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Feminismo, justicia y empoderamiento Francisco Gómez Hernández El paro nacional de mujeres del 9 de marzo, convocado por organizaciones feministas, no tiene regreso. No es imploración de clemencia ni petición de dádiva favor o caridad, es un llamado enérgico al aparato de justicia de México y de muchos países, para que protejan la vida de […]
24 de febrero de 2020

Feminismo, justicia y empoderamiento

Francisco Gómez Hernández
El paro nacional de mujeres del 9 de marzo, convocado por organizaciones feministas, no tiene regreso. No es imploración de clemencia ni petición de dádiva favor o caridad, es un llamado enérgico al aparato de justicia de México y de muchos países, para que protejan la vida de las mujeres y los niños, víctimas de psicópatas que acaban con sus vidas, sin impórtales que la “mater” es constructora social determinante en la vida de familia, y los niños son la concepción de la integración familiar.

El paro es muestra del hartazgo por la impunidad ante la ola de feminicidios. La iniciativa compartida en redes sociales a través del hashtag #UnDíaSinMujeres o #UnDíaSinNosotras tiene la premisa de ¿qué sería de este país sin las mujeres?, ¿qué pasaría si tuviéramos un día sin mujeres? en la convocatoria se puede leer la frase: ¡El nueve ninguna se mueve!, seguida del hashtag #UnDíaSinNosotras y los enunciados: Ni una mujer en las calles, ni una mujer en los trabajos, ni una mujer en los hogares.

El 8 de febrero se conmemora el Día Internacional de la Mujer y el paro lo programan para el día siguiente por ser más significativo parar en día hábil. Y no es para menos que reclamen lo que por disposición constitucional les corresponde en el artículo uno y dos la protección de los preceptos de los derechos humanos, a la seguridad de sus vidas, tomando en cuenta los datos duros que según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en México, se asesinan 10 mujeres cada día, con 1,006 feminicidios motivados por razón de género.

Cuál podría ser la causa del fenómeno social del incremento de feminicidios, el problema ha ocupado a psicólogos, antropólogos, sociólogos, historiadores, universidades y diversos grupos sociales estudiosos del desarrollo de los seres humanos. Unos opinan la relación entre crisis del orden patriarcal y el cuestionamiento a las formas de la dominación masculina por la emergencia social de las mujeres y el incremento en la violencia feminicida. Esa violencia hacia las mujeres y los feminicidios estarían jugando como un dispositivo de poder masculino para restablecer o mantener, simultáneamente tanto en lo individual como en lo colectivo posiciones de dominio.

Pero además cuestionan que la violencia funciona como un instrumento de control para contener el cambio, las transgresiones de las mujeres a los tradicionales regímenes de género, que estarían experimentando marcadas transiciones producidas por la emergencia de las mujeres en el espacio cultural-simbólico, la vida pública y el mercado de trabajo. El concepto feminicidio, en todas sus variantes, abre un campo de análisis en torno de la violencia extrema que priva de la vida diariamente a mujeres de todas las edades en el mundo.

Otros ubican el problema en el machismo acendrado en la cultura mundial que México no es la excepción que la dominación masculina orientada por el deseo sexual y de control sobre el cuerpo y la libertad de las mujeres e identifica la complicidad del orden legal del Estado y de otras instituciones hegemónicas (medios de comunicación, cosmovisiones religiosas) que lo disimulan, toleran, justifican o incluso atenúan su gravedad mediante la prevalencia de legislaciones penales que justifican estos crímenes, cuando no los amparan incluso, en las leyes del matrimonio civil que mantienen todavía una fuerte carga patriarcal.

Aunque dentro del campo violento hacia las mujeres no se pueden estudiar los feminicidios sin referirse a la cultura de la violencia que goza todavía por desgracia de una amplia aceptación en nuestro país. Y que dentro de esa amplia aceptación, que predomina en favor de la corriente violenta entre varones por razones de género defensa de honor, prestigio, manifestación de poder, valentía etc. Lo mismo en el espacio público, las calles, que en lugares de trabajo, que al interior de los hogares.

La rebelión feminista que ya se genera en todo Latinoamérica y gran parte del mundo, que los gobiernos el próximo día 9 tomaran el pulso, su preocupación constante además de la exigencia de cumplir con su responsabilidad de dar la seguridad necesaria a toda la ciudadanía. Se vislumbra que a un corto plazo, una mujer puede llegar a la presidencia de la República. Al tiempo.

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