México, DF
Notimex
Vigoroso, deslumbrante y con una voz privilegiada lució hoy el tenor mexicano Ramón Vargas (1960) durante los ensayos de la función especial que ofrecerá este 30 de octubre en el Palacio de Bellas Artes, para festejar tres décadas de trayectoria.
Para esta función única, el cantante que ha pisado los principales escenarios operísticos del orbe, al lado de los más destacados personajes del medio, prepara un programa especial que incluye la representación de «Rodolfo» de «La Bohème», de Giacomo Puccini, y a «Nemorino» de «El elixir de amor», de Gaetano Donizetti.
Luego de siete años de ausencia, el destacado cantante regresa al máximo recinto cultural del país, donde será acompañado por el Coro y la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, bajo la dirección musical de José Areán y escénica de César Piña.
Catalogado como uno de los tenores líricos más activos en la ópera internacional, su presentación esta tarde en el recinto de mármol para el ensayo general de la función atrajo a decenas de personas, quienes con un boleto de cortesía llenaron la planta baja del Palacio de Bellas Artes.
Vigoroso, fuerte y con un tiempo vocal envidiable lució el tenor, quien festejará sus 30 años de trayectoria artística acompañado de las sopranos María Alejandres, Lourdes Ambriz, Leticia de Altamirano, Ainhoa Arteta y Zaira Soria, además de las mezzosopranos Encarnación Vázquez y Guadalupe Paz, así como los tenores Octavio Arévalo y José Guadalupe Flores.
Durante el ensayo el tenor realizó su actuación sin contratiempos; siempre concentrado y deleitando a los presentes con su encantadora y potente voz, mientras que decenas de fotógrafos colocados en los palcos no dejaron de tomarle cualquier cantidad de imágenes.
En la función programada para este martes 30 de octubre se escenificará un acto de cada uno de los dos títulos mencionados, ambos significativos en la carrera de Vargas, quien debutó en 1982 en Monterrey, Nuevo León.
Vargas debutó en el Palacio de Bellas Artes en 1983, con la ópera «Falstaff», de Giuseppe Verdi, donde fue aclamado como una de las mejores voces operísticas de su tiempo, quizá el de mayor equilibrio en cuanto a belleza y técnica vocal de la época.