Por Ferdusi Bastar Mérito
Rumbo Nuevo
Continuando mis remembranzas, mi querida Empresa, en la que prevalecía la honestidad, la disciplina y la capacitación a través de nuestra Escuela Tecnológica que impartía cursos constantemente en toda la República mediante los cuales el personal ascendía y escalaba puestos y mejores ingresos, siempre con la mística de comunicar a nuestro país, hasta en los más apartados rincones. La prueba está latente en los más de 25,000 poblados comunicados, cuando en la mayoría de ellos los ingresos no cubren los gastos de mantenimiento.

Nuestro gobierno vio en la expansión telefónica un filón de ingresos y creó el Impuesto Telefónico que en algunos casos llegaba al 64%. Para financiar la expansión, el Ing. Beckman consiguió que la Empresa retuviera una parte de este impuesto, documentándola con obligaciones hipotecarias con pago de intereses, y de esta manera se acumuló un adeudo de la Empresa que en el gobierno del Lic. Echeverría se obligó a la Empresa a documentarlo con acciones con lo que Telmex se convirtió en Empresa de Participación Estatal sin que el gobierno aportara ingresos.

Si bien recibimos daños al entrar en esta nueva órbita, hubo un convenio con los accionistas de que se respetaría la administración privada de la Empresa, y así conservamos nuestros funcionarios y políticas centrales hasta que se instauró un proceso de licitación, un año antes de su privatización.

Con el neoliberalismo, vino el desmantelamiento de los bienes del Estado, y Telmex no fue la excepción. Era una Empresa próspera y en crecimiento y su privatización fue en condiciones favorables. El Impuesto Telefónico se convirtió en tarifa, es decir sin un abonado pagaba por ejemplo 164 de renta, 100 eran tarifa y 64 impuesto del gobierno. Con la privatización siguió pagando los mismos 164, pero ya como tarifa. El gobierno sacrificó ese impuesto en favor de la privatización.

Pero con la nueva administración, Telmex tuvo un nuevo despegue y crecimiento no solo cuantitativo, sino de calidad. El servicio mejoró y se modernizó al grado de que se digitalizaron todas las centrales, y a más del sistema troncal de microondas se cubrió totalmente el país con una amplia red de fibra óptica que garantiza un servicio de clase mundial.

La antigua Escuela Tecnológica se transformó en un Instituto que opera en todo México y la Empresa labora con un gran sentido y responsabilidad social, sirviendo al igual poblados y zonas que no son rentables, y la Fundación Telmex apoya a muchos miles de muchachos que terminan sus licenciaturas con becas Telmex, Aquí en Tabasco, en una ocasión nuestra Fundación dotó de tecnología a casi todas nuestras escuelas y de lentes a todos los niños que los necesitaron. Pongo como testigo a mi amigo Cecilio que me dice que todos sus hijos se han graduado con becas Telmex.

Y me duele en el alma la injusticia de nuestras autoridades Secretaría de Comunicaciones e Instituto de Telecomunicaciones que beneficiando a trasnacionales estigmatizan y acorralan a mi querida Empresa, obligándola incluso a dividirse.

La gigantesca infraestructura de Telmex, que fue construida con el esfuerzo de los mexicanos, es ahora calificada de dominante porque sirve a la población que las compañías extranjeras nunca van a atender, solo interesadas en los centros de negocios Y se dá el caso único en el mundo de que la compañía nacional subsidia a las extranjeras, que sin una inversión real, usufructúan la planta telefónica de Telmex, que compiten contra ella usando su propia infraestructura y a Telmex no le es permitido competir con ellas al calificarla de “dominante”.

Y repito, Telmex está ahora en 17 países y el único en que no le permiten el triple play es México. Y si esto pasaba en las fatales administraciones anteriores, el nuevo gobierno nacionalista debiera enderezar el rumbo y apoyar a la empresa mexicana.