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Ave de mal agüero Pensaba que si me dormía no iba a despertar. Fernando Mayans 110820/ Telerreportaje Erwin Macario erwinmacario@hotmail.com “Doctor Mayans, sobreviviente al Covid”, le llama Emmanuel al llegar a su programa. Él se conmisera de haber padecido el mal que ha cambiado la vida al principio de este siglo. Advierte nuevamente sobre la […]
13 de agosto de 2020

Ave de mal agüero

Pensaba que si me dormía
no iba a despertar. Fernando
Mayans 110820/ Telerreportaje

Erwin Macario
erwinmacario@hotmail.com
“Doctor Mayans, sobreviviente al Covid”, le llama Emmanuel al llegar a su programa. Él se conmisera de haber padecido el mal que ha cambiado la vida al principio de este siglo.

Advierte nuevamente sobre la pandemia y se presenta también como político sobreviviente a la corrupción. Y jala la cobija a sus compañeros en el poder.

Fernando Enrique Mayans Canabal, funcionario perredista en el gobierno estatal de Morena —ex diputado local, ex diputado federal y ex senador; y dos veces perdedor como candidato a la presidencia municipal de Centro—, fue entrevistado por Emmanuel Sibilla Oropesa, de “Telereportaje”, ahora como director del Instituto de Seguridad Social del Estado de Tabasco (ISSET).

Es, la del martes 11 de agosto, la cuarta entrevista que le hacen en esta pandemia, en ese noticiero radial. El 23 de marzo afirmó que el Covid llegó para quedarse. Ese día lunes reportó la secretaria de Salud, Silvia Roldán el sexto caso de contagio de «Covid-19» en la entidad; el paciente –un hombre de 30 años que viajó a Estados Unidos– fue detectado en «filtro » del Aeropuerto de Villahermosa. Además, informó el gobierno, hay 41 personas con sospecha y 140 en vigilancia.

El 6 de abril amenazó, ante el descuido y valemadrismo de una mayoría de tabasqueños, que “el que no se cuide, va acabar en el panteón”. Él mismo tuvo miedo, y lo confiesa en la entrevista de antier martes.

Ese lunes 6 de abril, la autoridad sanitaria de Tabasco reporta que “llegan a 102 los contagiados y que en las últimas 24 horas no hubo deceso por cuadros respiratorios agudos y se mantuvo en 25 el número de hospitalizados”. Los muertos, sin embargo, ese lunes fueron tres.

Explico: Cuando Fer Mayans vaticinó la muerte, como consecuencia de no tomar en serio la pandemia de Covid, el 6 de abril, Tabasco tuvo 3 muertos y acumulaba cuatro. El 31 de marzo había caído la primera víctima, el ingeniero Daniel Salinas Falcón, quien ingresó al hospital Juan Graham el 25 de marzo, dos días después del primer mal augurio mayancista.

En la tercera comparecencia ante esos micrófonos de la XEVT, en el programa noticioso más influyente de Tabasco, el 25 de junio, Mayans hizo una advertencia a tiempo: “De mantenerse el aumento de casos de covid-19, el sistema de salud podría colapsar”. El mal había llegado para quedarse. Ese jueves 25 de junio —tercera vez que Fernando Mayans hizo de sibila—, el gobierno informa: “Tabasco está cerca de mil fallecimientos por Covid-19. Este jueves se reportaron 12 defunciones, con lo que suman 970 decesos; los casos acumulados llegan a 9 mil 486 con el registro de 267 nuevos contagios”.

Antier martes 11, que el hermano incómodo de Humberto Domingo Mayans Canabal, es nuevamente ave de mal agüero, sólo murieron por la pandemia 26 tabasqueños, según reporte de la Secretaría de Salud. Pero ese día que se cumple el quinto mes que la Organización Mundial de la Salud declara al Covid como pandemia, ya van en Tabasco 2 mil 245 personas fallecidas, de casi 25 mil contagios reportados por las autoridades de Salud.
Y el presagio estuvo a punto de desaparecer al adivinador. Fernando Mayans enfermó de covid el pasado mes de julio y sufrió miedo y soledad.

Juan Pablo Sibilla, el más joven comunicador de la dinastía de Telerreportaje —programa que inició su abuelo Jesús Sibilla Zurita— lo explica a nombre de ese noticiario: El director general del ISSET Fernando Mayans, quien resultó contagiado de COVID-19 el pasado mes de julio, reconoció que los padecimientos por esta enfermedad lo llevaron al punto de tener miedo de morir.

Esta mañana (martes 11), en Telereportaje, el funcionario local relató parte del proceso que vivió, como fuertes dolores estomacales, diarrea, vómito, y posteriormente, dolor de cabeza, pero que nunca tuvo tos seca, cuerpo cortado, gripa, dolor de pecho ni fiebre, aunque, tras realizarse una tomografía, se evidenció una lesión pulmonar.

—¿Llegaste a pensar que podías morir? —pregunta Emmanuel—. Sí, claro. Cuando ves todo lo que hemos visto, hay gente joven, que no es hipertensa, que se ha muerto. Obvio piensas en tu vida, haces un repaso. No tienes ni quien te pase un vaso de agua. Mis amigos me hicieron saber que estaba yo en sus oraciones, y eso me motivaba, me elevaba el ánimo. Sentía que el pulso me bajaba. Pensaba que si me dormía no iba a despertar. A mí me dio, estaba normalito, y me puse mal en una hora. Bajé de 6 a 7 kilos en muy poco tiempo”.

Sobrevivió al Covid. Y también a la corrupción, pues asegura que a él ni siquiera le ofrecieron dinero para aprobar presupuesto y leyes en el Congreso de la Unión como diputado y senador.
—… llevaban maletas llenas dinero para agradecer —dice Emmanuel.
—Nunca las vi

Y jala la cobija del poder. Dice que las propuestas indecorosas, “veo muy difícil que se terminen, depende del principio educación, de cultura de cada legislador”.
—También fui diputado local; y también pasaba acá, —aterriza lo de corrupción en casa.

Fernando Mayans fue diputado local del 2001-2003. Gobiernos priistas. Un año con Enrique Priego Oropeza y los otros con Manuel Andrade.

Acepta que, por esa corrupción, el PRD se dividía en el Congreso. Junto con Fernando Mayans fueron diputados del PRD en esa LVII legislatura: José Manuel Lizárraga Pérez, Javier May Rodríguez, Francisco Mirabal Hernández, Rafael Elías Sánchez Cabrales, Sebastián Izquierdo Gómez, Darvin González Ballina, Francisco Alfonso Filigrana, Juana Frías Hernández, Nydia Naranjo Cobian, Heber Sánchez Alejandro y Francisco Sánchez Ramos.

Con sus propias palabras en la entrevista, sus diputados locales perredistas —entonces—, y yo, podemos terminar esta entrega: “No sé, las balas pasaban cerca”.

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