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El Cristo y las epidemias En una noche lluviosa, ocho pobladores lo sacaron del santuario en una hamaca, tapado con una sábana, como si llevaran un enfermo. Rene Alberto López 230406 Erwin Macario erwinmacario@hotmail.com La prohibición oficial y la orden del obispo de Tabasco para que no se realicen reuniones de culto, debido a la […]
21 de abril de 2020

El Cristo y las epidemias

En una noche lluviosa, ocho pobladores
lo sacaron del santuario en una hamaca,
tapado con una sábana, como si llevaran
un enfermo. Rene Alberto López 230406

Erwin Macario
erwinmacario@hotmail.com
La prohibición oficial y la orden del obispo de Tabasco para que no se realicen reuniones de culto, debido a la epidemia del coronavirus, impedirá que este año se realicen los actos religiosos en honor al Señor de la Salud, en Mecatepec, Huimanguillo.

Centenares de feligreses católicos no saldrán esta vez a las 10 de la noche del jueves 23 de abril de la ciudad de Huimanguillo, en una procesión nocturna que dura siete horas, para llegar a las 5 de la mañana a la comunidad de Mecatepec, donde se encuentra una réplica del Señor de la Salud, advocación de Cristo crucificado, cuyo original de tamaño natural, esculpido en madera de cedro se encuentra en el templo católico de Cosoleacaque, Veracruz, a donde fue llevado a raíz de la persecución religiosa de Tomás Garrido Canabal. Esa festividad duraría hasta el 3 de mayo.

El Cristo de la Salud unía a los pobladores de Mecatepec, Huimanguillo y Cosoleacaque, Veracruz, no sólo por el mismo origen étnico náhuatl sino porque la veneración a esa imagen de Cristo crucificado hacia que todos los años, hasta las tres primeras décadas del siglo pasado, hubiera una peregrinación de aquella comunidad veracruzana al templo de Mecatepec donde pedían al Cristo “conjurar las frecuentes epidemias que asolaban las costas del Golfo de México, según el sitio cibernético http://cosoleacaquexxi.blogspot.com/2015/05/el-senor-de-la-salud.html.

Cosoleacaque y Mecatepec son poblaciones de origen náhuatl, fundadas en la época prehispánica en las inmediaciones del río Tonalá, pero a fines del siglo XVII se dispersaron por ataques de los piratas. El primero se asentó a la izquierda del río Coatzacoalcos y el segundo, se internó tierra adentro, en el municipio de Huimanguillo, dice nuestra fuente.

El sitio de veneración al Cristo de la Salud es una de las poblaciones más antiguas de Huimanguillo, municipio que con el desvió del cauce del río Mezcalapa, en 1770, año de la plaga de la langosta y hambruna en Tabasco, pretendió adjudicarse Guatemala lo que impidió el alcalde mayor Sebasti{an Maldonado y después pidió José Eduardo de Cárdenas, en las Cortes de Cadiz, se agregara a Tabasco.

En 1840 pasó a depender de la cabecera del distrito de Acayucan, Veracruz, pero en 1857 de acuerdo a la Constitución de la República y por mandato del presidente Benito Juárez, se reintegra al Departamento de Tabasco en calidad de cabecera de partido, teniendo como pueblos a Tecominuacán, Mecatepec y Ocuapan, con todas sus riberas, haciendas y rancherías.

El periodista Rene Alberto López, en el diario La Jornada, relata el 23 de abril de 2006: “En una noche lluviosa, ocho pobladores lo sacaron del santuario en una hamaca, tapado con una sábana, como si llevaran un enfermo. Desde entonces nadie sabe con exactitud su paradero, pero los habitantes de Mecatepec añoran su regreso.”

Fue de este modo como hace más de 70 años la imagen del Señor de la salud, santo patrono de esta población del municipio de Huimanguillo, se salvó de ser quemada por las fuerzas garridistas, agrega el colega.

A la señora Andrea Torres Alvarado, de 76 años, (en 2006), la historia sobre este hecho se la contaba su padre, Natividad Torres García, ya desaparecido. «Me platicaba que por esos días, en la comunidad se decía que iba a llegar la gente de Tomás Garrido, y todos los católicos comenzaron a esconder sus santos. Mi papá escondió una virgen de Guadalupe en una montaña, donde le hizo un pequeño nicho.

«Al Señor de la Salud lo sacaron ocho hombres en una hamaca, tapado como si llevaran a un enfermo. La imagen que se llevaron era más grande que el santo que ahora tenemos, contaba mi papá. Estaba lloviendo y eso ayudó a que se perdieran en la oscuridad de la noche y lo pusieran a salvo», narra el periodista.

En Cosoleacaque “tienen otros datos”: En 1930, durante el conflicto entre el Estado mexicano y la Iglesia Católica, encabezado en Tabasco por Tomás Garrido Canabal y en Veracruz por Adalberto Tejeda Olivares, algunos indígenas de Mecatepec sacaron al Señor de la Salud para evitar su profanación. Éste llegó a Ixhuatlán del Sureste y Moloacán, arribando en 1934 al templo parroquial de San José, en Coatzacoalcos.

El 7 de febrero de 1937 el Señor de la Salud fue llevado a Cosoleacaque, por un grupo de personas organizadas por doña Juana Alor Zúñiga. El 26 de julio, tras medio año de permanecer oculto en milpas y tapancos, entró al templo de Cosoleacaque, atendido por el Pbro. Pedro Olivera.

En tiempo de pandemia por el coronavirus, no sólo escudriñamos la historia sino la fuerza que la fe ha dado a nuestros pueblos y si bien no están autorizados actos religiosos como el de Mecatepec y Cosoleacaque, el fervor de tabasqueños y veracruzanos han de unirse estos días, en cada hogar, para pedir al Señor de la Salud, conjurar esta pandemia que amenaza un alto costo en vidas.
La misericordia de Dios, como cada quien lo conciba, esté con nosotros.

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