Adán, actitud responsable

El distanciamiento social será
la frase clave en los próximos
días y semanas. Jeff Martin,
profesor de epidemiología en la
Universidad de California en San
Francisco (UCSF)

Erwin Macario
erwinmacario@hotmail.com
Dos anuncios, esta semana, del gobernador Adán Augusto López Hernández muestran con claridad que por su parte ha habido la responsabilidad ante la pandemia de Covid-19: el 1 de agosto sólo regresará a laborar el 50 por ciento de los burócratas de Tabasco, y se suspenden eventos masivos como el Grito, desfile del 16 de septiembre y las ferias del queso y del cacao.

Las medidas dadas a conocer por el mandatario de Tabasco servirán para frenar el crecimiento de contagios por el virus que ha cobrado un alto número de víctimas, rebasando en un 500 por ciento las previsiones de la autoridad sanitaria en los primeros días de contagio.

El miércoles 28, dio a conocer Adán August que este sábado 1 de agosto sólo regresará a trabajar en las dependencias estatales (y se entiende en los ayuntamientos) la mitad de los servidores públicos “pues se cuidará a los adultos mayores y personas con enfermedades crónicas”.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) “se considera a una persona como de la tercera edad a partir de los 60 años en países de bajos y medianos ingresos, mientras que en los países con altos ingresos una persona mayor de 65 años se considera adulto mayor”, lo que habría que indicar para entender el número de trabajadores que serán protegidos con esta previsión del jefe del Ejecutivo.

El primer evento masivo que se suspende ahora es el Festival del Queso, que se celebraría en la ciudad de Tenosique el mes de agosto, evento que reunía ya a miles de visitantes no sólo de Tabasco.

El Grito de Independencia, el 15 de septiembre, que el año pasado dejó de ser una fiesta del poder, con cena y bebidas en Palacio de Gobierno, para convertirse en una fiesta del pueblo, también suspende su celebración masiva y sólo será una austera ceremonia, un mero evento protocolario en el que se tomarán las medidas sanitarias pertinentes. No habrá. Esta vez, festejo popular en Plaza de Armas.

El año pasado, Adán Augusto y su esposa Dea Isabel Estrada de López compartieron con el pueblo, desde las 9 de la noche, los festejos que se celebran en la explanada de Plaza de Armas, y de ahí subió a Palacio de Gobierno para vitorear a los héroes que nos dieron patria.

No era el lucimiento del poder, como recientemente había sucedido con su antecesor Arturo Núñez Jiménez, cuya esposa Martha Lilia López Aguilera había imitado, incluso, un vestido como la reina madre de Inglaterra, cruzado con un listón azul que motivó la burla de quienes desde ese primer grito presentían que quien mandaría en Tabasco era ella y lo que se conoce como el marthiarcado. Claro, doña Martha y su esposo no convivieron con el pueblo, sino arriba, en el Salón de Recepciones de Palacio.

Ahora se anuncia una ceremonia sobria, en la que Adán Augusto López Hernández, después de que lo haga el presidente Andrés Manuel López Obrador desde la Ciudad de México, dará el grito, con vivas a nuestros héroes y quizá una improvisada arenga como la del año pasado, que era el tema del momento: ¡Viva la unidad, el bienestar y la reconciliación del pueblo tabasqueño!

El desfile cívico militar, que se celebraría el 16 de septiembre, sería un alto foco de contagio por ser uno de los eventos masivos en Tabasco, aunque menor que la Feria y Exposición Estatal, en abril, que este año también fue suspendida.

El Festival del Cacao, que se celebraría en noviembre en esta capital tabasqueña, es otro de los eventos cancelados por el Gobierno, en aras de no dar espacios para el contagio y bajar un poco la letalidad de esta pandemia que en Tabasco no ha podido ser frenada, en gran parte por la actitud de los propios tabasqueños que no han obedecido las mínimas medidas sanitarias del aislamiento, sana distancia y uso del cubrebocas.

Que Adán Augusto suspenda eventos masivos porque estamos en foco rojo, porque no hay un control sobre la epidemia, lo muestra con la responsabilidad que debe tener todo gobernante para proteger a su pueblo.

Asume no sólo su papel de responsable y actúa sin menosprecio a esta terrible enfermedad, privilegiando la salud de los tabasqueños antes que cualquier lucimiento personal o de poder de Gobierno.

Se predica en Tabasco, con estas medidas, con el ejemplo: no se puede estar llamando permanentemente a mantener la sana distancia y guardar otras medidas sanitarias, y por otro lado organizar eventos masivos en los que sería imposible mantener las mínimas medidas de control sanitario.

Los tabasqueños tendrán tiempo para evaluar estas acciones que vendrán a reducir el alto número de víctimas que esta pandemia ha cobrado.

Vale reconocerlo.