Voltaire, o la tolerancia
Por Ferdusi Bastar Mérito Rumbo Nuevo Francois Marie Arouet, más conocido como Voltaire, un seudónimo que adoptó en uno de los muchos ostracismos que sufrió a lo largo de su prolongada y productiva vida como escritor, filósofo, historiador y abogado, destacando como uno de los principales representantes de la ilustración, el período en que se […]
7 de mayo de 2019

Por Ferdusi Bastar Mérito
Rumbo Nuevo
Francois Marie Arouet, más conocido como Voltaire, un seudónimo que adoptó en uno de los muchos ostracismos que sufrió a lo largo de su prolongada y productiva vida como escritor, filósofo, historiador y abogado, destacando como uno de los principales representantes de la ilustración, el período en que se enfatizó el poder de la razón, de la ciencia y el respeto a la humanidad.

Uno de los más ilustres pensadores de Francia y de la humanidad, dejó una vasta producción de más de 50 volúmenes, sobre todo de tratados filosóficos. A los 10 años, escribió su tragedia Amalius y Numitoir. Entre sus 15 y los 17 años estudió derecho, formó parte de la organización libertina Sociedad del Temple y recibió una cuantiosa herencia de la cortesana, escritora y mecenas de las artes Ninón de Lenclos, con el propósito, declarado por ella, de que se comprase muchos libros.

La tolerancia es la armonía en la diversidad. Fue un severo crítico del fanatismo y escribió varios tratados sobre la tolerancia. Es famosa su frase: “No comparto lo que dices, pero defenderé hasta la muerte el derecho que tienes a decirlo.”.

En 1717, cuando cumplia 21 años, tiene un enfrentamiento con un noble, el Caballero de Rohan, al que dice: “Señor, yo estoy tratando de construirme un nombre, usted está destruyendo el suyo”, Voltaire es golpeado por un sirviente y reta a duelo al noble, que usando influencias lo envía a prisión en La Bastilla, de donde pudo salir un año después gracias a la ayuda de amigos, siendo desterrado a Chátenay-Malabry, donde adoptó el seudónimo de Voltaire para poder seguir escribiendo, seudónimo que conservó el resto de su vida, con el que se inmortalizó y por el que lo conocemos .

Sufrió destierros en Inglaterra, Suiza y en Alemania, donde vivió en el mismo Palacio de Sanssouci, como huésped de “Federico II el Grande”, que lo invitaba a sus famosas tertulias.

Hombre polémico, participó en muchos debates, e incluso duelos, y en algunas ocasiones fue huésped de la famosa prisión de La Bastilla. Muchas de sus obras son tratados históricos, pero podríamos recordar su inmortal “Cándido, o El Optimismo”, una severa crítica a Leibniz , “La Henriada”, “El Siglo de Luis XIV”, su “Diccionario Filosófico” y su “Tratado sobre la Tolerancia”.

Sin haber vivido en el sexenio nuñista, Voltaire decía del gobierno que “son una horda de ladrones y usureros”. Acérrimo combatiente del fanatismo y la intolerancia, decía: “entendemos hoy en día por fanatismo una locura religiosa, oscura y cruel. Es una enfermedad que se extiende como la viruela”.

Insigne historiador, Nos deja su “Henriada”, relativa a Enrique IV, instaurador de los Borbones que terminó las guerras religiosas con su memorable Edicto de Nantes. Acuñó la frase “filosofía de la historia” en contraposición polémica a “teología de la historia”.

Voltaire nació en Paris en 1696, ciudad a la que regresó ya anciano, para morir en 1778 a la avanzada edad de 83 años. Fue miembro número 33 de la Academia Francesa y sus restos descansan en el Panteón de Paris, el hermoso edificio que alberga los despojos de los hombres ilustres de Francia

Compartir: