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Nada nuevo bajo el sol Juan Ochoa Vidal Twitter: @JOchoaVidal Desde los altos círculos de MORENA se tiene la idea de que sin problemas se repetirán los triunfos electorales de 2018. Así, entonces, prácticamente no hubo sorpresas en sus nominaciones para alcaldías y diputaciones, ni en el procedimiento empleado para tal efecto. En casi todos […]
12 de abril de 2021

Nada nuevo bajo el sol

Juan Ochoa Vidal
Twitter: @JOchoaVidal
Desde los altos círculos de MORENA se tiene la idea de que sin problemas se repetirán los triunfos electorales de 2018. Así, entonces, prácticamente no hubo sorpresas en sus nominaciones para alcaldías y diputaciones, ni en el procedimiento empleado para tal efecto.
En casi todos los municipios se vio venir desde noviembre por dónde venía la pelota, dicho sea en términos beisboleros. Muchos aspirantes pensaron que su posicionamiento -el que tienen o creyeron tener, según el caso- bastaba para recibir la bendición, porque “ganarían la encuesta”. ¿Alguien romperá?

Está más o menos claro, sí, que es muy probable que el cacique Armín Marín retenga el feudo que maneja desde hace nueve años en Emiliano Zapata, para llegar a doce y aspirar a que sean quince. ¡Ver para creer! Igualmente, en Jonuta otro cacique, Francisco Filigrana, confía en derrotar con dinero al morenista Erick Garrido.

En Cunduacán no está claro si el consentido de la patriarca pudiere ser derrotado por el “Chelito” Abraham Cano, quien para su candidatura independiente junto más de 30 mil firmas, las que si se pudieran convertir en votos equivaldrían a bastante más de la mitad del total de sufragios registrados en la contienda de hace casi tres años.

¡Qué tiempos, señor Don Simón! En la semana que comienza se cumplen tres años del inicio de las campañas que culminaron con un aplastante triunfo del morenismo en Tabasco. Muchas promesas hechas. También incumplimientos, como lo admitió hace unos días Andrés López Obrador al deslindarse públicamente de autoridades que “salieron puques”.

Los alcaldes “renunciados” de Jalapa y Macuspana estarían próximos ya a iniciar el cierre de su administración. Se marcharon como el Jibarito. Sus substitutos han sido la Carabina de Ambrosio.

Nada se sabe, nada se supo, nada sucedió, al igual que en el caso de José Eduardo Rovirosa y José Sabino Dagdug, quienes compiten de nuevo por la alcaldía, pese a la existencia de gruesos expedientes en contra suya.

El PRI tiene como única carta competitiva, aunque cuestionada, a Andrés Granier Melo. Son una vergüenza varios de sus otra vez abanderados, como Efraín Narváez, de Tacotalpa; Gregorio Arias, Comalcalco, y Raúl Cabrera, Teapa, entre otros. El “Químico” dará la pelea. No queda claro cuál pudiere ser el desenlace.

En general, el tricolor tiene como principal lastre no solo el descrédito por su pasado, sino a Dagoberto Lara Sedas, dos veces fracasado en Huimanguillo; egocéntrico, de muy malas decisiones, a quien todavía hace poco más de tres años se le presentó la oportunidad de ser candidato por MORENA a la alcaldía y despreció algo que sí pudo ser real.

Como era de esperarse, varios prominentes priistas renunciaron a su militancia. Pertenecen al grupo político de Manuel Andrade, a quien apoyarán hasta el final en su candidatura por Centro.

A decir verdad, desde la derrota de Ivonne Ortega y arribo del ex gobernador de Campeche a la dirigencia nacional del PRI, Francisco Herrera planteó al grupo que era el momento de romper e ir por la formación de un partido regional. Mala decisión la de ahora: acaban en el cascarón del PRD que sin Obrador nada vale y que terminó de hundir el intocable Arturo Núñez.

Como abanderado del amarillo, Andrade hará el favor a Yolanda Osuna y a MORENA de dividir el voto opositor. Algo se trae Manuel entre manos -la suspicacia resulta ser inevitable- porque con su “colmillo” debe estar plenamente consciente de que carece de la menor oportunidad de triunfo electoral.

“Pero, ¿qué necesidad?”, diría Juanga. Manuel bien podría haber permanecido, desde 2007, más allá del bien y el mal, porque al fin y al cabo logró su propósito de salir a salvo y, también, como Jibarito. Hasta pudo hacer como Manuel Gurría, yéndose a radicar a Costa Rica; o a Vancouver. O en la dolce vita en cualquier parte, a capricho, en el hedonismo pleno.

No obstante, desde un punto de vista legal, formal, incluso práctico, todas las posibilidades están abiertas rumbo a las elecciones de junio. Hacer cuentas alegres nunca ha sido saludable. Para nadie. Son demasiadas variables en juego.

¿Habrá mucho abstencionismo o se romperán paradigmas?

Para quienes hoy están a caballo, es hora de meditar muy bien cómo quieren concluir su mandato.

“Lo mejor del poder es disfrutarlo”, nos comentó Manuel a inicios del año pasado cuando nos encontramos en un desayunadero.

Es cierto. Sí, aunque cuando se está arriba, con frecuencia se ven las cosas de otra manera. Pero, como dice una de las canciones más famosas de Mercedes Sosa: todo cambia, nada queda.

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