Hay tiempo de sembrar y de cosechar
-Una reflexión a los tiempos de la UJAT y un adiós al amigo Carlos Garrido

Francisco Gómez Hernández
El hombre es el arquitecto de su propio destino, atribuida a José Ingenieros, es también la causa y efecto de las palabras, acciones u omisiones de los seres humanos. Se dice que todo tiene su razón de ser, los místicos aseguran que nada se mueve sin la voluntad divina. Nada es por gusto, todo tiene una causalidad no casualidad, y en ese sentido de todo se aprende, para mejorar, para evolucionar en nuestro ser, en el espíritu que somos, la vida nunca es injusta, si actuamos y pensamos bien, pues evoluciona nuestra alma y pensamiento.

Guillermo Narváez Osorio, nombrado por la Junta de Gobierno como rector de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) para el periodo 2020-2024, después de su primera entrevista en conocido noticiero radiofónico al formar parte de la terna, en la que hizo énfasis en someter a revisión y auditoria las áreas administrativas de la UJAT. Muchos aseguraron que ya no llegaría por ese adelanto que ya traía en mente, para incluirlo en la elaboración de su plan de trabajo.

Desde luego quienes aseguraron que el maestro Narváez no llegaría, fueron quienes poco o nada conocen de su trayectoria en el servicio público, como presidente municipal de Tacotalpa a los 33 años de edad, después diputado local y presidente de la Gran Comisión del Congreso, su paso brillante como presidente del Tribunal Superior de Justicia y luego tras una pausa en la que se enfocó en la docencia, reactivó su servicio público como titular de la Secretaría de Educación por la confianza que le tiene el gobernador Adán Augusto López Hernández.

Sin duda que en todos los cargos ha dejado una huella y buenos resultados basados en el trabajo arduo y la organización. Todo lo cual le ha permitido el buen reconocimiento a su sentido de responsabilidad. Porque siempre ha actuado responsablemente y su lema es asumir las consecuencias de los errores, por eso hay que procurar no cometerlos.

Por ello, al recibir el nombramiento como rector de la máxima casa de estudios de los tabasqueños, Guillermo Narváez Osorio se comprometió a impulsar una gestión que sea ejemplo de transparencia y manejo responsable de recursos, “que nunca más seamos noticias por escándalos… que si se tiene que hablar sea de logros académicos, de profesores y alumnos de alto nivel”.

Tras su designación como sucesor de José Manuel Piña por decisión de la Junta de Gobierno de la UJAT, Narváez Osorio planteó que al involucrarse en casos como la “Estafa Maestra” se lastimó el orgullo universitario, por eso advirtió “quienes hayan actuado correctamente pueden estar tranquilos, y quienes no, tengan la certeza que actuaremos en consecuencia. Hoy más que nunca se vuelve imperativo limpiar el nombre de nuestra universidad”.

El nuevo rector, puntualizó que no busca una cacería de brujas “pero tampoco puedo ser omiso donde haya que actuar con firmeza, sería incongruente demandar que la universidad sea ejemplo de la sociedad si la casa no está limpia”. Asimismo, se comprometió a que los profesores no vuelvan a salir a las calles a exigir el pago de salarios, por lo que hará un manejo responsable de los recursos para que los servicios prestados sean de calidad y se cuente con espacios dignos.

Esa es pues la visión del rector número 21 de UJAT y la esperanza de la comunidad universitaria y de la sociedad en general de ver los resultados. En donde su primer reto es responder a las peticiones del Sindicato de Profesores e Investigadores (SPIUJAT) que en su revisión salarial solicitan un aumento salarial del 20 por ciento, de acuerdo a la propuesta de su líder Melchor Hernández Hernández., quien ya propuso un emplazamiento de huelga para el próximo 26 de febrero, antes las autoridades universitarias tendrán que librar los requerimientos del combativo STAIUJAT.

SHISHERÍO.- Para el amigo Carlos Luis Garrido Gular, en su último adiós. Un hombre bueno es un hombre honesto, generoso, alérgico al cinismo y dispuesto a comprometerse con causas nobles, aun sabiendo de antemano que probablemente están perdidas, sin embargo, corren el riego. Cuando algo malo le ocurre a un hombre bueno, sentimos una mezcla de tristeza y admiración, y entonces es cuando realmente lo conocemos.