Tiene buena química con María Rojo
Es el hijo de una anciana judía de Atlanta (María Rojo), quien durante 20 años establece una relación de odio-amistad con un empleado afroamericano México, DF El Universal En el teatro Rafael Solana, dentro de la obra El chofer y la señora Daisy, Ari Telch interpreta al hijo de una anciana judía de Atlanta (María […]
30 de diciembre de 2012

Es el hijo de una anciana judía de Atlanta (María Rojo), quien durante 20 años establece una relación de odio-amistad con un empleado afroamericano

México, DF
El Universal
En el teatro Rafael Solana, dentro de la obra El chofer y la señora Daisy, Ari Telch interpreta al hijo de una anciana judía de Atlanta (María Rojo), quien durante 20 años establece una relación de odio-amistad con un empleado afroamericano (Salvador Sánchez).
El texto del dramaturgo Alfred Uhry obtuvo en 1988 un premio Pulitzer de dramaturgia, y un año después varios premios Oscar al convertirse en película.
No es la primera vez que Telch y Rojo trabajan juntos en escena, pues antes hicieron (casi literalmente) La tarea, de Jaime Humberto Hermosillo.
Ahora que es hijo de María Rojo, ¿hay un amor edípico debido al antecedente teatral?
Ja, ja. Ella y yo la hemos hecho de todo a lo largo de muchos años en la actuación. En la telenovela Muchachitas fue mi suegra.
También estuvimos en un proyecto teatral fallido, de cuyo nombre no quiero acordarme; ensayamos varios meses y las cosas nomás no se daban bien.
Un día dije: “Me voy a la fregada”, y María dijo: “Espérate, yo también me voy a donde mismo”. En el caso de La tarea, Pepe Alonso, que había trabajado en la película, no quiso hacerla en teatro y me la ofrecieron a mí. La adaptación quedó muy bien y nos fue a todo dar. Hicimos unas 250 o 300 representaciones.
¿”La tarea” fue un gran escándalo en su tiempo?
Sí tenía su lado medio porno, pero el gran escándalo se armó cuando hice la obra Cuatro equis con otros compañeros. En provincia hacían mucho ruido los de Provida, las asociaciones de padres de familia, los boy scouts…
¡Los Boy Scouts!
Sí, aunque suene increíble. No es broma. Y en varias ciudades no pudimos presentar la obra porque los señores gobernadores se opusieron también a la función.
En “El chofer y la señora Daysy” se le ve muy contento en la ovación final, que es atronadora…
Te da gusto recibir aplausos, pero la mayor satisfacción está en otro lado. Actuar es un juego, tal como lo dice el verbo en inglés: to play.
Como actor, gozas cuando ves que funciona bien el mecanismo que se ha montado con mucha antelación: un compañero dice una frase, tú contestas dentro de un determinado timming y la gente reacciona a todo ese proceso. Resulta algo fascinante.
¿Vio la película “Driving Miss Daisy” (en la que está basada la obra)?
Vi la película hace 20 años (cuando se estrenó), pero no quise volverla a ver ahora (que iba a actuar en la versión teatral)
¿Cómo toma las críticas a su trabajo? Estela Leñero dice que su personaje está muy Ari Telch…
No la leí. Todo mundo puede opinar lo que se le dé su ch… gana.
¿Recibió educación judía?
Sí, incluso estuve 10 meses en un kibutz de Israel. Mi abuelo llegó a México de Smirna y se casó con mi abuela Sofía, quien era una mujer realmente adorable.
Ella se convirtió al judaísmo, pero en su casa siempre hubo un cuarto al que no podíamos entrar. Finalmente, un día descubrí que ahí tenía imágenes católicas de San Martín de Porres, San Judas Tadeo y la Virgen de Guadalupe.
¿A lo largo de su vida ha recibido comentarios racistas por su condición de judío o por su padecimiento maniaco depresivo?
Desde muy chavo tuve amigos judíos de apellidos impronunciables, y mexicanos de apellidos Pérez o Sánchez, así que no he tenido ningún problema por ese lado.
Ahora, con las redes sociales en internet, de repente alguien sí me llega a escribir: “¡Bipolaaar!”, a manera de insulto. Lo que hay al respecto es mucha desinformación.
Los organismos internacionales de salud esperaban que en el año 2020 la depresión fuera el mayor problema discapacitante, pero ya lo es actualmente.

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