Covid 19, Fracaso mundial

No hay necesidad de provocar
pánico… pero hay que ponerse
en marcha. Bill Gates 030415

Erwin Macario
erwinmacario@hotmail.com
Hace 5 años, a principios de abril de 2015, en Vancouver, Canadá, Bill Gates, en una charla por la epidemia de ébola

Alertó al mundo sobre el peligro de “un virus muy infeccioso más que una guerra” y dio algunas previsiones a las que nadie hizo caso.

El orbe paga ahora un alto costo por no haber tomado en cuenta algunas de las acciones propuestas en esa charla por el cofundador de Microsoft; como también en Tabasco sufrimos el no haber actuado a tiempo en la pandemia del coronavirus.

“Cuando yo era un niño el desastre más temido era una guerra nuclear. Por eso teníamos en el sótano un barril como éste, lleno de tarros de alimentos y agua. Cuando llegara el ataque nuclear debíamos escondernos allá abajo y comer lo que hubiera en el barril”, explicó Bill Gates a quienes se habían sorprendido que haya subido al escenario empujando en una carretilla un gran barril negro con los sellos del Departamento de Defensa de Estados Unidos.

— No tenemos que esconder latas de espaguetis ni meternos en los sótanos — dijo al referirse a la epidemia que vendría después del ébola que entre 2014 y 2016, cobró unas 10.000 vidas y afectó principalmente a tres países en África Occidental antes de extenderse limitadamente a otros países, incluyendo Estados Unidos, Italia y España.

Al leerlo —en cuarentena por el coronavirus—, recuerdo la previsión de ciertas religiones que desde antes del ébola aconsejan a sus feligreses a mantener reservas de comida, enlatados y granos, para momentos como el que sufre Tabasco; al menos ellos no tendrán problema alimentario.

Como ahora vemos en el país y en Tabasco, y hemos visto en el mundo, son los trabajadores de la salud los que están en el frente de guerra contra el virus. No les ayuda la suerte que hubo con el ébola, del que pudo evitarse el brote mundial no sólo por esos médicos y enfermeras sino por buena suerte:

“Hay 3 razones por las cuales no se expandió más. Primero, por el gran trabajo heroico de los trabajadores de la salud. Encontraban a la gente y prevenían más infecciones. Segundo, por la naturaleza del virus. El ébola no se propaga por el aire. Cuando alguien llega a ser transmisor, ya estará tan enfermo que permanecerá en cama. Tercero, no llegó a muchas áreas urbanas. Eso fue pura suerte. Si hubiese llegado a muchas más áreas urbanas, el número de casos habría sido mucho mayor”, explicó Bill Gates cuyo nombre y el de otros se mencionan ahora en relación a lo nuevo en tecnología inalámbrica que algunos relacionan con el coronavirus, la 5G, la quinta generación de redes móviles en el mundo, que es tema aparte.

Sugirió Bill Gates hace cinco años la planeación por escenarios, investigación sobre vacunas y el entrenamiento de trabajadores de la salud. «No hay necesidad de provocar pánico… pero hay que ponerse en marcha».

A pesar de la buena suerte con el ébola, esa epidemia mostró la debilidad de todos los sistemas de gobierno: ”Fue un fracaso mundial. La OMS existe para monitorizar las epidemias, pero no hace nada de lo que estoy hablando. En el cine todo es bien diferente. Hay un grupo de epidemiólogos, bien parecidos, listos a viajar, se movilizan y salvan la situación. Pero eso es solo en Hollywood”.

Aquella vez porque “se han invertido enormes cantidades en disuasivos nucleares. Pero en cambio, muy poco en sistemas para detener epidemias. No estamos preparados para la próxima epidemia”.

Ahora, con el coronavirus, porque no se tomaron a tiempo las providencias.

Como en la epidemia del 14 al 16 de este siglo, podemos repetir lo dicho por Bill Gates: el problema no fue que el sistema no funcionara adecuadamente, sino que en verdad no teníamos ningún sistema.

Estas son algunas fallas desde el punto de vista hoy recurrido:

“No había equipos de epidemiólogos listos a viajar, que hubiesen ido, para ver qué cosa era esa enfermedad y qué tanto se había expandido.

“No había grupos de médicos listos a viajar. No teníamos manera de preparar a la gente. Ahora, Médecins Sans Frontières hizo un gran trabajo organizando a los voluntarios. Pero, aun así, fuimos mucho más lentos de lo debido en llevar a los miles de trabajadores hacia esos países.

“No había nadie dedicado a estudiar nuevos métodos de tratamiento. Nadie que estudiara los diagnósticos. Nadie que estudiara cuáles instrumentos debían usarse.

Por ejemplo, se podría haber tomado sangre de sobrevivientes, para procesarla y aplicar ese plasma a la gente sana, para protegerla.”

Se dijo hace cinco años: “Pero la próxima vez podemos no tener la misma suerte. Podría ser un virus con el que los transmisores no se sientan mal y puedan viajar en avión o ir al mercado. La fuente del virus podrá ser una epidemia natural, como el ébola, o puede venir de bioterrorismo. Así, son muchos los factores que podrían hacerlo todo mucho peor.

Y para Tabasco resulta mucho peor. Aunque hay optimismo oficial. Según información de la televisora del gobierno: Reduce Tabasco movilidad en más del 50 por ciento, pero sigue segundo (lugar nacional) en incidencia de casos activos de «Covid-19».

Otra información optimista de ayer miércoles: Recibe Tabasco 186 mil 340 insumos y equipos médicos que ayudarán a fortalecer la atención hospitalaria contra el “coronavirus”, los cuales fueron gestionados por el gobierno estatal ante el INSABI.

Las cifras siguen siendo duras para Tabasco: hay 116 defunciones y 941 casos hasta ayer miércoles.