Luis Enrique Martínez
Rumbo Nuevo

A un mes de que concluya el periodo de sesiones ordinarias de la Legislatura 31 al Congreso estatal, ni duda cabe que la bancada del PRD pasará al basurero de la historia.
Pruebas sobran, pero basta la de este jueves para confirmar lo anterior: Dos diputados independientes persisten en sus ácidos cuestionamientos y los perredistas «y seguidores» apenas balbucean defensas que provocan el alarido del auditorio, como ocurrió con la intervención de los diputados Leticia Taracena Gordillo y Andrés Cáceres Álvarez.
Ante el inexplicable enmudecimiento de la diputada Rosalinda López Hernández, en las recientes asambleas, Esther Alicia Dagdug Lutzow insiste en su acervada crítica en respaldo a las intervenciones del diputado incómodo Mario Rafael Llergo Latournerie.
Dos contra la mayoría PRD y aliados, podría ser el título de un documental que, seguramente, exhibiría caras y gestos y el fastidio de una bancada que en casi tres años no es ni rémora del PRD aguerrido, inflexible, violento, escandaloso pero letrado que apareció en 1992.
No. La bancada perredista que coordina Neyda Beatriz García Martínez, es otra. Un grupo de ciudadanos con títulos (la excepción es Tito Campos Piedra), pero que confirma el dicho según el cual «el título no cura la ignorancia».
Taracena Gordillo intento defender lo indefendible en la sesión de este jueves, y la ex priista Dagdug Lutzow la silenció, cuando le recordó su irresponsabilidad de no asistir a la supervisión de obras que programa la comisión Instructora de Hacienda Tercera.
Ni pío dijo quien, en 2012, no creía haberle ganado la diputación al, entonces priista, Federico Madrazo Rojas. El que si sacó fuerzas de su endeble y encorvada figura fue el ex coordinador de la bancada del PT y flamante neoperredista Cáceres Álvarez.
«¡Deje usted de engañar al pueblo de Tabasco!», gritó, en respuesta a las intervenciones de Dagdug Lutzow. Pero ni los mismos perredistas creyeron en esa por demás interesada defensa.