Transparencia Política
El otro ISSET Pedimos a los trabajadores que nos apoyen con la iniciativa que les dará beneficios serios a ellos y a sus familias en muy poco tiempo. Amet Ramos Troconis Erwin Macario erwinmacario@hotmail.com Ayer jueves 21 (ahora sí ayer jueves, y presento disculpas por error de la columna del miércoles), el convivio de año […]
22 de enero de 2016

El otro ISSET

Pedimos a los trabajadores que
nos apoyen con la iniciativa que
les dará beneficios serios a ellos
y a sus familias en muy poco tiempo.
Amet Ramos Troconis

Erwin Macario
erwinmacario@hotmail.com
Ayer jueves 21 (ahora sí ayer jueves, y presento disculpas por error de la columna del miércoles), el convivio de año nuevo del gobernador Arturo Núñez con un grupo de columnistas y conductores de medios electrónicos se tornó rueda de prensa. El tema lo ameritaba. En el mismo Congreso, el asunto tomaba seriedad con la propuesta que hizo el diputado pevemista José Manuel Lizárraga Pérez para que el titular del ISSET dé más luces sobre las reformas en ese sector; esto, mientras a su partido y a su líder cameral, Pico Madrazo, le agarraban los dedos con la puerta de las protestas inducidas por una diputada de su fracción, Hilda Santos, cuyo interés es polvo de los lodos del pasado: ella fue directora de esa institución y se le acusó de formar parte de la red de complicidades que afectó al sector Salud en ese tiempo.

En el desayuno con el jefe del Ejecutivo, pues, lo del ISSET era tema obligado y el propio mandatario lo abordó. Por eso, esta vez, a su diestra estaba el secretario de Planeación y Finanzas, Amet Ramos Troconis, uno de los principales defensores de las bondades que tiene la nueva ley que vino a sustituir la que regía desde hace más de 30 años —1 de enero de 1985— y que, amén de resultar obsoleta, había sido rebasada por esa red de corrupción que afectó al ISSET al grado que la desaparición de sus fondos —dinero aquel, como éste, de los trabajadores y del Gobierno— provocó se dejara de hacer préstamos personales, préstamos para vivienda, y otras prestaciones y se retrasaran los pagos hasta de funerales que aquella y esta nueva ley otorga a los burócratas y sus familiares.

A ello, a la uña larga, había que agregar el paso del tiempo y las circunstancias y, así lo dijo Arturo Núñez, se tenía que actuar con responsabilidad; todo para evitar mayores daños a la burocracia pues se estima que para el 2018, ante la falta de liquidez en esa institución, los graves problemas económicos serían mayores sin la previsión de apretarse el cinturón; y mientras el Gobierno incrementa al 26 por ciento el apoyo al ISSET, a los trabajadores se les incrementa un cinco por ciento la cuota, sobre sus sueldos base únicamente, pero ahora con una transparencia en el manejo de esos recursos destinados exclusivamente en beneficio de los empleados el Gobierno, en sus Tres Poderes, y de los 17 Ayuntamientos tabasqueños, así como de sus familiares afiliados.

El aumento a las aportaciones al fondo del Instituto se tomó como una medida, difícil, pero necesaria para evitar la quiebra total del ISSET. Los mismos sindicatos conocieron y apoyaron las reformas. Falta que, como lo omitieron, realicen una tarea de información a sus agremiados, cuestión que, se comentó, en el desayuno de la Quinta Grijalva se viene realizando al interior de las oficinas gubernamentales.

Núñez asume su responsabilidad histórica. Reconoció que se tienen que correr riesgos y asumir, como en este caso podría suceder, los costos políticos; cuestión que en este año pueden tratar de magnificarse con el correlativo daño colateral en el proceso electoral extraordinario que se vive en el municipio de Centro, que junto con lo que suceda en un Congreso pluripartidista, en el que ningún partido tiene mayoría —ni artificial o comprada como sucedía en el pasado—, y el rescate que se hace del municipio de Centro por parte de su Concejo Municipal, pondrá a prueba la propia alternancia y transición democráticas que el pueblo le confió en las elecciones del 2012, cuando los tabasqueños votaron por el PRD. Este 2016, es el año definitivo de la consolidación del cambio o el regreso a un pasado que, hay que reconocer, por corrupción y negligencia, heredó problemas como éste de la seguridad social de los trabajadores del gobierno y los municipios.

Desde inicios de este gobierno, para evitar el colapso financiero del ISSET, la administración de Arturo Núñez aportó al instituto alrededor de 800 millones de pesos, con lo que se pudo hacer frente a la responsabilidad que se tenía con los trabajadores. Legislar sobre este apoyo, y otros que se contemplan en el propio presupuesto estatal en el área de la salud, fue necesario según se dejó ver en la reunión, donde la plática de sobremesa abordó otros temas, sólo interrumpidos por la gira que el gobernador tuvo que realizar, con el presidente municipal interino de Centro, Francisco Peralta Burelo, para poner en marcha trabajos de pavimentación en el área rural de este municipio.

Varios de los invitados intervinieron en el diálogo entre el mandatario y su secretario de Finanzas, con la mediación de la coordinadora general de Comunicación Social y Relaciones Públicas, Dolores Gutiérrez.

En el Congreso hubo faena tranquila. Pico Madrazo, a la salida, defendió a la activista política del madracismo, Brígida. No puede meter mucho la mano por su diputada Hilda Santos Padrón, que ha saltado del escritorio del ISSET para ahora ponerse del lado de aquellos a los que les robaron sus dineros. Un solo ejemplo, esta vez: si Luis Ángel Rodríguez, su administrativo, logró con sus ahorros hacer el Motel Las Vegas y adquirir otras propiedades, ¿cómo andará ese lodo pasado?

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