Proyecto “CCC”
Marcando la diferencia César Graciano Calvario cesargracianoc@yahoo.com.mx El inopinado y fulminante cese de Leonardo Ramos Suárez -nombrado por el gobernador Núñez como Director de la Policía Estatal no hace ni 20 veinte días- ha cimbrado a la opinión pública local. En muy mal momento, y generando una percepción negativa sobre la organización interna de un […]
5 de agosto de 2015

Marcando la diferencia

César Graciano Calvario
cesargracianoc@yahoo.com.mx
El inopinado y fulminante cese de Leonardo Ramos Suárez -nombrado por el gobernador Núñez como Director de la Policía Estatal no hace ni 20 veinte días- ha cimbrado a la opinión pública local. En muy mal momento, y generando una percepción negativa sobre la organización interna de un gobierno que aún no libra la valla que marca la mitad del sexenio. Como casi siempre, primero fue el rumor, en forma de filtración. Después vino la confirmación oficial, en escueto boletín, argumentando “necesidades operativas” que obligaron a la remoción y a la DEVOLUCIÓN de Ramos Suárez a su original cargo en la oficina de la gubernatura.

¿Qué fue lo que sucedió en verdad? Lo más probable es que tengamos que esperar un razonable lapso antes de conocerla por interpósitas fuentes. El asunto podría ser intrascendente si no tuviera impacto en dos áreas críticas para la operación del gobierno de la alternancia: La seguridad pública, y las relaciones con el gobierno de Peña Nieto.

En la primera, la actitud errática (no se le puede reconocer otro carácter) del gobierno estatal, desde que mostró su incapacidad para asentar entre el personal policiaco la autoridad del primer secretario, el general Audomaro; devino después en la “suspensión” de Sergio Guerra en el cargo de director de esa policía estatal. Cuando muchos pensaron que ya no regresaría Sergio y que se quedaría Eduardo del Rivero, el sustituto entonces, reinstalaron a aquel. Solo para deponerlo hace unos días, ahora si en forma definitiva (al parecer) cambiándolo por el coordinador de logística del gobernador, que fue cuestionado desde el primer día por su perfil mercenario y de negociante furtivo.

Lo anterior en un escenario donde el actual secretario de seguridad pública, Sergio Martínez, da sus primeros y trastabillantes pasos. El último: reunirse “en la cumbre” con Liliana Díaz, la delegada de la secretaría de gobernación, para tratar la coordinación con las instancias federales de seguridad pública. Mostrando así las pocas tablas que tiene para enfocar con regular precisión sus relaciones intergubernamentales, y que la coordinación con Raúl Ojeda -secretario de gobierno- y la interactuación con todos los actores oficiales, en el seno del Consejo Estatal de Seguridad Pública, le vale…cacahuates.

A la fragilidad de los instrumentos que tiene el gobernador para dar respuesta a quienes legítima o artificialmente claman protección por el “altísimo grado de inseguridad que se vive en Tabasco”; se suma la percepción pública de la apreciable diferencia que ya se observa entre el manejo del gobierno estatal de Tabasco con Arturo Núñez y el federal con Enrique Peña.

En un principio, cuando inició la bulla pidiendo al gobernador despidiera a los incompetentes, pero este se resistía a hacerlo, nosotros mismos argüíamos y pronosticábamos que no lo haría porque guardaba con celo el equilibrio con la administración de Peña, quien no despedía a ninguno. Pero ahora, no hacía falta sumar el despido de Ramos para marcar una rotunda diferencia. Mientras Peña no despide a nadie a pesar del clamor nacional en 3-4 casos gravísimos, Núñez prácticamente ha cambiado a todos los titulares de su equipo original. Solo Raúl Ojeda y Gustavo Rodríguez se mantienen.

¿Implicaciones en un pronóstico del futuro cercano? Preocupantes todas ellas.

…..a pie de carretera
Pablo Rodríguez Bonfil
Aprovechando mañosamente que algunos compañeros reporteros se desesperan al no encontrar la nota exigida por sus periódicos, saltó sobre sus micrófonos para vomitar lindeza y media en contra de AMLO. No cabe reproducirlas aquí, no tienen sentido alguno, máxime dichas por este cuasi analfabeta político. Retomamos el asunto porque dice Bonfil que nadie aquí lo conoce de MERCADER (lo de corrupto va implícito). Le pasa lo que a los maridos desleales, que con dos copas se sienten EL HOMBRE INVISIBLE ¡Nadie los puede ver con la Sancha! Aquí todo mundo sabe que Bonfil no cojea de un pie ¡Es minusválido de los dos!

RUBEN ESPINOZA. Enésimo periodista víctima de la represión en Veracruz. Queremos ¡VERDAD y JUSTICIA! Las autoridades tienen la palabra. Hasta mañana SDQ.

Facebook cesar.stone@yahoo.com.mx
Twitter @CsarGraciano

Compartir: