Sin Rodeos
La magia presidencial Fernando Hernández Gómez fdohernandezg@hotmail.com Lo que sea, Enrique Peña Nieto cautivó a tabasqueños y campechanos, comenzando con sus autoridades, con el anuncio de medidas de corto y mediano plazos tendientes no sólo a mitigar la crisis de empleo provocada por el desplome de los precios internacionales del petróleo que orillaron a realizar […]
9 de mayo de 2016

La magia presidencial

Fernando Hernández Gómez
fdohernandezg@hotmail.com
Lo que sea, Enrique Peña Nieto cautivó a tabasqueños y campechanos, comenzando con sus autoridades, con el anuncio de medidas de corto y mediano plazos tendientes no sólo a mitigar la crisis de empleo provocada por el desplome de los precios internacionales del petróleo que orillaron a realizar drásticos ajustes en las inversiones de Pemex, sino sobre todo a despetrolizar y diversificar la economía de ambas entidades.

Se esperaba –como ya se había anunciado– un programa emergente de empleo para la zona, para atender los SOS que desde principios de año lanzaron los gobernador Arturo Núñez Jiménez y Alejandro Moreno Cárdenas.

Y el miércoles 4, en presencia de ambos mandatarios estatales y actores políticos y económicos de ambas entidades congregados en el centro de convenciones Tabasco 2000, Peña Nieto llegó acompañado de medio gabinete presidencial para anunciar un –así lo dijo– paquete de acciones estratégicas contenidas en el Programa de Reactivación Económica y Desarrollo Productivo para los estados de Campeche y Tabasco.

Es una estrategia presidencial muy inteligente, sobre todo, porque aun cuando implica acciones de diversas instancias del gobierno de la República para atender la crisis petrolera que disparó el desempleo en Campeche y Tabasco –que perdieron 11 mil y 15 mil plazas–, no se aprecia la implementación de recursos adicionales más allá de los contenidos en el presupuesto federal.

Y déjeme decirle que esto no es nuevo. Las medidas emergentes, los programas especiales o acciones estratégicas –como es el caso–, las han empleado presidentes de la República para atender situaciones complejas en estados o regiones en situaciones de crisis, sea por los vaivenes de la economía, el desbordamiento de la inseguridad o por desastres naturales.

Me explico –y usted lo recordará–: en 2007 Tabasco sufrió la peor inundación de su historia que devastó los bienes de los tabasqueños, la infraestructura pública y las actividades productivas. Raudo, el entonces Presidente Felipe Calderón Hinojosa se apersonó una y otra y otra vez en la entidad, y expresó su solidaridad a los tabasqueños con una bolsa de nueve mil 300 millones de pesos para la reconstrucción y evitar nuevas inundaciones; la mayor parte era para el Plan Hídrico Integral de Tabasco (PHIT).

Las inversiones del PHIT no fueron del todo extraordinarias, sino que dentro del presupuesto de Conagua para el estado, se hizo una proyección a corto, mediano y largo plazos para que en uno, dos, tres, cuatro, cinco, todo un sexenio o más años se realizaran una serie de obras de infraestructura avaladas, entonces, por el Instituto de Ingeniería de la UNAM.

El caso es que hoy que el PHIT ya no existe, pero tiene obras pendientes de aquellos nueve mil 300 millones de pesos –como un canal de alivio en el río Grijalva, aguas arriba de Villahermosa–, que fueron contempladas en una nueva estrategia a la que el régimen peñista denominó: Proyecto Hidráulico de Tabasco (Prohtab) y, desde el 2013, a dichas acciones se les ha venido dando largas y se posponen año tras año.

Muy hábil, Peña Nieto puso a trabajar a su gabinete. Con la participación de cercanos a los gobernadores de Campeche y Tabasco, se buscó la forma de ejercer en el corto plazo y mediano plazos recursos de los programas de inversión federal de 2016, 2017 y 2018; agilizar la liquidación de los pasivos de Pemex, dar prórroga a empresarios en contribuciones fiscales y disponer acuerdos para atender añejas peticiones de la región.

Se prevé agilizar el pago a proveedores locales de Pemex, generar empleos eventuales con proyectos de pavimentación y adelantar, para este año, acciones previstas para 2017 del programa de remozamiento de escuelas.

Además se decretó la reducción de la ‘zona de exclusión’ a la pesca en la Sonda de Campeche, y en infraestructura, se construirá el nuevo Puente de la Unidad en Campeche y el tramo 2 del Libramiento de Villahermosa, con dos mil 500 millones de pesos, obras que ya estaban previstas y hasta en proceso.

Ya se sabía que para potenciar la modernización industrial y diversificación de esta región, se incluirá a los dos estados dentro de las tres Zonas Económicas Especiales, que recién aprobó el Congreso de la Unión.

Una novedad es que, a diferencia del PHIT o Prohtab, este ‘paquete’ trae un candado especial: un esquema de seguimiento y comunicación, que –afirmó el Presidente– dé certidumbre a los actores económicos locales de que lo comprometido, esta vez, sí se hará.

Para ello, habrá de integrarse un Consejo para la Reactivación Económica y el Desarrollo Productivo en cada entidad, en el que participarán los sectores empresarial, social y público.

Así que con una bolsa de seis mil 800 millones de pesos, de recursos que Pemex debía a proveedores y presupuestos futuros de dependencias federales que se adelantarán para este año, así como la voluntad presidencial para que después de tres décadas pescadores campechanos y tabasqueños puedan pescar otra vez en la sonda de Campeche, no se despetrolizará de tajo a esta zona, pero sí es un buen punto de partida para diversificar su economía.

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