Régimen de Egipto busca aplastar oposición usando fuerza bruta
Islamistas afirman que 2.200 personas perecieron y 10.000 resultaron heridas Régimen militar impuso estado de emergencia y toque de queda regional El Cairo y Washington. Agencias El régimen militar de Egipto lanzó ayer una dura arremetida contra miles de partidarios del destituido presidente Mohamed Mursi , a quienes desalojó por la fuerza de plazas en […]
15 de agosto de 2013

Islamistas afirman que 2.200 personas perecieron y 10.000 resultaron heridas
Régimen militar impuso estado de emergencia y toque de queda regional

El Cairo y Washington.
Agencias
El régimen militar de Egipto lanzó ayer una dura arremetida contra miles de partidarios del destituido presidente Mohamed Mursi , a quienes desalojó por la fuerza de plazas en El Cairo, en un intento por acabar con la obstinada resistencia de los islamistas que se oponen al golpe de Estado.
Por lo menos 525 personas, entre ellas 482 civiles, perecieron en esa acción, así como en los disturbios que se propagaron a todo el país.
Sin embargo, los Hermanos Musulmanes, el grupo político que llevó a Mursi al poder, aseveró que se registraron 2.200 muertos y más de 10.000 heridos.
El Gobierno decretó el estado de emergencia y un toque de queda de alcance regional.
El sangriento desalojo de los partidarios de Mursi, primer mandatario que fue elegido democráticamente en Egipto, fue condenado unánimemente por la comunidad internacional.
Al detallar el balance de víctimas, el portavoz del Ministerio del Interior, Mohamed Fathalá, afirmó que 149 personas murieron en la plaza Rabaa al Adawiya –principal centro de congregación de los partidarios de Mursi– y 21 en la plaza Al Nahda, ambas en El Cairo.
Además, perecieron 43 policías, según el Ministerio del Interior.
En El Cairo, hubo marchas de partidarios de la Hermandad Musulmana –que llevó a Mursi al poder– en varias áreas, como el distrito de Ciudad Naser, donde se ubica Rabea al-Adauiya, y en la plaza de Mustafá Mahmud, en el barrio de Mohandesín, donde los islamistas se enfrentaron con la Policía.
Los disturbios no se limitaron a la capital; también los hubo en poblaciones del resto del país.
Según las autoridades, de 21 comisarías y puestos policiales, además de sedes de las gobernaciones provinciales, fueron asaltadas por manifestantes e incluso la Biblioteca de Alejandría (norte) fue blanco de un ataque armado.
En el sur, al menos siete iglesias fueron atacadas, muchas de ellas incendiadas. Las autoridades y la Hermandad se acusaron mutuamente de estar detrás de las agresiones a templos cristianos.

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