Seguridad Pública discutida
César Graciano Calvario cesargraciacoc@yahoo.com.mx El clima de inseguridad que la población percibe, es uno de los aspectos críticos en la gestión del gobierno de la alternancia. A subvertir ese estado de ánimo se ha dedicado, a pesar de los limitados recursos disponibles para la Seguridad Pública y la procuración de justicia, cumpliendo con los compromisos […]
13 de noviembre de 2014

César Graciano Calvario
cesargraciacoc@yahoo.com.mx

El clima de inseguridad que la población percibe, es uno de los aspectos críticos en la gestión del gobierno de la alternancia. A subvertir ese estado de ánimo se ha dedicado, a pesar de los limitados recursos disponibles para la Seguridad Pública y la procuración de justicia, cumpliendo con los compromisos establecidos con la policía estatal para elevar su espíritu de responsabilidad y colaboración, y atendiendo sus necesidades de equipamiento y la modernización de su armamento.

Se impulsó la profesionalización de la casi totalidad del cuerpo policiaco y se estableció un programa de formación que sumo 379 nuevos elementos. También se atendió el clamor de la población afectada por el flagelo del secuestro, avanzando en el combate a la impunidad de los autores de robos a transeúntes, cuentahabientes, vehículos, domicilios y establecimientos comerciales.

Pero a pesar de los avances y logros, no vemos que con ellos se consiga tranquilizar a la población. Porque la percepción de esta se encuentra alimentada por factores que no han sido debidamente considerados. La gente sabe de los esfuerzos del gobernador en el seno de la CONAGO sobre el tema de la seguridad. De la atención puntual a la agenda de la gobernación federal con reuniones continuas en diferentes sedes regionales. Pero también sabe que no ha sido posible que el gobierno federal, en acuerdo con los estatales, establezca en definitiva una Política de seguridad pública y procuración de justicia sistémica y estructurada y debidamente apalancada con el soporte financiero conducente. Las tribulaciones del gobierno de Tabasco para atender los requerimientos presupuestales en este rubro, son prueba irrebatible. Y luego está el fracaso públicamente identificado de la política de seguridad de este gobierno federal, en Guerrero.

Los avances reseñados por el gobierno estatal resultan muy frágiles en este contexto. Dicho con comedimiento. Certificar bien a las policías no es suficiente dice Carlos Elizondo (Excélsior 6 noviembre 2014) y da cuenta de que “Los controles de confianza de los policías, basados en el polígrafo y otras técnicas semejantes, se pensaron como la fórmula mágica para renovar a las policías. Estos controles no están funcionando. De acuerdo con el último informe de gobierno de Iguala existían 298 elementos policiacos, de los cuales 210 habían sido evaluados en control de confianza y, de estos, 204 estaban certificados” ¡Sin comentarios!

En pocas palabras, si antes el gobierno federal se quejaba de la falta de colaboración de los gobiernos estatales para participar coordinadamente en el Programa Nacional de Seguridad (¿?), ahora vemos que estos se encuentran huérfanos. Careciendo de un marco de referencia sistémico que establezca con detalle los objetivos, estrategias, líneas de acción y  programas que coordinadamente reivindiquen la seguridad y procuración de justicia como un compromiso del ESTADO.

De ahí que en Tabasco se navegue a la deriva en relación a esa carencia sistémica y que, solo como ejemplo, se confunda continuamente la función de un Sistema Estatal de Seguridad Pública, con la del Consejo Estatal de Seguridad Pública. Nadie sabe que es qué. Mucho menos se distinguen sus respectivas utilidades y formas de operación. La población está pendiente. De alguna forma sabe que su participación en la gestión de la seguridad de todos aun no es considerada como fundamental. Y ello le hace mantener encendidos los focos rojos. Una actitud conveniente, por lo demás.

……a pie de carretera
Patricio Bosch
Los verde-priistas ya no se acuerdan cuando compraban carne perredista barata en el rastro político. Ahora que se las aplican, chillan cual mojinas. No hablamos de la compra de Patricio. NO. En su caso la operación ha sido mucho más sofisticada, como corresponde a los nuevos tiempos. Con los efectos, y estragos a la vista, podemos confirmar el grado de mañosidad de quien mueve la cuna. Si hasta un enviado personal del niño verde sale a los lavaderos (meramente) es que fue un soyenco Ma…..golpe ¡Y lo que les falta!

Que tenga un magnífico día. Hasta mañana SDQ. Adiu
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