Voces del cambio verdadero
Lo deseable y lo posible Luis A. Pampillon Ponce pampillon_p@hotmail.com El convenio entre los deudores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y los deudores tabasqueños no se trata de una camisa de fuerza para resolver el añejo problema, sino la construcción de una oferta de solución a los deudores, quienes en todo tiempo estarían […]
24 de marzo de 2015

Lo deseable y lo posible

Luis A. Pampillon Ponce
pampillon_p@hotmail.com
El convenio entre los deudores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y los deudores tabasqueños no se trata de una camisa de fuerza para resolver el añejo problema, sino la construcción de una oferta de solución a los deudores, quienes en todo tiempo estarían en libertad de optar libremente si aceptan o no, el esquema.

Así lo explicó el gobernador Arturo Núñez Jiménez en Telerreportaje el pasado 17 de marzo en entrevista con el titular del programa Jesús Sibilla Oropeza.

En pocas palabras, el mandatario tabasqueño indicó que este convenio, a diferencia del firmado en la administración anterior, es mejor porque con aquél convenio se tenía que seguir pagando una parte de la deuda, el 50 por ciento; con el nuevo convenio si se debe menos de 23 mil 500 pesos no tendrá que pagar nada. Solamente tendrá que pagar el gasto del mes y esa cantidad será la que se vaya descontando a la deuda. Peso por peso. Ese es el borrón y cuenta nueva, que cubriría, según datos oficiales, al 90 por ciento de los deudores. En ese el primer rubro de beneficiados.

En el segundo rubro, los que deban más de 23 mil 500 pesos serán sometidos a un estudio socioeconómico que dirá si tienen capacidad de pago o no. El que demuestre que no tiene para pagar, inmediatamente entra en el primer rubro: borrón y cuenta nueva. A los que demuestren que tienen posibilidades de pagar, se le otorgarán facilidades de pago, hasta el 2018, con posibilidades de prórroga.

Eso con relación a la primera demanda de la resistencia civil, la demanda del borrón y cuenta nueva, que como ya vimos, abarca al 90 por ciento. En la segunda demanda, la tarifa preferencial, se contaría con el apoyo tarifario, en los rubros mencionados, de 15 por ciento para quienes consuman hasta 500 kWh, 12 por ciento a quienes consuman hasta 800 kWh  y 4.5 por ciento a quienes consuman hasta 1500 kWh.

Todo ello contemplado como un cumplimiento al compromiso de campaña del licenciado Arturo Núñez Jiménez de atender el viejo reclamo de los tabasqueños entendiendo a la política, como el arte del mal menor, según definición de Ortega y Gasset o definiéndola como “el arte de conciliar lo deseable y lo posible”.

De esta manera, de concretarse en los próximos días la firma del convenio, este podría ser considerado, hasta el momento, como el programa del sexenio, en materia económica. Creo que nadie duda de las buenas intenciones del Ejecutivo tabasqueño, pero ¿quién le crea a los funcionarios de la CFE?

El problema es la actitud de los funcionarios del gobierno federal, de la Comisión Federal de Electricidad, principalmente, que faltos de ética o de moral –deben decir, con palabras de Gonzálo N. Santos, mejor conocido como el “Alazán Tostado” que la moral es un árbol que dá moras– mes a mes alteran a su antojo los recibos de luz. Y uno se pregunta, ¿si siguen igual las cosas, hasta cuando dejarán de ser deudores los que firmen el convenio, si los recibos vienen alterados? Eso por un lado.

Por otro lado, habría que ver cuánto significa en pesos, 500, 800 y 1500 kWh, porque los tabasqueños no andan muy bien económicamente que se diga.

¿Y cuánto ganan los tabasqueños? ¿Les alcanzará para pagar la luz y otros servicios? ¿Les alcanzará para cubrir la canasta básica?

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 60 por ciento de los tabasqueños gana entre uno y tres salarios mínimos. Es decir, entre 70 y 200 pesos al día. “Sólo uno de cada 10 trabajadores en Tabasco gana más de cinco salarios mínimos. El resto vive con menos de 191 pesos diarios, (Tabasco hoy, 29 de agosto de 2014)

El salario mínimo en México equivale actualmente a poco más de 500 gramos de bistec o a casi seis kilogramos de tortillas, o sirve para comprar un kilo con 700 gramos de huevo o un kilo de pollo. Además, los trabajadores destinan al menos cuatro salarios mínimos a adquirir un tanque de gas de 20 litros y gastan al menos 20 o 25 por ciento de su sueldo en transporte.

Esta situación es inadmisible para los mexicanos, ya que se combinan los altos precios de alimentos básicos y servicios con los bajos salarios, señala un posicionamiento de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT).

La organización detalló que los trabajadores se están enfrentando a ver cada vez menos comida en sus mesas, ya que a pesar de lo que se diga oficialmente, millones de personas ganan un mínimo al día.

Por ello pidió el cambio de la política económica, la desaparición de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos y aumentos reales para estos sueldos, (La jornada, 23 de marzo de 2015)

Así las cosas, pedagógicamente, seguimos con la política de entre lo deseable y lo posible. Los tabasqueños tal vez tengan deseos de ponerse al día, pero la pregunta que queda en el ambiente es ¿será posible? ¿Se podrá pagar la luz eléctrica y comprar la comida?

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