Sigue la tensión entre China y Japón
Pekín El Universal China y Japón mantienen por tercera semana consecutiva un deterioro de los lazos bilaterales a causa de la disputa territorial de un pequeño archipiélago en el Mar del Este, pese a los contacto al más alto nivel en Nueva York. Los cancilleres chino, Yang Jiechi, y japonés, Koichiro Gemba, se reunieron la […]
27 de septiembre de 2012

Pekín
El Universal
China y Japón mantienen por tercera semana consecutiva un deterioro de los lazos bilaterales a causa de la disputa territorial de un pequeño archipiélago en el Mar del Este, pese a los contacto al más alto nivel en Nueva York.
Los cancilleres chino, Yang Jiechi, y japonés, Koichiro Gemba, se reunieron la víspera en Nueva York, al margen de la Asamblea General de Naciones Unidas, para abordar la cuestión de las islas Senkaku (en japonés) o Diaoyu (en chino), pero no lograron avances para resolver el conflicto.
Gemba pidió a China que dé muestras de contención en el conflicto, que está provocando millonarias consecuencias económicas para las empresas japonesas, mientras Yang reafirmó que la decisión de Tokio de nacionalizar tres de los ocho islotes «es una violación flagrante de la integridad territorial de China».
Fuentes japonesas indicaron a la prensa que no hubo avances y calificaron el ambiente de la reunión como «sombrío».
Ello se produce apenas un día después de que el vicecanciller japonés viajara a China para abordar con las autoridades este conflicto en el que Taiwán también está implicado porque reclama para sí la soberanía.
Situadas a dos mil kilómetros al sudoeste de Tokio, pero a tan solo 200 kilómetros de las costas de Taiwán, que también reclama su soberanía, las islas fueron nacionalizadas hace tres semanas por el gobierno del primer ministro Yoshihiko Noda.
La iniciativa de comprar estas islas provino originalmente del gobernador de Tokio, Shintaro Ishihara, un político de corte nacionalista conocido por sus posiciones críticas con China y que en el pasado envió un equipo de expertos a las islas para estudiarlas, provocando la ira de Pekín.

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