Rodrigo Emiliano Calvario Ceballos
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A reserva de que lo confirmen los datos de este primer semestre, el día de ayer di a conocer datos que nos permiten asumir que la peor parte de la crisis económica que ha azotado al estado ya está pasando. Esto es solo el principio, ahora viene la parte más complicada, el periodo de recuperación y crecimiento económico para consolidar el proyecto de este gobierno.

Es ahora cuando los ciudadanos podremos evaluar si el rumbo trazado es el correcto y si existe un proceso de planeación estratégica bien elaborado y que tome en cuenta las reales potencialidades de Tabasco, que para muchos son claras, pero que en la práctica no se han desarrollado.

Tan se tiene claro, que desde hace varios años –hay un estudio de McKinsey muy completo al respecto- se sabe que la agroindustria, el turismo, el petróleo, las energías sustentables así como la logística y distribución son las áreas de oportunidad donde se debe fincar el futuro del estado.

Entonces ¿Por qué no se ha logrado?

He ahí el reto de la actual administración, no solo conocer las áreas, sino diseñar políticas, planes y proyectos que permitan por fin lograr el tan anhelado despegue de nuestro estado.

En el caso del campo y la agroindustria uno de los principales problemas no solo a nivel local sino nacional, es la pulverización de los terrenos de los pequeños productores. Debido a la reforma agraria y la voluntad de dotar de tierra a la mayoría de los mexicanos, la mayoría de los productores solo tienen entre una y tres hectáreas, que en cultivos como el cacao o el maíz no representan una opción viable para salir de la pobreza o mejorar sustancialmente sus condiciones de vida. En muchos casos las asociaciones son encabezadas por líderes que solo han visto por su bienestar y en otros, son los propios productores quienes han echado por la borda sus opciones de crecimiento. Ahí está el caso de Desarrollo Forestal en maderas y del Ingenio Benito Juárez en caña y biocombustibles. Este último el más reciente y donde en un principio los colombianos de Grupo Incauca adquirían al gremio cañero local su producción, sin embargo, ante el encarecimiento de los precios por parte de estos últimos, la empresa optó por adquirir tierra y realizar su propio proceso de siembra y cosecha, dejando de comprar la producción local. ¿Se le puede culpar? Considero que no, debemos tener en cuenta que es un negocio que debe dejar utilidades.

Si se atraen inversiones en agroindustria se debe preparar a los productores con tecnología y mecanización para hacer más y más competitivos sus precios, pero sobre todo, orientarlos a invertir en los productos que tengan alto potencial de desarrollo, aunque implique dejar de lado aquellos que se considera “tradicionales”. No podemos seguir viviendo de glorias pasadas.

El caso del turismo es muy interesante y bajo en enfoque correcto puede detonar el desarrollo estatal. Tabasco es un estado con muchos atractivos naturales y destino de negocios, pero su mayor activo se encuentra en su ubicación estratégica en la cadena de proveeduría turística de la península. Si logramos atraer las inversiones correctas podremos convertirnos en una entidad que provea de todo lo que requiere al sector turístico de la península, ya sean productos nacionales o importados a través de nuestros puertos, aeropuertos o de nuestra red carretera. He aquí la importancia de tener muy claro el qué, pero también el cómo. Un peso invertido en crear un parque ecoturístico no tiene el mismo impacto que un peso invertido en puertos navieros orientados a la cadena de proveeduría de la industria turística de la región.

…punto de inflexión
De acuerdo a datos publicados por la Secretaría de Hacienda al 31 de mayo a nivel nacional las participaciones repartidas entre las entidades crecieron en un 10.5 por ciento, sin embargo en el caso de Tabasco, para este periodo cayeron en 2.8 por ciento real.
Twitter  @RodCalvario