Notice: Trying to access array offset on value of type bool in /var/www/vhosts/rumbonuevo.com.mx/httpdocs/wp-includes/media.php on line 1657
Un bello palacio, el Antiguo Colegio de San Ildefonso
Por Ferdusi Bastar Mérito Rumbo Nuevo En la ciudad de México contamos con un bellísimo edificio, lleno de historia, actualmente dedicado a un museo, exposiciones temporales y otras actividades culturales. El Antiguo Colegio de San Ildefonso, está regido por un triunvirato formado por la Unam, el Consejo para la Cultura y las Artes y el […]
20 de agosto de 2019

Por Ferdusi Bastar Mérito
Rumbo Nuevo

En la ciudad de México contamos con un bellísimo edificio, lleno de historia, actualmente dedicado a un museo, exposiciones temporales y otras actividades culturales. El Antiguo Colegio de San Ildefonso, está regido por un triunvirato formado por la Unam, el Consejo para la Cultura y las Artes y el Gobierno de la ciudad de México.

El origen de este verdadero palacio, se remonta a 1572, cuando llegaron a México los Jesuitas, y dedicándose a la enseñanza, fundaron varios colegios que enseguida unificaron en uno solo al que nombraron San Ildefonso, y a través del tiempo el edificio se fue ampliando, hasta que en 1767 mediante la Pragmática Sanción, Carlos III decretó la expulsión de los Jesuitas, y el colegio se redujo totalmente quedando a cargo del clero secular, y el resto del edificio se convirtió en cuartel militar.

Al arribo a la independencia, el Colegio fue sede de la Escuela de Jurisprudencia y de la Escuela de Medicina y tras la invasión norteamericana, el ejército gringo lo ocupó como cuartel durante nueve meses, de septiembre de 1847 a junio de 1848.

En 1863, nuevamente fue usado como cuartel por el ejército invasor francés, hasta la restauración de la República en que el Presidente Juárez establece la educación laica y la Escuela Nacional Preparatoria a cargo de Gabino Barrera, por mandato de la Ley Orgánica de Instrucción Pública del 2 de diciembre de 1867.

El viejo edificio dejó de albergar a los estudiantes de los jesuitas, para ahora recibir en aulas y pasillos a jóvenes preparatorianos. La capilla se transformó en biblioteca y se instalaron laboratorios y un observatorio. Posteriormente un anfiteatro, hasta llegar al 22 de septiembre de 1910 en que se inaugura la Universidad Nacional de México.

El edificio fue sede y corazón del movimiento muralista mexicano, y en sus muros surgen obras inmortales de Diego Rivera, Fernando Leal, Jean Charlot, David Alfaro Siqueiros, Ramón Alva de la Canal, Fermín Revueltas y José Clemente Orozco.

Dentro de estos muros se gestó el movimiento de 1929, en que un grupo de ilustres universitarios lograron el reconocimiento de la autonomía de nuestra Alma Mater, pero aquí también cayó el portón principal con un bazukazo del ejército mexicano invadiendo y ultrajando esta autonomía.

Compartir: