Voces del cambio verdadero
En busca del Maximiliano electoral Luis A. Pampillón Ponce pampillon_p@hotmail.com En 1840, algunos mexicanos, entre ellos José María Gutiérrez Estrada, convencidos de que los mexicanos eran sencillamente incapaces de gobernarse a sí mismos y de que en México no había líderes a la altura de su desgracia, llegaron a la conclusión de traer a un […]
29 de septiembre de 2015

En busca del Maximiliano electoral

Luis A. Pampillón Ponce
pampillon_p@hotmail.com
En 1840, algunos mexicanos, entre ellos José María Gutiérrez Estrada, convencidos de que los mexicanos eran sencillamente incapaces de gobernarse a sí mismos y de que en México no había líderes a la altura de su desgracia, llegaron a la conclusión de traer a un emperador: Maximiliano de Habsburgo.

Al cruzar el océano para encontrar al extranjero que salvara a México, los conservadores confesaban que habían perdido la confianza en sí mismos. No podían ya dar la batalla por el país.

Lo anterior fue narrado, palabras más palabras menos, por Jesús Silva Herzog Márquez, al realizar un símil con lo que está ocurriendo en el Partido de la Revolución Democrática que tal parece nombrará como su dirigente de un expriista de nueva adquisición.

Pero la misma comparación se puede hacer con el razonamiento del grupo salinista encabezados ideológicamente por Diego Fernández de Ceballos y Jorge Castañeda que con el discurso de que los partidos políticos ya no dan para más, proponen impulsar a un “candidato independiente” y con él seguir manteniendo el control del país. Con un “Maximiliano electoral”.

“En los derechos políticos electorales, en especial el derecho de los ciudadanos de votar por candidatos independientes, y de estos a ser votados, como en todos los referidos a nuestra vida pública, debe prevalecer el principio constitucional de que son derechos humanos fundamentales”, según carta publicada a toda página en el diario Presente el pasado sábado 26 de septiembre.

Los firmantes del documento, entre los que puede usted encontrar también a Federico Reyes Heroles, a Juan Ramón de la Fuente y (oh sorpresa) Héctor Aguilar Camín (todos intelectuales orgánicos del salinismo) se cuidan bien de no mencionar votar por candidatos independientes a la Presidencia de la República. Son finos. Pero siempre dejan huella. Así, que cuando dicen “los ciudadanos tienen derecho a votar por candidatos independientes  y a ser votados y de estos a ser votados como en todos los referidos a nuestra vida pública”, incluyen la Presidencia de la República.

El pretexto es que en algunas entidades como Aguascalientes, Chihuahua, Hidalgo, Puebla, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala y Veracruz, según su punto de vista, están preparando legislaciones con requisitos desproporcionados para hacer las candidaturas independientes “virtualmente imposibles”.

Pero vayamos a los antecedentes. El pasado 5 de agosto, el periodista Ciro Gómez Leyva publico una columna titulada: ¿Quién puede derrotar a López Obrador en 2018?

Ya se hablaba de la caída estrepitosa de la simpatía del inquilino de Los Pinos y del crecimiento importante crecimiento de las intenciones del voto a favor de Andrés Manuel López Obrador.

Pero volvamos con Gómez Leyva quien recuerda que el 14 de mayo publicó en el mismo espacio un texto derivado de la conversación con un grupo de dueños de empresas sobre el momento político del país. “Pronosticamos lo que podría sobrevenir después de las elecciones del 7 de junio.

Y se sincera: “Concretamente, hablamos sobre 2018 y Andrés Manuel López Obrador. Él era quien les interesaba”.

Y la pregunta obligada: ¿Puede ganar?
La respuesta fue amplia, precisa, profética, aunque en algunos casos se quedó corto.
Gómez Leyva la responde a sus interlocutores con voz pausa, bien meditada: Por supuesto. Sería una victoria por pasos. Comenzaría con la de Morena el 7 de junio. Ganar para Morena sería “empatar” con el PRD (No solo le empató. Lo supero). Es decir, no perder por una diferencia de dos a uno ante el principal partido de izquierda. Ganar sería pisar el DF. Es decir, obtener dos o tres delegaciones y una presencia respetable en la Asamblea Legislativa. La Gran victoria de Morena sería, en síntesis, marcar que no podrá haber candidato presidencial de izquierda más fuerte que López Obrador…”.

Ahí está el origen del entramado que ya prepara meticulosamente el grupo salinista que al parecer se lleva al baile a más de tres intelectuales que están obrando de buena fe. La gran ausente de ese grupo es, sin duda, la maestra Elba Esther Gordillo Morales quien se encuentra a buen resguardo en calidad de detenida en un lujoso hospital de la capital del país. A lo mejor hasta allá la llegan a consultar.

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