Voces del cambio verdadero
¡Que regresen… lo que se llevaron! Luis A. Pampillon Ponce pampillon_p@hotmail.com Los spots priistas recuerdan la vieja denuncia de: “al ladrón, al ladrón”, en el momento que el ladrón trata de distraer al público señalando en una dirección cuando el ladrón es el que está pegando de gritos. Eso es lo que dice el spot […]
14 de abril de 2015

¡Que regresen… lo que se llevaron!

Luis A. Pampillon Ponce
pampillon_p@hotmail.com
Los spots priistas recuerdan la vieja denuncia de: “al ladrón, al ladrón”, en el momento que el ladrón trata de distraer al público señalando en una dirección cuando el ladrón es el que está pegando de gritos.

Eso es lo que dice el spot con el que están bombardeando a la ciudadanía en busca de que les dé el voto para regresar al poder, que no la paz que ellos mismos se robaron.

Pero no solamente se robaron la paz, se robaron el dinero del pueblo, se robaron el bienestar y la tranquilidad de los tabasqueños y de quienes han venido de otras latitudes a colaborar con su sabiduría y profesionalismo al desarrollo del antiguo Edén.

Y ¿cómo se robaron la paz y la tranquilidad de los tabasqueños? Sencillo: acabaron con los principales modelos de producción agropecuaria en la entidad. Recordemos y analicemos la magnitud, el saldo de la tragedia para quienes vivimos aquí. Va:

Hasta hace unos años, Tabasco era un emporio en materia de producción de cacao, de copra, de carne, de pimienta, de caña de azúcar, de… pero todo se derrumbó.

Efectivamente, como dice la canción que interpreta Emmanuel, todo se derrumbó, y con ello la paz, la tranquilidad y las vías de desarrollo y progreso de los tabasqueños. ¡Qué tragedia!
Una verdadera tragedia que tiene intranquilos, con miedo, aterrorizados a todos.

De acuerdo con datos proporcionados por el Sistema Nacional de Seguridad Pública, Tabasco ocupa el tercer lugar en secuestros, a nivel nacional, sólo detrás de Tamaulipas y Morelos que ocupan el primero y segundo lugar, respectivamente. Para remarcar nuestra tragedia, la entidad no solamente ocupa el tercer lugar en secuestro, también ocupa los primeros lugares en robo a casa habitación, robo de vehículos, asalto a mano armada, robo con violencia y una serie de delitos más.

Pero esos males no cayeron del cielo, como dice la Biblia en relación a los males que cayeron sobre Egipto. Esos males son producto de los malos gobiernos priistas que tuvieron como su máximo exponente al químico Andrés Granier Melo.

Pero no solamente él es responsable de la tragedia que se vive en Tabasco. También tienen parte de la responsabilidad, y en gran medida, las administraciones de Manuel Gurría Ordoñez, Roberto Madrazo Pintado y Manuel Andrade Díaz.

Pero, ¿qué fue lo que pasó para que exista tanta pobreza, tanta desintegración familiar, tanta violencia, tanta muerte en el antiguo Edén?
Fíjese bien, estimado lector, pero fíjese bien porque quienes piden regresar porque supuestamente con ellos regresará la paz son quienes acabaron con la paz.

Tabasco, decía, era un emporio. En Tabasco se producían 48 mil toneladas de cacao al año, en una superficie de más de 90 mil hectáreas. ¿Qué significaba ello? Significaba empleos, riqueza, prosperidad, armonía familiar, tranquilidad, paz.

En la actualidad, sobre una superficie aproximada de 15 mil hectáreas, se producen escasamente unas 8 mil toneladas de cacao. Ni la mitad de la anterior producción. ¿Qué significa ello?: Desempleo, pobreza, desintegración familiar, pérdida de la tranquilidad y la paz.

También se producían 32 mil toneladas de copra. Hoy escasamente se producen unas siete u ocho mil toneladas. El cocotero prácticamente desapareció víctima del “amarillamiento letal” y de la negligencia gubernamental que nunca instrumentó un programa de siembra de cocoteros resistentes a esa enfermedad.

Y con la producción de carne, ¿qué pasó? Víctima de malas administraciones, los ganaderos dejaron de entregar reses a Frigorífico y Empacadora de Tabasco, hoy prácticamente en quiebra, por lo que se dejaron de sacrificar unas mil 500 reses diariamente, con lo que Tabasco era el principal introductor de carne a la capital de la República, el Distrito Federal.

La lista de los sectores productivos puede continuar pero por hoy ahí la dejamos, exigiendo a quienes quieren regresar, que regresen pero lo que se llevaron.

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