Desde el mes de junio hasta octubre se llevaron acabo periodos de adquisición y estudio de uno de los productos más consumidos por los mexicanos, esto avalado por la Profeco en la edición de octubre de la revista de consumidor, las sopas instantáneas.
La Profeco puso a prueba 33 diferentes tipos de sopas instantáneas, las cuales fueron evaluadas en diferentes criterios, dichos criterios son información en la etiqueta, sellos de advertencia, contenido de proteína, contenido de grasas, contenido energético, contenido de carbohidratos y contenido de sodio.
Tras este periodo de estudio las marcas Buldak Cheese y Ottogi Ramyon fueron determinadas para ser retiradas del mercado tras presentar resultados comprometedores en relación a la información presentada en sus etiquetas y publicidad engañosa.
Sin embargo, el efecto sobre el público resultó en un escenario realmente alarmante de parte de las personas que creyeron serían retiradas sus marcas de sopas favoritas, “apenas me enteré fui al súper a comprar una caja entera de Maruchan de pollo, yo las como por gusto porque me encanta el sabor y tenía que prepararme para lo peor” declaró José Adrián García Escalante, estudiante de nivel universitario aficionado a la comida instantánea.
Como podemos apreciar, la desinformación está a la orden del día y es en parte culpa de la misma Profeco quienes mayormente usaron las imágenes reconocibles de estás marcas como Nissin y Maruchan para ilustrar sus artículos sobre las sopas.
A pesar de todo no tenemos motivos para preocuparnos por las icónicas marcas, pues si bien recibieron una amonestación por sus empaques de unicel, no hay intención alguna de retirarlas del mercado por ahora.
La pregunta que resta es, si la desinformación actúa de tal manera solo con sopas instantáneas ¿Qué peligros podemos esperar de escenarios de mayor relevancia política y económica?
Ricardo Alberto Pineda Alvarez
Estudiante