Por. Elmer Jiménez Hernández
Como parte de tratar de combatir la delincuencia en el municipio de Macuspana, las autoridades fiscales del Estado, emanados del este gobierno perredista, intentan cumplir con la demanda del gremio ganadero, que durante los últimos años ha venido sufriendo la embestida delincuencial que provoca el robo de ganado, conocido como delito de abigeato, pero sucede que por parte de las autoridades locales, específicamente del alcalde Víctor González Valerio, de la misma filiación partidista no hace nada por colaborar con las autoridades de la fiscalía, permitiendo con ello, que cada día incremente más este delito.
Este tipo de delito que no es menor, ha tomado fuerzas durante los últimos tres años en este municipio, las quejas no se han hecho esperar, las oficinas ministeriales tienen en su poder cajas de papeles, de diversas demandas en contra de quien o quienes resulten responsables por el robo de algún semoviente, los pequeños ganaderos se encuentran desamparados, porque además de que no hay justicia, los roba ganados tienen nombres y apellidos, se pasean por la ciudad y las autoridades municipales se hacen de la vista gorda, porque según ellos, no hay flagrancias.
Tan sólo en este año (2015), se han registrado pérdidas económicas hasta de 14 millones de pesos, ocasionados por el robo de ganado; ya que diariamente los cuatreros o delincuentes, se roban de 3 a 5 cabezas de ganado. Sobre todo, buscan atacar más a los becerros, ya que ese tipo de animal es el que más se vende al mercado de afuera, o sea, son los que se están llevando las denominadas “panzonas” o tráiler que van con destino a los estado de Veracruz, México, entre otro.
Las autoridades municipales encabezados por el alcalde Víctor González Valerio, sólo se han limitado a decir, que en las comunidades del municipio de Macuspana, sólo existen 83 postes de matanzas y que sólo 5 están registradas, lo que quiere decir, que las autoridades municipales no están bien informadas, ignoran el dato, o lo omiten por las ganancias que le estén generando estas acciones, ya que, en el municipio existen más de 100 rastros comunitario, que pagan una cuota, seguramente a la mano; ya sea del policía o del cobrador de impuestos, que se convierten en dineros que entran a la caja del Ayuntamiento, de lo cual se desconocen sus destinos.
Como es sabido, al existir estos rastros comunitarios sin ninguna vigilancia, se hace más sencillo el procedimiento del delito de abigeato, ya que los expendedores no verifican si la carne que están comprando es de procedencia licita o ilícita, mucho menos lo hacen las autoridades, ya que ellos, están más preocupados por obtener recursos para las arcas del Ayuntamiento o para el bolsillo de las autoridades municipales, que vigilar o resguardar los intereses de los productores ganaderos.
Lamentablemente al igual que otro tipo de delincuencias organizada o no organizada, los productores de mayor extensión y pequeños ganaderos, quienes han sido durante todo el tiempo los que le han dado vida económica al municipio, en estos momentos se ven afectado por la delincuencia, muchos productores están abandonando el campo para dedicarse a otros negocios de menos riesgo, algunos más están emigrando a otros lugares, como a Estados Unidos, y así en lo sucesivo, tratando de sobrevivir a como puedan, ya que no tienen apoyos ni de las autoridades fiscales o ministeriales, ni de las autoridades municipales.