Transparencia Política
Los enemigos de Gaudiano Y en la antigüedad y continuidad de la dinastía se borran los recuerdos y los motivos que la trajeron, pues un cambio deja siempre la piedra angular para la edificación de otro. Nicolás Maquiavelo/ El Príncipe Erwin Macario En Tabasco no se ignora que Gerardo Gaudiano Rovirosa encabeza un proyecto político, […]
11 de julio de 2016

Los enemigos de Gaudiano

Y en la antigüedad y continuidad de la
dinastía se borran los recuerdos y los
motivos que la trajeron, pues un cambio
deja siempre la piedra angular para la
edificación de otro. Nicolás Maquiavelo/
El Príncipe

Erwin Macario
En Tabasco no se ignora que Gerardo Gaudiano Rovirosa encabeza un proyecto político, que bien podría eclosionar en el 2018 pero que se construye, de parte suya, sin las prisas de la ambición política personal. El Ayuntamiento de Centro es, por cierto, y lo sabe, un escalón movedizo. Sólo dos de sus antecesores, al menos del garridismo a la fecha, han sido gobernadores. Pero ninguno ha saltado de la alcaldía de Villahermosa a la gubernatura.

El primero de esos dos alcaldes que fueron gobernadores, Manuel Gurría Ordóñez, fue electo pero abandonó la presidencia municipal, en 1977, al inicio del gobierno de Leandro Rovirosa Wade, para ir por el sueño del Grupo Atlacomulco a la regencia del Distrito Federal; fue sólo un gobernador de la facción madracista y su llegada, en 1992, no puede tomarse más que como la previa preparación de la gubernatura de Roberto Madrazo Pintado. como, en 1955, lo había hecho Miguel Orrico de los Llanos, para limpiar el camino a Carlos A. Madrazo Becerra. Gurría como beneficiario de la traición a Salvador Neme Castillo, que sí sirvió al gobierno del abuelo de Gerardo. El militar, el “ganón”de aquel golpe político contra Manuel Bartlett Bautista.

Andrés Rafael Granier Melo, el segundo, ocupó la silla que ahora tiene Gerardo Gaudiano Rovirosa del 2000 al 2003 y fue electo gobernador tres años después de terminar su mandato en Centro. Fue alcalde de primer trienio del gobierno de Enrique Priego Oropeza (un año) y Manuel Andrade Díaz y pudo construir-presionar su gubernatura en el segundo trienio, lo cual no sería el caso de Gerardo que tendría el desgaste –o la ventaja—de esperar seis años para regresar al lugar de su nacimiento, la Quinta Grijalva.

Entre los que se han quedado en el camino hay gente de valía, que en su tiempo brillaron como ahora, aunque con más fulgor, lo hace el actual alcalde. Políticos como Mario A. Brown Peralta

–cuya vida fue segada por cuestiones de su profesión de litigante—, Antonio Ocampo Ramírez, Pascual Bellizzia Castañeda, Gustavo Rosario Torres, Georgina Trujillo Zentella, Florizel Medina Pereznieto, Evaristo Hernández Cruz y Jesús Alí de la Torre sufrieron la influencia negativa de quienes los vieron en una posible antesala de la gubernatura. Pero ser presidente municipal de Centro ha sido más una carga que un buen flete.

De ello pueden todavía dar prueba Georgina Trujillo Zentella y Jesús Alí de la Torre que podrían intentar romper la maldición este 2018, aunque con muy pocas esperanzas dado que el PRI es un cadáver insepulto. Más suerte podría tener Gustavo Rosario Torres, que con los pies en el suelo nunca ha buscado ser gobernador pero ahora le puede caer la bolita si, como se dice, don Arturo Núñez Jiménez deja la gubernatura para ir a la dirigencia nacional del PRD.

Claro que el nieto de don Leandro tiene muchas ventajas para romper la jettatura de la silla que hoy ocupa. Pero en casa tiene los enemigos: formó un equipo fresco, demasiado fresco en la política tabasqueña. Y su gabinete kleen bebé le está dejando la carga. Muchos –y esto ya es vox populi— ni siquiera atienden a la gente, que tiene que andar buscando al presidente municipal por asuntos que bien pudieran atenderse en las dependencias municipales si los funcionarios dejaran de creerse de moronga azul. El que nació en la Quinta Grijalva fue Gerardo. Por Más que gente como el ex chofer de Andrés Manuel López Obrador ostente una riqueza incompatible con el trabajo de sus padres; y otros, como el secretario del Ayuntamiento y el encargado de Reglamentos empiecen a mostrar la prepotencia.

Gerardo Gaudiano llegó a la presidencia municipal con las más amplias perspectivas, que no debe dejar en el camino. Y mucho menos por culpa de un equipo imberbe políticamente. Esos funcionarios que el pueblo irá señalando son, por ahora, los verdaderos enemigos del aspirante a gobernador. Y los que pueden meterle el pie para que no sea en el 18. Y tal vez ni en el 24.

Tiempo tiene para realizar los cambios necesarios. No se puede escalar con rémoras como las que están incrustadas en el Ayuntamiento.

¿Alguien, por ejemplo, se atrevería a decirle al alcalde que sería un error que el mercado de Atasta se convierta en un problema como el Pino Suárez al gestionar “paradas del servicio de transporte público” más cercanas a ese centro de abastecimiento popular? Esas paradas serían, en realidad, verdaderas centrales, no paradas de paso.

El proyecto de Gerardo no se puede edificar sólo con aplausos.

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