Esmeralda Sánchez, enfermera del centro hospitalario, junto con pensionados y jubilados reiniciaron manifestación en demanda de cumplimiento de acuerdos
Luis Ruiz Sandoval Frade
Rumbo Nuevo
A pesar que la directora del ISSET Hilda Santos Padrón, aseguró que todo regresará a la normalidad en la atención de los derechohabientes, ayer miércoles de nueva cuenta pensionados y jubilados se plantaron frente a las oficinas de esta dependencia en reclamo de que les cumplan, aunado a que la enfermera Esmeralda Sánchez se encadenó a la puerta del edificio, exigiendo la renuncia de su dirigente sindical Vidalia Javier Castillo.
Después que la semana pasada se realizaron dos manifestaciones frente a la sede administrativa en la avenida 27 de febrero, frente a la secundaria Rafael Concha Linares, por parte de burócratas y pensionados, de nueva cuenta estos últimos decidieron plantarse, alegando que no les cumplen con sus pagos, con sus medicinas y que requieren mayores apoyos.
Exigieron un diálogo directo con la directora del ISSET para saber si les van a resolver su problema.
Y en este mismo momento, por violentar los derechos los trabajadores sindicalizados, la enfermera Esmeralda Sánchez Merino, se encadenó en uno de los accesos al edificio del Instituto de Seguridad Social del Estado de Tabasco (ISSET), para exigir la renuncia de la secretaria general del Sindicato Único, Vidalia Javier Castillo.
A partir de las diez de la mañana la enfermera se puso cadenas y candados, pues señala que desde que tomó posesión la líder del Sindicato Único dependiente del ISSET, se han venido cometiendo violaciones a los derechos de los trabajadores, así como represalias en contra de los que manifiestan su inconformidad, al grado de ser despedidos.
Añadió que la toma de nota que se otorgó a Vidalia Castillo no tiene legitimidad ya que algunas de las personas que estaba en la lista ya han fallecido, por lo que quieren impedir a toda costa que la señora otra vez se elija por tres años más, como tiene contemplado hacerlo.
Así como ella, otros trabajadores pidieron respeto a la autonomía sindical, la reinstalación de compañeros que han sido despedidos de manera injustificada, así como un alto a la represiones a los cerca de mil 500 trabajadores sindicalizados
