Sin Rodeos
¿Cómo proteger a periodistas? Fernando Hernández Gómez fdohernandezg@hotmail.com El cobarde asesinato de la periodista huimanguillense Norma Sarabia Garduza sacó a flote, por enésima vez, un debate muy espinoso y complicado que plantea un par de cuestionamientos vigentes, sin resolver, acerca de la indefensión en que se ejerce el oficio periodístico en este país. ¿Cuándo podrán […]
14 de junio de 2019

¿Cómo proteger a periodistas?

Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
El cobarde asesinato de la periodista huimanguillense Norma Sarabia Garduza sacó a flote, por enésima vez, un debate muy espinoso y complicado que plantea un par de cuestionamientos vigentes, sin resolver, acerca de la indefensión en que se ejerce el oficio periodístico en este país.

¿Cuándo podrán darse resultados convincentes sobre los asesinatos de periodistas en México y en Tabasco que lleven a castigar a sus autores? ¿Cómo proteger a periodistas si, como cualquier ciudadano, están expuestos a ataques de delincuentes que actúan en las sombras?

La noche del martes 11, Norma Sarabia se sumó a esa estadística cada vez más extensa de periodistas asesinados en México. Con su irreparable pérdida, suman 149 los periodistas (16 eran mujeres) asesinados en nuestro país desde el año 2000, justo cuando experimentamos la transición a la verdadera democracia. Tan sólo este 2019, las balas han segado las vidas de ocho comunicadores, dos de ellos de Tabasco.

Son “cifras que demuestran la crítica situación que se enfrenta en México en materia de libertad de expresión, y la urgente necesidad de brindar condiciones óptimas para que periodistas y medios de comunicación puedan realizar sus labores con seguridad”, planteó la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en un comunicado en el que condenó el asesinato de Norma Sarabia.

De acuerdo con el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), en lo que va de 2019 México ha sido el país más violento del mundo para ejercer el periodismo.

Declaró el miércoles 12 la directora de análisis de Observatorio Ciudadano en Tabasco, Julia Arrivillaga Hernández, que “es lamentable que México sea uno de los países donde ser periodista es una de las profesiones más riesgosas, donde ya durante estos seis meses se registraron ocho casos de periodistas asesinados, de los cuales dos han ocurrido aquí en el estado de Tabasco (Jesús Eugenio Ramos Rodríguez, en Emiliano Zapata, el 9 de febrero, y Norma Sarabia, en Huimanguillo, el 11 de junio)”.

Ni en los tiempos de regímenes autoritarios, ni en épocas de guerra se habían contabilizado tantas muertes de periodistas como en estos tiempos.

El representante en México de CPJ, Jan-Alberto Hootsen señaló que ningún gobierno, desde el sexenio de Vicente Fox, se ha comprometido a emplear un marco jurídico que realmente busque proteger a los periodistas y procure la justicia en casos de crímenes contra la prensa.

Anotó que si bien México cuenta con la Ley para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas que contempla el Mecanismo de Protección para estos grupos, no se cuenta con suficientes recursos ni cobertura a nivel regional para garantizar su eficacia.

“México está en una situación particularmente grave, más que nada porque México tiene leyes diseñadas para proteger a los periodistas y simplemente no están funcionando, mientras tenemos niveles de violencia más altos en comparación con países que están en situación de guerra”, apuntó Hootsen.

El representante de este comité con sede en Nueva York indicó: “Si se ve el perfil de los periodistas que han sido asesinados este año, todos son reporteros o reporteras que trabajaban para pequeños medios locales, radios comunitarias o en medios propios, por lo que los periodistas más vulnerables son los que tienen precariedad laboral, muy poco ingreso y trabajan en estados en donde impera la violencia y la impunidad”, indicó. (El Economista, 12Jun.2019)

La falta de seguridad y de garantías para el desempeño periodístico es –como bien asienta Hooten– más grave en localidades de provincia, llámense Emiliano Zapata o Huimanguillo, donde perviven cacicazgos locales o bandas delictivas que quieren imponer sus fueros mediante amenazas o por medio de balas.

Es bueno saber que la CNDH y la oficina del ombudsman tabasqueño pidieron a las autoridades estatales establecer mecanismos de seguridad para el desempeño del ejercicio periodístico.

Es saludable que tras el asesinato de Norma Sarabia –que también era maestra en una escuela secundaria en Huimanguillo– se brinde a su familia atención y asesoría como medida cautelar.

Lo que es terrible es que entre más insegura sea una comunidad, estado o nación, más peligroso es el ejercicio del periodismo de denuncia, crítico. De nada sirve ser un periodista valiente cuando no hay qué o quién lo proteja eficazmente.

Aun atrapando a los asesinos de Norma Sarabia o de Chuchín Ramos no podrá repararse el daño al oficio, a su familias, al gremio, a la sociedad. Son crímenes que nos lastiman y agravian. Las condenas ya no bastan, ni reconfortan.

Las leyes existentes no son más que intentos que han querido tapar el pozo después de ahogado el niño. Un paso decisivo para comenzar a corregir las cosas será la recuperación de la tranquilidad y el fin de la impunidad de México. Será difícil porque hay muchos interesados en que el río revuelto perdure, que las actividades criminales puedan seguirse realizando sin estorbos, en la impunidad, y que la corrupción en todas las esferas gubernamentales siga rigiéndose por la ley que reza: ‘el que no tranza no avanza’.

Esperemos que las autoridades judiciales rindan pronto resultados de su actuación, esclarezcan estos homicidios execrables, y se aplique todo el peso de la ley a los cobardes homicidas.

Al Grano
¿QUÉ DEBEMOS HACER?… Comencemos por rescatar valores: el respeto a los derechos de terceros, a la vida, al patrimonio de los demás, a ‘no hacerle a otro lo que no quiero que me suceda a mí o a los míos’… Recuperemos esa máxima juarista: ‘Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz’… ¿O acaso queremos que impere la ley del talión que ya aplican algunos pueblos originarios?…

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