Tabasco en la obra de Piña Gutiérrez
Agenor González Valencia He disfrutado la lectura del libro Origen y Evolución del Poder Ejecutivo en Tabasco, 1824-1814, escrito por el Dr. Jesús Antonio Piña Gutiérrez.  La obra consta de 6 capítulos, Reflexiones finales y dos Anexos. En la introducción el autor nos manifiesta que dicho libro forma parte de una trilogía que se propuso […]
16 de diciembre de 2014

Agenor González Valencia

He disfrutado la lectura del libro Origen y Evolución del Poder Ejecutivo en Tabasco, 1824-1814, escrito por el Dr. Jesús Antonio Piña Gutiérrez.  La obra consta de 6 capítulos, Reflexiones finales y dos Anexos.
En la introducción el autor nos manifiesta que dicho libro forma parte de una trilogía que se propuso llevar a cabo desde hace 10 años. Nos recuerda que la primera fue una historia del sistema Jurídico y del poder Judicial; la segunda, del Poder Legislativo y ésta que ahora nos ocupa sobre el Poder Ejecutivo en Tabasco. Las tres abarcan el periodo de 1824 a 1914. Con modestia señala que de un inicio la principal inquietud que le empujó abordar el tema actual fue, sin lugar a dudas, la hipótesis de que para comprender las características del Poder Ejecutivo en la historia del Estado de Tabasco, debía, recrear, analizar y comprender su origen y evolución durante los primeros 100 años de vida. Nos hace saber que así fue como se adentró en el apasionante mundo del comportamiento político, jurídico y social de cada uno de los gobernadores.
Piña Gutiérrez nos indica que la historia del Poder Ejecutivo en Tabasco, como tal, nunca se ha desarrollado. Por lo mismo,  pretende que este libro sea una historia única e innovadora, que despierte el interés por nuevas investigaciones. Aclara que si bien es cierto que existen trabajos de suma importancia sobre el tema, la mayoría se refiere a un personaje aislado, o en el caso de las historias generales, como la de Manuel Gil y Sáenz,  Diógenes Reyes, María Eugenia Arias, Ana Lau y Ximena Sepúlveda que hace referencia, de manera cronológica, a la mayoría de los gobernantes y en el mejor de los casos generalizando su desenvolvimiento más por la época que por el conocimiento del propio personaje, sin que se analice su actividad y su pensamiento, y menos su labor legislativa.
Nos explica que el tema al comienzo parecía sencillo, pero no lo fue, debido a que desde su inicio se propuso indagar y conocer cuáles eran no solamente las tendencias de cada gobernante, sino saber porqué estos actuaban de un modo y no de otro. Porque pertenecían a un bando y no a otro y porque era federalista o centralista, liberal o conservador, nos hace saber que al tratar de descifrar esta hipótesis, se representaron varios problemas en el desarrollo de la investigación, debido, por un lado, a la falta de interpretación que existe sobre el tema y, por otro, a la lagunas documentales sobre ciertas épocas y personajes en la historia de Tabasco. Con alegría manifiesta que afortunadamente pudo salvar la mayoría de los obstáculos con documentos inéditos.
Uno de los principales objetivos que persiguió fue el de poder percibir y describir cuál fue el origen jurídico del Poder Ejecutivo en Tabasco; cuáles fueron las características de los Poderes real y virreinal, y cómo se manifestó dicho poder en la provincia de Tabasco a través de los alcaldes mayores y gobernadores, así como el comprender la manera en que influyó la estructura político-jurídica del antiguo régimen en la división de poderes entre el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial y hasta qué punto se vio la misma en el curso del siglo XIX.
En esta obra el autor analiza cómo fueron limitándose jurídicamente las funciones del el Ejecutivo respecto a los demás poderes dentro de él mismo.
En su estudio el autor determina hasta dónde existió una plena soberanía del Estado respecto al Centro y si éste respetó el pacto de no intervención, por escrito, tanto en la Carta Magna local y en la federal.
Su interés en escribir éste libro fue el de dejar lo más claro posible la posición del Ejecutivo ante la elaboración, aprobación y promulgación de las leyes. Su pretensión fue que este ambicioso análisis sea el eje principal de su investigación en la que parte del supuesto de que uno de los fundamentos jurídicos que le da sentido al Poder Ejecutivo es la observación y ejecución de la leyes para crear y regular las instituciones, convivir con los otros poderes y con la sociedad.
En esta obra se analiza la labor legislativa y las facultades constitucionales del Poder Ejecutivo, enfrentándose a la coyuntura de un siglo que, afirma, se caracterizó por la más grande inestabilidad política en la historia de Tabasco, en particular y de México en general, producto de tres siglos de Colonia; en una guerra que duro diez años, y por fin la llegada de una Independencia carente de los alcances políticos-jurídicos-económicos-sociales lo suficientemente radicales para cortar de tajo la herencia colonial. Nos indica que estas razones son de tal trascendencia que muchos historiadores y juristas creen que la independencia de México y la consolidación de las instituciones, terminaron en 1867, cuando Juárez, con mano firme decide la restauración de la República.
En el primer apartado de cada capítulo se hace un marco histórico general de los acontecimientos que marcaron cada una de las épocas de la historia del poder ejecutivo. Su análisis lleva la marca distintiva del gobernador en turno, resaltando el posicionamiento del Poder Ejecutivo en el Estado ante los acontecimientos nacionales e internacionales, tales como la invasión francesa y la invasión norteamericana.
En la construcción de la historia del Poder Ejecutivo en Tabasco resalta de primerísima importancia su análisis que lleva la comprensión del contenido de cada una  de las siete Constituciones locales, de las normas constitucionales y de las Bases Orgánicas las cuáles formaron el cuerpo jurídico legal en los cien años que abarca la investigación, respecto al mandato político-jurídico, económico-social y cultural que contenían estos instrumentos para otorgales como limitarles o negarles atribuciones al poder en cuestión. Su empeño de encontrar hasta qué punto se cumplieron los ordenamientos, si se violaba o no la ley si les faltaba o sobraban puntos constitucionales para el buen desenvolvimientos del Poder Ejecutivo.
Piña Gutiérrez logra su objetivo al empeñarnos en la lectura de esta obra que consta de más de cuatrocientas páginas, que una vez iniciadas nos atraen de tal manera que el espléndido contenido en ella nos hace sentirnos más tabasqueños.

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