¿Y después de AMLO qué?

Juan Ochoa Vidal
juanochoavidal@gmail.com
Sí: Andrés López Obrador no se reelegirá como Presidente de la República. Entonces, a solo poco más de cinco años de la siguiente elección presidencial, son dos las interrogantes que de ello se derivan:

1. ¿Quién, entre el oposicionismo o la sociedad civil, muestra capacidad de crecer políticamente y asumir el liderazgo del sector de la sociedad mexicana que de antemano expresa rechazo al nuevo régimen?

2. ¿Quién pudiere ser el o la abanderada de MORENA que no solo se afiance en la confianza del indiscutido líder de ese alineamiento, sino que además sea viable electoralmente por tener luz propia y beneficiarse de los alcances de la actual administración, la cual en menos de cinco años deberá cumplir en buena medida sus compromisos y llenar tan altas expectativas?

Como Andrés Manuel no hay dos; pero tampoco está a la vista quién pueda edificar un liderazgo como el de Lázaro Cárdenas, o ya cerca de finales de los ochentas el de Cuauhtémoc Cárdenas y Manuel J. Clouthier.

Francamente, ni en el PRI, ni en el PAN, mucho menos en el PRD y demás partidos chiquitos, mas tampoco en MORENA se observa en estos momentos a alguien con potencial suficiente, aunque en el caso del partido en el poder hay quien considera que Claudia Sheinbaum Pardo, de 56 años, y Marcelo Luis Ebrard Casaubón, de 60, son dos cartas visibles que en esta hora tiene el Presidente para un proceso sucesorio que necesariamente ya inició.

Leímos en redes sociales un comentario que nos alegró la tarde: ¡Gerardo Fernández Noroña para Presidente!

Por lo que se refiere a MORENA, habrá qué ver si llegado el momento alguno de los gobernadores logra posicionarse al punto de ser considerado presidenciable. En última instancia, por ahora estos últimos tienen mucho trabajo por hacer. ¿Y Ricardo Monreal Avila? El ex gobernador de Zacatecas, hoy senador, no tiene tamaños para algo así.

En cuanto al oposicionismo, la posibilidad de ser competitivos en principio depende de si en 2021 se avanza o se retrocede aún más.

En esta hora, Ricardo Anaya solo continúa haciéndole más daño al PAN, el partido que se ha fracturado y que tiene a Margarita Zavala con Felipe Calderón en la recolección de antiguos adeptos del blanquiazul. El 2024 está muy cuesta arriba para ellos, aun si el obradorismo sufre el desgaste.

Para el PRI igualmente no se ven posibilidades a ese plazo. Basándonos en la lectura de la realidad, no sería antes de 2030 cuando el tricolor se recupere. En los años más próximos quizá recuperen algunos espacios; pero será en circunstancias muy focalizadas.

Por lo pronto, Obrador firmó este martes públicamente un documento con el que dio respuesta a lo que calificó como infundios, por lo que “me es necesario reiterar mis principios y mis convicciones democráticas para asentar lo siguiente:

“Soy maderista y partidario de los principios de sufragio efectivo y no reelección.

“Me inspiran los ideales y las convicciones, no la ambición al poder.

“Creo que el poder solo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás.

“Considero que basta con seis años para desterrar la corrupción y la impunidad y convertir a México en una república próspera, democrática, justa y fraterna. No tengo duda que nos alcanzará el tiempo para consumar, entre todos y de manera pacífica, la Cuarta Transformación de la vida pública del país.

“En consecuencia, reafirmo que no estoy de acuerdo con la reelección y que nunca, en ninguna circunstancia, intentaría perpetuarme en el cargo que actualmente ostento porque ello no solo significaría ir en contra de la Constitución sino también traicionar mis principios y renegar de mi honestidad, que es lo más valioso que tengo en la vida.

“Sepan pues, señores conservadores, que abandonaré la Presidencia en el día preciso que marca la máxima ley y que en 2024 me iré allá por Palenque (…)”
Twitter: @JOchoaVidal