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Evaristo y la inquietud general Juan Ochoa Vida Juan Ochoa juan_ochoa45@hotmail.com En un clima de incesante e incluso creciente polarización política del país, los principales problemas e inquietudes sociales continúan siendo los mismos: inseguridad, así como recesión económica en estados como Tabasco y Veracruz, aunque otros como Querétaro, Aguascalientes y Baja California Sur, presentan alto […]
7 de mayo de 2019

Evaristo y la inquietud general

Juan Ochoa Vida Juan Ochoa
juan_ochoa45@hotmail.com
En un clima de incesante e incluso creciente polarización política del país, los principales problemas e inquietudes sociales continúan siendo los mismos: inseguridad, así como recesión económica en estados como Tabasco y Veracruz, aunque otros como Querétaro, Aguascalientes y Baja California Sur, presentan alto crecimiento pero con desigualdad económica y social cada vez mayor.

Un año después de los procesos electorales que marcaron un rumbo diferente para México en términos de expectativa de cambio, la situación general no es muy diferente. Las autoridades municipales, que son primeras receptoras de la demanda social, en la gran mayoría de los casos no se han puesto a la altura de las circunstancias y han hecho lo contrario de lo que se espera de ellas.

En Tabasco, resulta difícil de comprender la insensibilidad e incapacidad de un político de amplia experiencia como lo es Evaristo Hernández Cruz, quien en su segundo periodo como alcalde comete un error tras otro. Desperdicia valiosos y escasos recursos públicos, y todavía se atrevió a solicitar que el Congreso del Estado le autorice un cuantioso empréstito.

Aun cuando Centro es entre los diecisiete el municipio que tiene mejores ingresos propios, merced a la retabulación que aplicó Florizel Medina con altísimo costo político para él, Evaristo no ha sido capaz de al menos remendar las calles de Villahermosa, como no sea la “obrita” de “relumbrón” que vino a ser la colocación de más chapapote sobre avenida Usumacinta.

Reconstruyó el reloj floral sin que luzca mejor y sin que ello fuese necesario. Inició desde hace unos dos meses la remodelación de la Fuente de la Diana Cazadora y todavía, a media Feria Tabasco 2019, no la termina. Otra obra innecesaria. Para colmo, construye una extensión del camellón ubicado allí enfrente, quién sabe para qué.

Antes, cerca de ese lugar, desbarató las banquetas a orillas del Carrizal sin que se tratase de una urgencia, porque además no estaban en malas condiciones. Otro pretexto para el contratismo.

Desde luego, no es el único edil que ha hecho quedar mal al proyecto denominado Cuarta Transformación. Sin embargo, sí es el mejor ejemplo de lo malo que puede ser un presidente municipal, máxime que gobierna a la capital del estado y todavía se atreve a anhelar la gubernatura, confiado quizá en que una estructura clientelar al estilo del viejo PRI lo llevará al poder o que otro “efecto AMLO” le hará el milagro.

Y si creyéramos en tanto que prometió, solo quedaría esperar a que se atreva a hacer su teleférico y a desbaratar Paseo Tabasco y Avenida Madero. Total que el dinero sobra y que lo respaldan, según él, los alrededor de 400 mil ciudadanos que le dieron su voto y, con ello, un cheque en blanco.

¡Ni quien se atreva a reclamarle! Quien lo haga, será señalado como emisario de su antecesor en el cargo, o del propietario de uno de los periódicos que lo ha cuestionado. Se le acusará de chantajear, presionar en busca de beneficios personales y hasta ser, como se decía antes, “enemigo del progreso”.

A decir verdad, tanto Evaristo como otros personajes elegidos el año pasado por voto abrumador, deben estar atentos, con la mente abierta, y escuchar la voz del pueblo: cuidado con la irritación social, esa que no se expresa en mítines o marchas, pero se reserva su calificación a los gobernantes. Hay que recordar lo que le sucede a la espuma que sube y sube.

Todos están, quizá, a tiempo de corregir el rumbo. La gente quiere resultados. No más sacrificios. No más mentiras. No más soberbia. Las expectativas se fueron a lo más alto… hasta un punto donde caer es mortal.

¿Hay que darles más tiempo a nuestros gobernantes para que cumplan lo comprometido? Sí. Sin duda alguna, recibieron todos un fuerte quebranto. Pero no hay cabida para errores, ni para descuidar la comunicación con los ciudadanos, en plena era de la información y de la desinformación.

La referencia no es la más adecuada, pero como dijo alguna vez un Presidente de triste memoria: es hora de hacer política, mucha política, más política. Y, de sobremanera, que comiencen a verse resultados, porque de lengua me como un plato.
Twitter: @JochoaVidal

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