Regresiva y subdesarrollada
La legisladora federal Claudia Bojórquez aseguró que la ENE carece de viabilidad económica, pues no establece los mecanismos presupuéstales con los cuales se financiarán sus programas Redacción Rumbo Nuevo Ante la ratificación de la Estrategia Nacional de Energía 2013-2027 (ENE) en el Pleno de la Cámara de Diputados, la legisladora federal Claudia Bojórquez Javier, presentó […]
10 de abril de 2013

La legisladora federal Claudia Bojórquez aseguró que la ENE carece de viabilidad económica, pues no establece los mecanismos presupuéstales con los cuales se financiarán sus programas

Redacción
Rumbo Nuevo
Ante la ratificación de la Estrategia Nacional de Energía 2013-2027 (ENE) en el Pleno de la Cámara de Diputados, la legisladora federal Claudia Bojórquez Javier, presentó diversos puntos por los cuales la propuesta del Ejecutivo no es viable, motivo para que el Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática votó en contra su aprobación.
“La ENE carece de viabilidad económica, pues no establece las asignaciones o los mecanismos presupuéstales con los cuales se va financiar sus programas; frente a la escasez de infraestructura, tanto en el sector eléctrico y en el de hidrocarburos, le dan la bienvenida a la participación de la iniciativa privada, para salir del embrollo”.
La secretaria de la Comisión de Energía afirma que la estrategia aprobada por el Pleno, no es realista ni congruente con relación a la situación del país “omite aceptar que la etapa de la perforación y extracción del petróleo a bajos costos ha terminado en México desde hace ya una década. El mercado del petróleo a nivel mundial, da cuenta de esta situación por los altos precios que el crudo ha ido presentando en últimos tiempos”.
Entre los puntos en contra de la ENE, Bojórquez señala que ésta es regresiva y va en detrimento del avance del sector energético mexicano “alertamos que, la ENE es regresiva y subdesarrollada, pues propone la misma política energética que el gobierno formuló  e implemento a mediados de los años setentas (1976-1980), que consistió en extraer el petróleo de subsuelo a raudales, para exportarlo como materia prima, sin transformarlo industrialmente, para con ello obtener refinados como la gasolina, el diesel, la turbosina, etcétera  perdiéndose la oportunidad de crear cadenas productivas al interior la industria nacional.
“Esta política energética regresiva, fue la Reforma estructural heredada que hemos tenido y tenemos que cargar las y los mexicanos, durante todas éstas casi cuatro décadas; pues, por su dimensión y magnitud en el ámbito económico y social, tienen la capacidad y poder de modificar las reglas del juego en el ámbito social y político, entre los jugadores y/o agentes económicos más representativos (más fuertes), y por ende, de toda la sociedad en sus conjunto” señaló.

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