Temen otro ‘viernes de ira’ contra EU
Las embajadas de Europa y Estados Unidos han extremado la seguridad después de que el semanario satírico galo «Charlie Hebdo» publicara nuevas caricaturas del profeta Mahoma Washington El Universal Las embajadas de Europa y Estados Unidos han extremado la seguridad por temor a un nuevo «viernes de ira» en el mundo musulmán, después de que […]
21 de septiembre de 2012

Las embajadas de Europa y Estados Unidos han extremado la seguridad después de que el semanario satírico galo «Charlie Hebdo» publicara nuevas caricaturas del profeta Mahoma

Washington
El Universal
Las embajadas de Europa y Estados Unidos han extremado la seguridad por temor a un nuevo «viernes de ira» en el mundo musulmán, después de que el semanario satírico galo «Charlie Hebdo» publicara nuevas caricaturas del profeta Mahoma y la publicación alemana «Titanic» anunciase que hará lo propio.
El pasado viernes, día de oración comunitaria, al menos siete personas murieron y varias más resultaron heridas en una serie de disturbios que se desencadenaron en Túnez, Sudán y el Líbano tras las protestas contra la difusión de un video sobre la vida de Mahoma considerado blasfemo.
Miles de indignados musulmanes abandonaron los patios de la mezquitas y se concentraron frente a las embajadas de EU en sus respectivos países, algunas de las cuales atacaron y trataron de asaltar.
Una forma de protesta que se ha repetido en numerosas ocasiones desde que hace 24 años Irán condenara a muerte al escritor británico de origen indio Salman Rushdie por su polémico libro «Los versos satánicos».
Fue el ayatolá Rujola Jomeini quien el 14 de febrero de ese año, poco antes de morir, emitió una fatua (edicto religioso) en el que ponía precio a su cabeza.
Más beligerantes e incisivas fueron las obras publicadas por la periodista italiana Oriana Fallaci, quien también hubo de sufrir la intransigencia de los radicales.
En 2002, poco después de los cruentos atentados del 11-S de 2001 en EU, la reportera sacó a la luz «La rabia y el orgullo», en el que comparaba a los «hijos de Alá» con las ratas.
Dos años más tarde, Fallaci azuzó la pira inquisitorial con otra obra, «La fuerza de la razón», criticada por aquellos que consideran que existe una cruzada intelectual desde occidente contra los mahometanos.
Menor suerte tuvo el director de cine holandés Theo Van Gogh, apuñalado hasta la muerte por un joven musulmán marroquí el 2 de octubre de ese mismo año a causa de su documental «Sumisión», en el que denunciaba la situación de la mujer en el mundo islámico.
Un año después, el 30 de septiembre de 2005, decenas de miles de musulmanes se echaron a las calles para protestar por la publicación en el diario conservador danés «Jyllands Postem» de una serie de caricaturas en las que se representaba a Mahoma con una bomba disimulada en el turbante.
Azuzadas por clérigos radicales suníes y chiíes, particularmente en Irán y Arabia Saudí, las protestas devinieron en asaltos a embajadas danesas en diversos lugares del planeta, que se repitieron durante dos años y segaron la vida de 48 personas.
De la indignación de los más puristas no se ha librado ni el papa Benedicto XVI, quien hubo de precisar un discurso pronunciado en 2006 en la universidad alemana de Ratisbona en el que citaba al emperador bizantino Manuel II Paleólogo.
La cita, en la que aludía a la religión mahometana como «malvada e inhumana», desató una oleada de ira que incluyó el asesinato de una monja italiana en Mogadiscio, capital de Somalia, y la quema de iglesias.
El último de estos incidentes ocurrió el pasado 12 septiembre tras la divulgación en internet de un video burlesco sobre la vida de Mahoma.
En las protestas murieron una decena de personas, entre ellas el embajador estadounidense en Libia, Chris Stevens, primer jefe de misión norteamericano muerto en acto de servicio en Oriente Medio desde 1979.

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