¿Qué Onda?
Clases por línea Eduardo Salinas Pérez poderciudadano2012@yahoo.com.mx Más que la pandemia y las inundaciones y todos los problemas que a los que se enfrenta la sociedad en este momento y desde hace ya unos ayeres, es la educación. En nuestro país, el problema de la decadencia de la educación comenzó desde hace varias décadas, y […]
9 de diciembre de 2020

Clases por línea

Eduardo Salinas Pérez
poderciudadano2012@yahoo.com.mx
Más que la pandemia y las inundaciones y todos los problemas que a los que se enfrenta la sociedad en este momento y desde hace ya unos ayeres, es la educación. En nuestro país, el problema de la decadencia de la educación comenzó desde hace varias décadas, y curiosamente se dio con la llegada de la tecnocracia, cuando los “ilustres” tecnócratas tomaron las riendas del país y comenzaron a realizar una serie de reformas en casi toda la vida institucional del Estado, uno de los aspectos en los que la sociedad se sintió lastimada fue en la educación.

Con la llegada de los tecnócratas al mando del país, también llegaron “las benditas redes sociales”, aun cuando el uso de la computadora y los ahora famosos e insostenibles teléfonos celulares, no se dio de manera masiva en ese entonces, fueron esos “instrumentos” los que desde ese tiempo fueron desplazando a los maestros, o si no desplazándolos, cuando menos si haciéndolos menos importantes, restándoles autoridad y haciendo ya no maestros, o profesores, sino ya nada más uno simples coordinadores de las clases. Y luego encima. El avance del derecho y la protección de los niños, que llego a ser factor determinante en la perdida de la autoridad y los valores de los maestros.

Así, hoy casi medio siglo después se ver caos tan aterradores como miles de jóvenes, de jóvenes que se formaron y se forjaron en esos modelos educativos, en los cuales la computadora o el celular sustituye a la explicación de los maestros, den los cuales la computadora o el celular han dejado atrás, muy atrás a los maestros y se han apoderado de las clases. Y para colmo, la enseñanza de la computadora o los teléfonos “inteligentes” no se dio ni con oportunidad ni de manera profesional y volvió a los usuarios “autómatas cibernéticos” que san tanto la computadora como los teléfonos para la distracción sin la menor capacidad de investigación que son capaces de ofrecer. Es decir, un instrumento tan importante como la computadora y los teléfonos inteligentes hoy se usan para pasar el rato, o para la distracción o para fomentar su uso en otras actividades lejanas a las educativas, para las que fueron inventadas, y hoy tenemos que desde los niños de primaria, de secundaria, de prepa, de la universidad y hasta algunos maestros, o docentes usan la computadora para “chatear” o para ver otros asuntos pero menos para estudiar o “aprender” y ya no digamos para tomar sus clases en línea.

Y todo esto bien a colación porque en la actualidad, aquí en Tabasco, no sé en otras entidades o en otros países, pero en el caso de Tabasco las cosas están mal, muy mal, me diría un alto funcionario del Estado, que está muy metido en el asunto de la educación en Tabasco. Resulta que ni los propios docentes saben cómo dar “clases por línea”, a sus alumnos y que nunca han usado una computadora. No saben que es la computadora, y según se ve, no les interesa. Con esto de la pandemia, la educación en todos sus niveles es la que se ha visto más afectada. No dejamos de ver que la economía, las fuentes de trabajo, que los problemas de la salud y todo aquellos que tienen que ver con las actividades principales del Estado se han visto afectadas, pero la educación es la que más, porque en la educación está el futuro del Estado y del país.

Realmente es inconcebible que un profesor universitario, que un docente, como se dicen algunos de ellos, no sepa el manejo elemental de la computadora, que no tengan la disciplina de pararse frente al monitos y hablar a “distancia” con sus alumnos y lograr con ellos una comunicación virtual para dar sus clases. Es una pena, porque la mayoría de ellos, y de eso hay evidencias, solo consiguieron una plaza de “docente” para asegurar su futuro y pasársela bien, hacer como que enseñan y cobrar, eso sí, sus jugosos salarios y otras “canonjías” que el mismo sistema caduco de la educación les ha permitido.

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