Evaristo Hernández Cruz, presidente municipal por segunda ocasión indistinta, se comprometió a denunciar estas irregularidades

Luis Enrique Martínez
Rumbo Nuevo
Sigue la mata dando…mientras tanto, la administración a cargo de Evaristo Hernández Cruz se dispone a revelar los despojos de un ayuntamiento de Centro desollado; invertebrado financiera y económicamente. ¿Culpables?
Una anécdota revela el «conocimiento» del ex coordinador del Sistema de Agua y Saneamiento (SAS), Benjamín Quiles (apelativo para personaje de novela), quien la noche del viernes subió un comunicado a la nube para junto con Roberto Romero Del Valle, ex secretario del ayuntamiento y ex regidor, enfrentar las denuncias de la administración entrante por la distribución de agua achocolatada que en las últimas semanas afecta a la mayoría de los 640 mil 349 habitantes del municipio, según el Censo de Población y Vivienda 2010 del Inegi.
«Cuando el alcalde (Gerardo Gaudiano Rovirosa), lo citaba a reunión en su oficina», cuenta, con una sonrisa picaresca, un ingeniero civil aún funcionario del SAS, «me pedía (Benjamín Quiles) a mí y a otros compañeros, que lo acompañáramos. Ya en Palacio Municipal, ocupaba un lugar en la mesa de trabajo y, en seguida, abría espacio para nosotros, dos o tres.
«Así era siempre. Por eso tanto el presidente municipal como los demás funcionarios que participaban en las reuniones llegaron a conocernos. Preguntas y preguntas, sobre el funcionamiento del SAS y el ingeniero Quiles, sin dar respuestas firmes, claras. Entonces, decía: «Aquí el ingeniero tal o cual, les va a explicar mejor».
«Entonces, entraba uno a detallar lo que faltaba: presupuesto, reactivos químicos, etcétera, y, de repente, sentía uno un golpecito en la parte lateral del zapato…Y, al voltear a tu derecha o izquierda, chocabas con la mirada apremiante del jefe. Era una señal para que le bajaras, que le dieras chance a él para seguir la explicación…»
–Y si sabía ¿por qué no personalizaba la explicación?–, se le pregunta al funcionario tras jugar un partido de futbol en la ranchería Río Viejo, la comunidad ubicada al oeste de Villahermosa que lleva el nombre de uno de los afluentes del Grijalva, otros son El Carrizal y Samaria.
–El golpecito en el pie, lo decía todo: ¡No sabía!–, responde con una carcajada, otro funcionario municipal también preocupado porque después del 5 de octubre, la presunta negligencia de las autoridades que llegaron con el fallido candidato del PRD a gobernador, incluyendo a la sustituta Casilda Ruíz Agustín, tienen en riesgo de una epidemia de dermatitis a los habitantes de la ciudad, siete villas, un poblado, 132 rancherías, 117 colonias y fraccionamientos.
La hidrografía del municipio sede de la capital de Tabasco es igual a 13 mil hectáreas que incluyen el río Grijalva y sus afluentes, así como las lagunas Las Ilusiones, El Camarón y El Negro, además de otros cuerpos de agua menores en extensión como Chilapa, El Campo, El Horizonte, Pucté y Maluco, Ismate Chilapilla, Jagua te, El Corcho, Sabana Nueva, El Manguito, Jitalito, Playa del Pozo, El Vigía, Trujillo, El Cuhy, El Pueblo, El Campo y El Espino.
Agua, agua, lo que se dice agua, por lo que se refiere al agua, sobra entre la superficie de mil 612 kilómetros cuadrados de un municipio venido a menos por el descuido y la inexperiencia de quienes estuvieron al frente de la comuna desde julio de 2016 al 5 de octubre de 2018.
Y el daño total de ese presunto abandono, sobre todo el relacionado con el pésimo servicio de agua potable es lo que anhela saber la población ciudadana de las nuevas autoridades de la comuna.

Hay fecha límite
Para denunciar anomalías administrativas, documentales y financieras vence el próximo 5 de noviembre. La mañana del viernes último, Evaristo Hernández Cruz, presidente municipal por segunda ocasión indistinta, se comprometió a denunciar a los presuntos responsables de tales irregularidades. Pero también abrió la posibilidad de que entre este martes o miércoles podría adelantar, en conferencia de prensa, la situación real en la que recibió el ayuntamiento de Centro.