Corte de Caja
Combatir a la delincuencia por dos vías: la policiaca y la social José Martínez EL ASESINATO del empresario Moisés Dagdug Lutzow, ocurrido el pasado fin de semana en Villahermosa, despertó una explicable y legítima indignación, así como un justo duelo entre sus familiares y amigos. La pérdida de un ser querido, más aún en condiciones […]
22 de febrero de 2016

Combatir a la delincuencia por dos vías: la policiaca y la social

José Martínez
EL ASESINATO del empresario Moisés Dagdug Lutzow, ocurrido el pasado fin de semana en Villahermosa, despertó una explicable y legítima indignación, así como un justo duelo entre sus familiares y amigos. La pérdida de un ser querido, más aún en condiciones de violencia, siempre trastoca la normalidad de la vida cotidiana, de la vida familiar. Cuidémonos, sin embargo, de apresurar juicios y condenas, exijamos pero dejemos que las autoridades hagan su labor. En el contexto de una creciente delincuencia, pero también de una contienda político electoral, debemos estar prevenidos contra el oportunismo de quienes quisieran obtener beneficios de un hecho doloroso.

Se comprende el impacto que ha tenido la noticia de este crimen. Dagdug Lutzow fue en Tabasco una persona ampliamente conocida. Empresario de la comunicación, fue concesionario de una estación de radio y un canal de televisión; en política, aunque tuvo cercanía con el PAN –partido que lo quiso hacer senador en el 2012- antes fue diputado federal por el PRD del 2006 al 2009, por el distrito que comprende a Comalcalco.

El homicidio contra Moisés Dagdug ocurrió en un contexto de crispación por la incidencia delictiva que se registra en la entidad y que ha sido reconocida por el fiscal Fernando Valenzuela. Apenas unos días antes ocurrió en la capital tabasqueña un hecho que inicialmente fue presentado como linchamiento, pero que las autoridades aclararon con un homicidio perpetrado por delincuentes ya identificados. Este contexto no debe ser utilizado por quienes buscan el favor de los votantes. Los esfuerzos deben ir encaminados a mejorar los mecanismos para la prevención y el combate a la violencia.

Las propias autoridades han reconocido que la población tiene una participación responsable en la denuncia de los delitos, de la misma forma que cuando por acción colectiva detienen a los presuntos delincuentes los han puesto a disposición de la autoridad competente. Esta actitud de los ciudadanos debe ser correspondida con una aplicación correcta, firme y oportuna de la ley.

Estoy seguro que el caso de Moisés Dagdug Lutzow será tratado con la diligencia y apego a la legalidad que lo requiere, para seguridad y por respeto a familiares.

Lo que sigue: revisar y mejorar las acciones para abatir la incidencia de los delitos. No únicamente los denominados de alto impacto, también los delitos cotidianos que afectan la percepción de seguridad de la sociedad.

Se requieren empleos
A PROPÓSITO de la prevención de la violencia y la delincuencia sin duda que una de las vertientes sociales en las tareas de prevención está en la creación de empleos. Con inquietud vemos las cifras que durante el 2015 y en el primer mes del año en curso ha dado a conocer el INEGI sobre los índices de desempleo en el país, pero sobre todo en Tabasco.

La entidad ha ocupado en los últimos meses el primer lugar en este renglón. Con una tasa del 7.6 por ciento, superando el 4 por ciento la media nacional, el número de personas desempleadas está por llegar a los 90 mil, en los diferentes sectores.

Estas frías cifras deben preocupar aún más por el anuncio de un posible recorte de personal en el sector petrolero. Se habla de unas 15 mil plazas menos. Aunque esto no se detiene ahí.
En su reciente visita a Tabasco el presidente Enrique Peña Nieto se comprometió con un programa de empleo temporal y emergente. Ciertamente vendría a mitigar el problema, aunque esto no es la solución a fondo.

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