Transparencia Política
La hora de la salida En Tabasco hay que acabar con décadas de corrupción y negligencia: Arturo Núñez/ La Jornada 300412 Erwin Macario erwinmacario@hotmail.com La próxima llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República y de Adán Augusto López Hernández a la gubernatura de Tabasco —a pesar de que se habla […]
20 de julio de 2018

La hora de la salida

En Tabasco hay que acabar con
décadas de corrupción y negligencia:
Arturo Núñez/ La Jornada 300412

Erwin Macario
erwinmacario@hotmail.com
La próxima llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República y de Adán Augusto López Hernández a la gubernatura de Tabasco —a pesar de que se habla de transiciones tersas—, ha provocado crisis en los gobiernos de ambas entidades geográficas y polìticas.

Allá, el primer pus, la primera supuración que muestra la enfermedad del actual gobierno, en sus tres Poderes, brotó por el lado menos esperado. Bastó que se anunciara la austeridad republicana y se dijera que AMLO predicaría con el ejemplo al bajarse el sueldo a poco más de 100 mil pesos mensuales, para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolviera, sin juicio previo y extra corte, una especie no de tesis resolutoria sino de jurisprudencia: no van a bajarse salarios y prestaciones, a pesar de que desde 2007 existe norma legal obligatoria de que ningún servidor público puede tener ingresos del erario mayor al jefe de la Nación. Y está probado lo insultante —para el pueblo— que resultan los millonarios salarios de ministros, magistrados y jueces del Poder Judicial.

Algo se dijo aquí en la anterior entrega. Todavía la tinta no se secaba del todo, cuando en ese alto tribunal el coraje se torna en miedo y desesperadamente toman precauciones para proteger el dispendio. Se blindan 5 años para que las cuentas no puedan revisarse. Argumentan razones de seguridad y deciden guardar información sobre la labor de sus 11 ministros durante los próximos 5 años.

Información sobre contratos, facturas por alimentos o viáticos, modelos de vehículos adquiridos, sus costos y cantidad. También estudios y procedimientos internos, o asuntos judiciales como proyectos, informes, dictámenes o demandas: todo ha sido considerado como reservado por la SCJN.

En el caso de los ministros, el plazo de clasificación concluirá el 21 de junio de 2021. Sobre la cantidad de vehículos blindados y costo de blindaje de los mismos, entre los años 2012 a 2016, el Comité de Transparencia determinó la reserva completa de la información hasta el 11 de septiembre de 2021.

Nada más que ya se les vio el calzón. El periódico donde me entero de la noticia recuerda: Durante los últimos años, Excélsior ha documentado información sobre el ejercicio de la transparencia al interior del máximo tribunal del país como el que, en la última década, la Corte ha gastado un millón 648 mil 706 pesos en champaña, brandy, cerveza, coñac, tequila, whisky y otras bebidas alcohólicas.

También los argumentos para la inhabilitación por un año de Alberto Villa Dávalos, ex directivo del Canal Judicial, por introducir y consumir cocaína, así como bebidas alcohólicas, en su lugar de trabajo.

Otro caso fue que, en los últimos dos años, y en tiempos de austeridad en el Poder Judicial, la SCJN erogó 13 millones 728 mil 432 pesos para la realización de los dos primeros encuentros internacionales Juzgando con Perspectiva de Género.

O que una medalla de plata, cuyo costo fue de 170 mil 409 pesos, fue entregada por la Corte, el Día de la Mujer, a la ministra en retiro, Victoria Adato Green.

De igual forma cuando, para celebrar los 75 años de la inauguración de su sede, la SCJN tiró la casa por la ventana e hizo un gasto de, al menos, cuatro millones y medio de pesos para los principales festejos.

En el Poder Legislativo fue la senadora Layda Sansores la muestra del pus. Se documentó que hasta ropa y enseres para su belleza les eran pagados con dinero del Senado. De todo esto queda en el tintero, dirían los de antes. Vengamos a Tabasco.

Como en el gobierno de Andrés Granier, es por el sector Salud donde revienta el hilo de la corrupción. Y no es lo más delgado. Los más leídos columnistas documentan que se ha descubierto que de la Secretaría de Salud han vendido medicinas a farmacias particulares.

Luis Antonio Vidal, Vector X, en columna que titula “Aprendices puques”, deja para la historia:

Dicen las autoridades estatales que van a investigar a fondo el robo de medicamentos. Esos ladronzuelos son verdaderos niños de pecho…

Y nos recuerda que ya Arturo Núñez advirtió, en el 2014, eso de que “no vuelvo a dar la cara por ti”. Agrega Toño Vidal: se entendió el reproche como desahogo a su decepción por el desempeño de muchos amigos y recomendados, abusivos en la complacencia y tolerancia del mandatario quien aquella vez también les advirtió: “Si hay evidentemente un mal manejo y no se logran solventar las observaciones a la hora del plazo legal, tendremos que tomar la sanción adecuada al problema”.

Aclara el columnista de Vector X: Era una especie de confesión de íntima convicción: en el primer año de gobierno las medidas punitivas obligadas por la ley se habían guardado en el escritorio de la impunidad debido a la curva de aprendizaje.

Pero ahora está llegando “la hora de la salida”. Enrique Muñoz, publica en su columna, ayer jueves: Desde el momento en que se difundió la información de esta anomalía, la dependencia debió apoyarse con la Fiscalía General para acudir a esas farmacias y empezar a investigar el origen de todo ese medicamento, pero si van a encubrir a los responsables, seguramente se van a pasar todo el tiempo que le queda a esta administración para no sancionar a nadie. El hecho de por sí es grave, es un tráfico descarado de medicinas que deberían recibir los que van a Centros de Salud, pero nunca hay en existencia.

Ojalá y no sea igual que lo que dijeron de Granier.

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