentamiento urbano del cual saldrán enormes colonias, de esta ciudad.

Vale la pena compartir, el prólogo del libro “Lira de Amor”41 en el que, se retrata de manera sencilla y profunda, a nuestro Teapa, en las décadas de 1940, 1950 y 1960, que sin lugar a dudas despertaron verdadera inspiración de propios y extraños y personas como Don Torcuato Brindis de la Flor, quien describe de manera hermosa el pasado inspirador de este terruño, el cual siempre valdrá la pena mantener fresco en la memoria de todo Teapaneco, como fue y como transcurría la vida en este nuestro municipio, por ello me permito compartir tan hermoso relato del autor de “Lira de Amor”.

“… El hombre tiene la hermosa facultad de detener el tiempo y con el recuerdo, volver a vivir con sugerente emotividad, hechos y cosas que pertenecen al pasado.

TEAPA. Te llevo en mi alma y te grito mía, porque allí nació mi madre y mi padre en Jalapa, quién muy joven llegó a mi querido pueblo. Para mí el Puyacatengo, Tecomajiaca, Esquipula, el Mure, sus cerros y su Gruta, son a modo de crisol tabasqueño el que me fue dando el temple escalonado a mis pasos titubeantes de niños y el conformamiento a mi cuerpo de joven y a mis inquietudes Revolucionarias por las que tantas veces sufrieron mis viejos.

En Teapa. La Sultana de la Sierra, nacieron para honra y gloria de Tabasco, hombres nobles, leales, sinceros y abiertos que todo lo dieron sin esperar nada, ni siquiera la sonrisa o el recuerdo. Como poder olvidar al Dr. José María Rosas, que a fuerza de tantos desvelos, estudios, ensayos, pruebas y perseverancia de Santo encuentra el remedio “ELIXIR ANTIVIPERINO” para evitar la muerte por mordedura de la temible NAHUYACA.

Capitulo por separado merece el doble galeno Don Ramón Medina. Fiel en toda la extensión de la palabra, al juramento de Hipócrates, se dedicó a curar sin esperar el pago correspondiente, de día y de noche siempre estuvo presente con toda persona que lo necesitara. Fue un protector incansable para todos los humildes.

Persona importante en el Teapa de aquellos inolvidables tiempos lo fue Don Tiburcio Palavicini, que como encargado del telégrafo, era el portador de las noticias buenas o malas que la gente tranquila de mi Teapa, esperaba y recibía con alegría o desengaño. Los Palavicini fue una de las familias más numerosas de aquella época.

Los hermanos, Adán y Evaristo Palavicini, el comerciante, paso como uno de tantos, no así el TINTERILLO que con aire de gran señor se daba gusto vistiendo elegantemente y de acuerdo a la moda, bastón en ristre y cigarrillo a flor de labio, recorría con tranquilas c

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39 J.M Carrera Casanova, “Estación Teapa”, 2004, México, Casanova

40 J.M Carrera Casanova, “Estación Teapa”, 2004, México, Casanova

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