Tiempo, imaginación
Heberto Taracena Ruiz
Cómo serías a los dieciséis,
me digo al contemplarte
ensimismado…
Puede el amor hablar
modales propios;
aplicando sus signos,
de nadie más.
Esperaba del tiempo
una contestación;
sólo una
en la que tramo a tramo
volteara
repasando,
sin petrificarte,
a la vitalidad de tus sentidos.
El tiempo en el amor
pasa y regresa,
visible,
inalterable,
sin desechar el vaso
de su esencia;
a la par
de la imaginación
que lo conserva actual.
Tiempo,
imaginación,
sin alterar su cuerdas vocales,
trajeron
en buena hora
la respuesta,
precisa,
contundente.
Cómo serías a los dieciséis:
viajera de ti misma
y estrenando equipaje.
Idéntica.