Se dice y
Sólo hay una regla para todos los políticos del mundo: no digas en el poder lo que decías en la oposición. John Galsworthy Iván Aguirre Aguilar Se dice y, se dice bien en una de las máximas populares  que “no es lo mismo ver torear que estar en el ruedo”. Desde “gayola” o “desde el […]
29 de septiembre de 2014

Sólo hay una regla para todos
los políticos del mundo:
no digas en el poder
lo que decías en la oposición.
John Galsworthy

Iván Aguirre Aguilar

Se dice y, se dice bien en una de las máximas populares  que “no es lo mismo ver torear que estar en el ruedo”. Desde “gayola” o “desde el entarimado” la óptica de las cosas que están aconteciendo, son muy distintas cuando se está justamente “en el redondel” capeando y evadiendo obstáculos.

La frase que antecede a ésta columna es tan clara en su parafraseo, ya que, regla de oro lo es –para todos sin excepción- el no actuar del mismo modo que cuando se está “en el frente de ataque”.

Los acontecimientos de hoy (marchas, plantones, demandas, señalamientos  e inconformidades) no son más que el fiel reflejo de ese sentir ciudadano respecto a lo que se vive por toda la geografía.

El leer, escuchar  y observar a quienes hoy “defienden a capa y espada” no es más que un ejercicio que, lamentablemente se repite cíclicamente en cada administración, llámese ésta Federal, Estatal o Municipal.

Los tiempos son cambiantes. Esos “críticos de momento” hoy, son  parte de ese grupo de elogios y apólogos que en nada se diferencian de quienes “eran, focas, amanuenses, cortesanos,  corifeos, lame botas y por si hiciera  falta,  hasta “adornaban con moñitos” las “ilustrativas columnas y editoriales de esos tiempos”.

Hoy, el tabasqueño de a pie, sí, ese que sufre a diario el problema de no contar con la posibilidad de llevar el alimento a su hogar, alza su voz y, ese sí, critica con argumentos sólidos que no se está reflejando en nada, beneficio alguno para las miles de familias en Tabasco.

Las pocas obras que se están realizando en varios puntos de la entidad, son a través de recursos federales.

Es decir,  la Federación “es la que está sacando las nueces del fuego” a como lo comentan los chocos en los distintos centros de abasto, corrillos y desayunaderos.

La percepción es, sin temor a  equivocación, de incertidumbre, de desesperanza ante la nada halagüeña situación que permea en los diferentes estratos sociales del Estado.

No hace falta decir nombres de quienes en su momento “prometían bajar la luna y las estrellas” y que hoy, son tema de conversación de manera despectiva y decepcionante.

La verdad es así. No hay que buscarle “moños al regalo”. Para nadie es un secreto que, muchos de los funcionarios del actual régimen, en el ámbito estatal y municipal, están llenando sus alforjas personales.
Eso sí, el tiempo, el mejor juez,  colocará las cosas en su  merecido lugar.

-De reojo-
Uno de esos funcionarios que se ha dedicado a medrar con el presupuesto lo es el titular de Comisión Estatal de Agua y Saneamiento Alejandro de la Fuente Godínez. Facturas infladas en comprar de muchos de los artículos para el CEAS son apenas pequeñas muestras de la corruptela que allí se maneja. Una auditoría a fondo no la aguanta. La renuncia del pasado director administrativo se debió justamente a que no se quiso prestar a componendas y traspuches. Es ahí  donde precisamente la oposición en el Congreso debe estar atenta para señalar con índice de fuego ese tipo de acciones reprobables que atentan en contra del patrimonio de todos los tabasqueños. Por supuesto que Alejandro de la Fuente Godínez “le reza a las mil vírgenes” para que la próxima Legislatura Local siga en manos “de sus cuates” porque, de no ser así, lo que se le podría avecinar no es nada envidiable. . . Los nuevos Consejeros del aún Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco traen ya como primera encomienda, el no permitir que sus nombres sean enlodados. La tarea a desempeñar les exigirá apego irrestricto a las leyes en la materia. Deben cuidar su reputación y cumplirle con buenos resultados a Tabasco y a los tabasqueños. Que no exista siquiera un resquicio de duda en torno a la labor que en breve habrán de iniciar . . .

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