La necedad fue virtud publicitada de forma recurrente por Andrés Granier. Soy muy necio, decía, conmigo no pueden.  Lejos estuvo, esta y estará de comprender la gravedad de su comportamiento como gobernador del estado. Su impreparación en el ejercicio del poder público puso a Tabasco en el colapso. Nunca tan pocos individuos,  hicieron daño a tantos ciudadanos.
Ya ni llorar es bueno. Trabajar unidos sin distingos de grupos,  partidos, religión o condición social,  es el camino que nos queda como sociedad. Sabemos que es difícil: políticos, líderes de opinión, medios de comunicación, pasan por la crisis de la falta de credibilidad. Es posible que el desastre llamado Granier, logre su mayor alcance, al ser su negativo  gobierno  motivo de unidad en contra de él y en favor de Tabasco.
Arturo Núñez tiene a la vez su mayor satisfacción personal y el mayor reto como hombre y como gobernante. Decía Manuel Andrade que para él existían en Tabasco gobernadores buenos a secas. Hoy podemos afirmar que nos han gobernado en los últimos años gobernadores malos y sin sentido de justicia social. Núñez tendrá que gobernar contra esta adversidad, y el tiempo, ya es corto, seis años no es nada, apenas ayer nos gobernaba un necio, el tiempo se escapa más rápido que la felicidad.
Mucho se habla y mucho se dice, pero, tendremos que ejercer el beneficio de la duda, La decisión popular de votar por la opción de izquierda es lo que vale, nuestras diferencias hay que ajustarlas políticamente en las urnas, corresponde al actual gobierno actuar en consecuencia, la cuenta regresiva ha iniciado.