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Corruptos Juan Ochoa Vidal juan_ochoa45@hotmail.com Tiempo de reflexión. Lo señala la Constitución y la ley reglamentaria en materia electoral. El próximo domingo será día de decisiones. No nos equivoquemos. Citamos un ejemplo de error dramático, un caso público: el jalpaneco Francisco Javier Cabrera. De la nada, carente de formación mínima y de antecedentes de servicio […]
4 de junio de 2021

Corruptos

Juan Ochoa Vidal
juan_ochoa45@hotmail.com
Tiempo de reflexión. Lo señala la Constitución y la ley reglamentaria en materia electoral. El próximo domingo será día de decisiones. No nos equivoquemos. Citamos un ejemplo de error dramático, un caso público: el jalpaneco Francisco Javier Cabrera.

De la nada, carente de formación mínima y de antecedentes de servicio a la comunidad que lo avalaran, simplemente como producto de un tsunami electoral, en 2012 obtuvo mayoría de votos en la elección de diputados locales.

Enseguida mostró su falta de principios y de compromiso con quien ya saben quién, mediante su imagen lo colocó en ese cargo. Ya se conocía su pertenencia a la tribu de Juan Manuel Fócil.

Como subcoordinador parlamentario, actuó como el verdadero poder en el Congreso del Estado. Fue él quien forjó relaciones de complicidad con diputados de los demás partidos y del propio, unas veces con apego a la línea dictada por el intocable Arturo Núñez Jiménez y otras para negociar cuentas públicas.

Así, traicionó al movimiento político-social que le brindó la oportunidad sin merecimientos. Apuñaló por la espalda al actual Presidente de la República. Una y otra vez se benefició del blindaje a corruptos, al tiempo que se dedicaba a disfrutar de placeres prohibidos: existen denuncias públicas con referencia a adicciones y acoso sexual.

Todo ello, con el visto bueno del gobernador en turno, a quien solo le interesaba que se cumplieran sus instrucciones, máxime que a quien fungía como coordinadora parlamentaria y presidenta de la Junta de Coordinación Política le faltaban tablas para instrumentar los acuerdos en lo oscurito.

Y cuando vino el proceso electoral de 2015, Cabrera no tuvo problema alguno para ir por la alcaldía de Jalpa.

Desde luego, de nuevo pesó mucho su alianza con Fócil en el reparto de candidaturas. La mapachería en aquella elección intermedia le allanó el camino. Tantos malos presidentes municipales ha tenido Jalpa, que a la mayoría de los electores no les interesó saber si el individuo estaba preparado para el cargo y ni si como diputado cumplió sus compromisos.

Democracia en papel moneda, pues. Y, tal como se esperaba, ya sentado en la presidencia continuó dedicado a sus negocios, que se tradujeron en descarada depredación del erario y sus parrandas al punto de que al menos en una ocasión derivaron en una cruda que casi lo pone en el lecho de muerte.

Cabrera es uno de muchos ex alcaldes con cuenta pública reprobada a quien por alguna misteriosa razón el Organo Superior de Fiscalización del Estado otorgó impunidad a la fecha.

En 2019, el director de la Contraloría Municipal de la administración ahora saliente, Roberto Orueta, denunció que dentro de un paquete de maquinaria que remató el ex alcalde Javier Cabrera Sandoval en complicidad con su cabildo, está una patrulla que la Secretaría de Seguridad Pública dio en comodato y que tendría qué resarcir el daño patrimonial luego de que la dependencia estatal puso en manos de la PGR el caso, ya que la camioneta Lobo fue adquirida con recursos federales.

Vendió indebidamente todo un lote de maquinaria pesada y otras unidades, según constató y documentó el OSFE. Todo ello, además de los beneficios del contratismo, del manejo discrecional de recursos públicos y también del incumplimiento de compromisos de campaña, así como de la obligación básica de los ayuntamientos: brindar servicios públicos adecuados.

Un día de 2019, precisamente, lo vimos en un supermercado de la colonia Carrizal realizando compras a capricho, como para distraerse un rato: “¿qué compro? ¿Qué me llevo con estos ahorritos que me estorban en la bolsa?”

Ya para entonces, Cabrera se había puesto de acuerdo con su socio Fócil para apoderarse de la dirigencia del Partido de la Revolución Democrática, la “gallina de los huevos de oro” que aquí dejó de serlo tan pronto llegó a su fin el desastroso nuñato, pero que todavía da para sacarle algo de jugo, desde la perspectiva de quien ve a la política como mero negocio, sin disimulo ni escrúpulo alguno.

Por desgracia, abundan las personas a las que no les interesa si los políticos son corruptos, porque para comenzar asumen que ninguno es honesto o al menos medianamente preocupado por el qué dirán, por guardar las apariencias y dejar algún buen resultado.

Finalmente, la verdad es que la culpa de que existan en política tipos como Cabrera la tenemos los ciudadanos. El hambre, la desesperación, la ignorancia, siempre han constituido el caldo de cultivo para que prosperen los pillos de la misma manera en que surge y prolifera el mal monte.

Al votar, hay que fijarse en la persona, y también en sus nexos.
Twitter: @JOchoaVidal

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