La ineludible pulsión de muerte, un grito a tiempo

Francisco Gómez Hernández
“Acostumbrados a pensar que la muerte nos es indiferente. Porque todo lo bueno y lo malo consiste en experiencias sensoriales y la muerte es la privación de la experiencia sensorial. De ahí que un adecuado conocimiento del hecho de la muerte haga de la mortalidad de la vida un motivo de alegría, no porque añada un tiempo ilimitado a la vida sino porque elimina el ansia de inmortalidad”.- Libro de los filósofos muertos.

Pareciera que miles de jóvenes mexicanos y de todo el mundo ahora llamados millennials, otros ninis, buscarán en la muerte experiencias fuera de lo normal con el único fin de hacerse notar o escudriñar qué hay en el camino intrínseco del más allá. Recientemente el grupo de jóvenes que buscaron el contagio colectivo de COVID-19, la masa de jóvenes Spring Breakers en Miami beach, y el grupo de jóvenes de un gimnasio que planearon de igual manera un contagio colectivo sin lograrlo. A estos actos -juego para ellos- que retan a la muerte, se aúna una gran cantidad de juegos peligrosos en los que exponen sus vidas, fenómenos que merecen un estudio antropológico a profundidad, para ir frenando su crecimiento imparable.

La pandemia del Coronavirus, que a gran parte de la población mexicana incluyendo a la tabasqueña no le han intimidado las 5 mil 45 muertes a nivel nacional, ni las doscientas 90 a nivel local, que hasta ayer domingo por la mañana era el recuento, y que a toda esta gran cantidad de gente, le vale no respetar los lineamientos de protocolos establecidos por la Secretaría de Salud y los decretos del gobierno del estado, dan a entender que no sólo retan a la muerte, que puede llegarle a uno de ellos o un familiar, si no que el estado de derecho, les vale.

La semana pasada que el gobernador advirtió que se cocinaba un posible programa de hoy no circula, y de nueva cuenta el cierre de comercios en fin de semana, las redes sociales enloquecieron en protesta de la posible medida, aludiendo que son arbitrariedades fuera de la ley, pedían que se suspendiera la ley seca, que se abrieran bares y restaurantes. Solo falta que ahora que el Papa ha anunciado que en las iglesias se pueden oficiar misas con los protocolos de ley, los líderes de redes y los memeros se opongan.

Por el lado bueno hay que aplaudir la decisión de la Secretaría de Salud estatal, por la supervisión en el estado de 17 mil centros de negocios de los 23 mil existentes, de los cuales han sido sancionados 301 por incumplimiento de protocoles, en algunos casos cierres temporales, en otros, clausuras definitivas y en otros, sanciones económicas. La aplicación del programa hoy no circula, está en si se aprueba o no de acuerdo a resultados que de la respuesta de la gente de quedarse en casa para evitar más contagios.