Con el reloj del Palacio de Gobierno, no se pierde tiempo. Lo sabe la cuadrilla de trabajadores de la Secretaría de Administración que pinta y repinta los torreones del inmueble. Es un despliegue de acrobacia a pleno sol y en el vértigo incesante de transeúntes consuetudinarios al Centro Histórico de Villahermosa, dispuesto ya para vivir las fiestas patrias.

Luis Enrique Martínez
Rumbo Nuevo
Desafían la altura, dos trabajadores que junto con un bote de pintura cuelgan de arneses sujetos a dos cuerdas amarradas en un orificio del chaflán del edificio inaugurado el 13 de diciembre de 1894. En jarras, desde la azotea, otro empleado observa la operación de sus compañeros que, arriba de un arriate, sostienen, las guías de los alpinistas patrios.
A menos de cien metros, sobre la calle Juárez, cientos, miles de villahermosinos persisten en el peregrinar citadino, ahora, matizado con la efervescencia patria de los puestos ambulantes y del comercio organizado siguiendo la tradición septembrina como el esperado paso al repunte de las ventas de fin de año. El cuatrimestre anual es la salvación de la recurrente crisis.
Dora Manuel, por ejemplo, es una joven tzotzil que lleva tres meses de habitar, ojo, no vivir, en Tabasco. Ella con la canasta de dulces, junto con el ejército de paisanos, incluyendo a niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos tabasqueños, es una guardia natural de la zona remodelada aunque, a la hora de regresar a su refugio de la colonia Casa Blanca, las cuentas de venta sumen cero.
–¿Y de qué vives?
–El patrón paga todo.
A media asta por el 170 aniversario de la «gesta heroica de Chapultepec», la bandera tricolor ondea en la explanada de la Plaza de Armas, con el águila, a veces, perdida en el dobles provocado por el viento del verano atípico que azota la región. Incluyendo, por supuesto, el sismo del jueves 7.
Son las 13 horas, según el reloj de Palacio de Gobierno. Por todo el polígono en que se ubican los tres poderes del Estado, cualquier curioso resuelve que el ondear del lábaro patrio en el asta mayor, así como en los torreones, invocan la noche de la independencia de México, «por los héroes que nos dieron patria…»
Precisamente para cumplir con ese ritual anual que está noche de viernes cumplirá 207 años –la versión extraoficial señala que no fue el 15 sino el 16 de septiembre aunque la mano del porfiriato adelantó la ceremonia–, la cuadrilla de trabajadores lucha contra el tiempo para que en las próximas horas, el Palacio de Gobierno luzca como cuando fue inaugurado.
Vale, mientras tanto, ver el paso de las horas…