Voces del cambio verdadero
Contra la corrupción: contraloría Social Luis A. Pampillon Ponce pampillon_p@hotmail.com El candidato del partido Morena, Octavio Romero Oropeza, quien está caminando, a ras de tierra por todas las comunidades del municipio, en su acostumbrada rueda de prensa de los lunes dio a conocer que la principal contraloría de su administración será la gente. Es el […]
5 de mayo de 2015

Contra la corrupción: contraloría Social

Luis A. Pampillon Ponce
pampillon_p@hotmail.com
El candidato del partido Morena, Octavio Romero Oropeza, quien está caminando, a ras de tierra por todas las comunidades del municipio, en su acostumbrada rueda de prensa de los lunes dio a conocer que la principal contraloría de su administración será la gente. Es el mejor antídoto contra la corrupción. Afirmó

Romero Oropeza considero que los peores índices de corrupción se dan en las altas esferas del poder. “El 80 por ciento de los actos de corrupción se dan en las cúpulas”, precisó.

Y es que la gran corrupción se ha vuelto un gran problema que deja muy mal parado el prestigio de nuestro país a nivel internacional.

De acuerdo con el Índice de Percepción de la Corrupción 2014, elaborado por Transparencia Internacional, México se ubicó en el lugar número 103 de un listado de 175 países, al obtener una puntuación de 35 sobre 100.

Asimismo, México se coloca en este tema en la última posición (34 de 34) de entre los países miembros de la OCDE. Hay “una amplia brecha entre México y las principales economías con las que comercia y compite caracteriza a México, que sigue siendo el país con la puntuación más baja entre todos los países de la OCDE -que agrupa a las economías más desarrolladas del mundo”.

Al respecto, Transparencia Mexicana consideró que sólo “un cambio de tajo” en la estrategia anticorrupción permitirá que México abandone la “posición de estancamiento” en la que se ha mantenido por casi una década. (El economista, diciembre 2 de 2014).

Tabasco, en este contexto, se encuentra entre los 10 estados donde los habitantes han sido víctimas de un acto de corrupción durante la realización de trámites, solicitud de servicios y otros contactos con servidores públicos y partidos políticos, según información del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).

Con datos de la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) 2013, el INEGI indicó que por cada 100 mil tabasqueños, 13 mil 656 experimentaron algún acto de corrupción a la hora de acudir a una institución de gobierno e interactuar con policías, agentes ministeriales y elementos de tránsito, entre otros funcionarios. (Tabasco Hoy, 10 de septiembre de 2013)

La de Tabasco es una vieja historia de ineptitud y corrupción en uno de los estados con más recursos naturales de la República, consideró el analista Leo Zukerman al referirse a las inundaciones del otoño de 2007.

Hace casi seis años, en octubre-noviembre de 2007 (Excélsior, 17 de junio de 2013) cayeron unas lluvias torrenciales que inundaron su territorio incluyendo la capital, Villahermosa. El calentamiento global contribuyó a este cataclismo. Pero también nos enteramos cómo la ineptitud y corrupción gubernamental habían contribuido a esta catástrofe, una de las peores de la historia del país, con pérdidas materiales que se calcularon en 50 mil millones de pesos tan sólo en Tabasco, escribió Zukerman y agregó:

Como suele suceder en estos casos, después del cataclismo, aparecieron todo tipo de acusaciones graves. Para Andrés Granier, la tragedia pudo haberse evitado con una adecuada infraestructura hidráulica. De hecho, el entonces gobernador le reclamó al entonces presidente, Felipe Calderón, que el gobierno federal no hubiera construido estas obras y le solicitó que autorizara los recursos para que “dentro de seis años no nos vuelva a pasar lo que nos pasó hoy”.

La pregunta que varios nos hicimos en ese momento es por qué no se habían realizado las obras sabiendo del enorme riesgo hidráulico que corría Tabasco debido a su situación geográfica. La respuesta no podía ser por falta de dinero, ya que Tabasco llevaba muchos lustros inundado en dinero público por las participaciones federales producto de la extracción del petróleo. Ese estado es de los que más recibe dinero de la federación en términos per cápita. Además recibe donaciones directas de Pemex. En este sentido, a diferencia de otros estados, el dinero público no es un problema, consideró Zukerman al dar otro pincelazo para la historia:

Hace seis años, una nota en La Jornada informaba que Pemex habría transferido unos dos mil millones de pesos a los gobiernos de Roberto Madrazo y Manuel Andrade. Parte de estos recursos se tendrían que haber utilizado “para realizar obras de infraestructura y de protección contra inundaciones, así como construcción de viviendas para población que habita en zonas de alto riesgo y susceptible de ser afectada por las lluvias”. Sin embargo, la nota daba cuenta de un oficio de Pemex dirigido a una comisión de la Cámara de Diputados donde se informaba “que no hay evidencia de que los recursos se hayan aplicado en la entidad”. La Jornada también indicaba que la empresa petrolera mexicana le había entregado al nuevo gobierno de Granier 274 millones de pesos de donativos “de los cuales 150 millones de pesos fueron en efectivo y el resto en especie, también con el propósito de que se destinaran a infraestructura”.
¿Dónde quedó todo este dinero?

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