El dirigente afirmó que el PRI actualmente requiere un dirigente que no esté “pensando en proyectos personales o de grupos”
Luis Ruiz Sandoval Frade
Rumbo Nuevo
En espera de la llegada del delegado del CEN priista, el presidente interino del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Miguel Ángel Valdivia de Dios destacó que “nadie puede aspirar a dirigir un partido con sesgo partidario, para atender los intereses de un grupo determinado o por ambición personal, el partido necesita de un dirigente que no esté pensando en proyectos personales o de grupo”.
En entrevista, el dirigente político abundó que “un dirigente debe ser un conocedor, un estudioso de los fenómenos sociales para poder navegar con éxito en esas aguas tormentosas de los cambios sociales, no basta con ser el más popular, ni porque eres el mejor en el discurso, es cuestión de planeación, organización y estrategia, pero sobre todo privilegiando el diálogo y consenso”.
De igual forma, Valdivia de Dios destacó que “quien no entre en un proceso de acuerdos políticos, no tendrá la más mínima oportunidad política en el futuro, la dirigencia que presido le ha apostado y le seguirá apostando a la construcción de acuerdos a través del diálogo, porque son los desacuerdos quienes nos han llevado a los malos resultados”.
Y enfatizó: “se ha perdido la confianza en los acuerdos políticos porque se hacen, pero no se respetan, aunado que la palabra ha perdido valor en la política, por eso, desde la dirigencia estatal estamos restableciendo el valor de la palabra, el diálogo y los acuerdos para fortalecer a nuestro partido”.
Dijo que en los dos últimos procesos electorales (2012 y 2015) se tomaron muy malas decisiones y precisó que de 91 cargos de elección, el PRI perdió 72, “perdimos el 80 por ciento de los procesos, la mayoría de ellos por muy malas decisiones y desencuentros, pero sobre todo por actitudes personales que motivaron la deserción de la militancia a otros partidos lo que finalmente se tradujo en malos resultados”.
Miguel Valdivia aseguró que luchará hasta el último día que esté al frente de la dirigencia por concretar el proyecto político que ha diseñado y que está enfocado en lograr una profunda transformación al interior del partido.
