Corte de Caja
Revivir la cultura del agua en Tabasco José Martínez Tabasco se ubica en medio de los dos ríos más caudalosos de México: el Usumacinta y el Grijalva. Este último con magnas obras para el control de las inundaciones, pero sobre todo para la generación de electricidad, mismas que son manejadas por la federación. Las inundaciones […]
10 de febrero de 2017

Revivir la cultura del agua en Tabasco

José Martínez
Tabasco se ubica en medio de los dos ríos más caudalosos de México: el Usumacinta y el Grijalva. Este último con magnas obras para el control de las inundaciones, pero sobre todo para la generación de electricidad, mismas que son manejadas por la federación.

Las inundaciones no son ajenas para los tabasqueños, y hemos sufrido varias de ellas, la de mayor impacto fue en el año 2007. Sin embargo, también hay que recordar que éstas no siempre han sido negativas. Ya que hasta antes de la construcción de las presas sobre el Grijalva, las inundaciones eran vistas como el mecanismo para nutrir los suelos de Tabasco, y marcaban las épocas de siembra, lo que se conocía como la cultura del agua.

Este vital líquido siempre estuvo ligado a la sociedad tabasqueña, pero se perdió la memoria, que viene acarreando acciones como el usar nuestras lagunas y ríos como basureros, o sitios de descargas de aguas residuales bajo una complicidad con la Conagua.

El desperdicio del agua en Tabasco es enorme, quizá porque se tiene en abundancia, por eso su descuido, lo que llevaría en este siglo a provocar guerras por el agua.

Es lamentable apuntar que en Tabasco se le vea como un negocio, ya sea con la compra, con cargo al erario, de costales de arena con precios superior a los tres mil pesos, o la construcción de bordos inservibles.

Un dato interesante es que la Conagua ha ejercido cerca de 200 millones de pesos en la contratación de empresas para “verificar” y “supervisar” que las obras contra inundaciones se hagan de forma eficiente, aunque los bordos se continúan cayendo, o en su caso rehabilitando, a pesar de este gran desembolso.

La discusión que sigue luego de “bardear” Tabasco es que no se están considerando recursos para el mantenimiento de obras. Se sabe que el negocio con las inundaciones empezó desde la época de Roberto Madrazo y continuó con Manuel Andrade y Andrés Granier.

Los recursos que está manejando la federación en la entidad viene de más a menos en sus programas anuales. El dato duro es que en las obras contra inundaciones en los últimos años han tenido un sub ejercicio de más de 600 millones de pesos, que la Connagua se olvidó de aplicar.

Las nuevas condiciones económicas sugieren mantener lupa sobre el asunto, ya que otra inundación en Tabasco no es lejana. Esta tarea no debe quitarse de la agenda de los legisladores federales, al igual que la nueva ley general de aguas nacionales en la que se debe buscar proteger el recurso para las generaciones futuras.

Es evidente la falta de nuestra cultura del agua, por ejemplo, los centros municipales de cultura del agua que creó la Conagua, en su mayoría están sin usarse a pesar de la inversión realizada.

Toca el turno a la ciudadanía empezar a proteger el líquido, un recurso natural que tenemos en abundancia, pero puede sucederle lo mismo que al petróleo, ir desapareciendo poco a poco, hasta de dejar de ser el “oro blanco”.

Haberes
HOY se darán las reuniones entre autoridades de seguridad de Tabasco y Veracruz. El objetivo es intercambiar información de actos delictivos y de delincuentes, para fortalecer la seguridad en ambos estados.

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