Ciudadanos se inconformaron por la propuesta del Ejecutivo de retrasar la edad de jubilación a los 64 años; hubo 44 detenidos.
Al menos 1.12 millones de personas salieron a la calle en Francia en una jornada de huelga contra el proyecto de retrasar la edad de jubilación a 64 años del presidente Emmanuel Macron.
En ciudades como Marsella, Nantes, Estrasburgo y París, inconformes expresaron su rechazo a una reforma que consideran injusta.
En la capital del país, se produjeron choques con las fuerzas de seguridad.
Un total de 44 personas fueron detenidas, según la prefectura de policía.
En la manifestación participaron sindicalistas, profesores y empleados del sector energético. Incluso algunos portaron chalecos amarillos, en referencia a las movilizaciones de 2018, identificadas con esa prenda.
«¡Nos están tomando el pelo! No saben lo que es trabajar hasta los 64 años en estas condiciones y bien podrían encontrar el dinero en otra parte, sobre todo gravando el capital”, aseguró Manon Marc, porrista escolar, quien marchó en la capital del país.
Sin embargo, el gobierno lo defiende como la única manera de evitar un futuro déficit en la caja de las pensiones.
«Es una reforma sobre todo justa y responsable, que fue democráticamente presentada y validada”, defendió Macron en una intervención en Barcelona, donde participó en una cumbre hispanofrancesa.
La disposición es una de las medidas clave que el mandatario centrista, de 45 años, prometió durante la campaña de su reelección en abril, tras un primer proyecto en 2020 que abandonó por la llegada de la pandemia.
La primera ministra, Élisabeth Borne, destacó el desarrollo de las protestas, pero no dio muestras de dar marcha atrás.
«Sigamos debatiendo y convenciendo”, expresó la funcionaria vía Twitter.
Aunque su intención era retrasarla de los 62 a los 65 años, acercándose al resto de países europeos, el gobierno planteó 64 años de edad para el retiro.
Sin embargo, adelantó a 2027 la exigencia de cotizar 43 años para cobrar una pensión completa.
Los sindicatos convocaron una nueva jornada de movilización el 31 de enero, en paralelo al inicio del debate parlamentario de la reforma que podría prolongarse hasta finales de marzo.
De acuerdo con un sondeo de la firma Ipsos, publicado el miércoles pasado, 81% de franceses considera necesaria una reforma en el sector.
Sin embargo, 61% rechaza la actual propuesta y 58% apoya las huelgas.
«No me atrevo ni a calcular cuándo podré jubilarme”, aseguró Jérôme Thevenin, un cocinero de 52 años que marchó en Marsella.